Revista D

Matrimonio infantil, tradición que persiste

Cerca de 700 millones de mujeres contrajeron matrimonio antes de cumplir los 18. Algunas a edades tan tempranas como los 10 y 11 años. Estas uniones, que pueden tomar diferentes formas, forzadas o no, oficiales o no, atrapan a 15 millones de niñas al año, alrededor de 30 cada minuto.

El abandono escolar, la vulnerabilidad social, el embarazo prematuro, la mortalidad maternal y las perspectivas limitadas de futuro son consecuencias comunes a todas estas mujeres, sin importar su nacionalidad, credo, cultura, idioma o etnia.
Abaynesh, Ramgani y Nayane son tres jóvenes que ayudan a retratar las uniones tempranas en diferentes países y con características diferentes. Sus historias son solo tres entre tantas.

LA ETÍOPE ABAYNESH

Abaynesh tiene 14 años, lleva tres casada y espera su primer hijo. Se levanta cuando todavía no ha salido el Sol y se prepara para ir a buscar agua al río. Debido a su avanzado estado de gestación, no acompaña a su marido  a trabajar en el campo, aunque, cuando el astro rey está a punto de caer, se acerca a una ladera a recolectar lentejas.

Tuvo que cambiar su casa por la de su familia política  después de que su padre y el padre de su marido, Tadesse, de 22 años, acordaran el matrimonio. Ella se enteró por casualidad de los planes que le tenían. 

Afirma que, aunque no quería casarse, ahora es feliz. No obstante, deja entrever una  pena que brilla en sus ojos como la hoja del cuchillo que sostiene en la mano mientras cocina. “Cuando era pequeña iba a la escuela y sacaba muy buenas notas”, asegura, “quería ser doctora, pero mi familia dijo que ya había estudiado bastante y me iba a casar”, dice con cierta melancolía.

En Etiopía el 41 por ciento de las mujeres entre 20 y 24 años contrajeron matrimonio antes de cumplir los 18 y en algunas regiones, como Amhara, de donde es Abaynesh, puede llegar al 60 por ciento.

Las niñas etíopes pueden acabar en el altar por la mediación de las familias  que acuerdan sus matrimonios a muy temprana edad o a través del rapto. Si un hombre quiere a una niña como esposa y la familia de esta no accede, se la roba y se la lleva a su casa. Tras permanecer allí un tiempo, los padres de la futura novia aceptan la unión por cuestiones de “honor”.

En el país africano el matrimonio infantil es ilegal, perseguido y penado. Sin embargo, en regiones remotas en las que el control se antoja una tarea difícil, esta práctica sigue existiendo camuflada como tradición.

LA INDIA RAMGANI

Ramgani vive en un pequeño pueblo en Rajasthan,  en el norte de la India. Tiene 18 años y entra al colegio un poco más tarde que sus compañeros. Ha estado ocupada haciendo las tareas de casa. No lleva la casaca azul con el fular blanco que constituye el uniforme femenino de su escuela, sino el masculino: pantalones de pinzas blancos y camisa de traje azul.

Ella es la quinta de nueve hermanas. Su padre decidió casarlas a todas en tres días consecutivos. Ramgani y cinco más contrajeron matrimonio en secreto debido a su edad. Tenía 14 años.

Desde entonces su padre y su familia política la presionan para que se mude definitivamente a casa de su marido. Pero Ramgani no tiene intención de cumplir con la voluntad de sus parientes. “Yo solo quiero estudiar, ser alguien en la vida”, asegura. Su determinación a la hora de alcanzar su sueño la lleva a superar la situación que tiene en casa.

Su padre intenta frustrar cada uno de sus intentos de seguir en la escuela. La obliga a hacerse cargo de las tareas de la casa y del ganado. Recuerda con cierta amargura como su padre quemó sus pantalones y sudaderas en cierta ocasión, ante su negativa de ir a ver a su marido.

“Quiero ser policía, porque si soy policía no permitiré que nadie pase por lo que estoy pasando”, confiesa antes de romper en un llanto mudo pero sincero.

India ocupa el lugar más alto en el ranking de países en los que existe el matrimonio infantil si tenemos en cuenta los números absolutos. Según datos de Unicef, más de 26 millones de mujeres entre 20 y 24 años se casaron en el país asiático a una edad ilegal, que está establecida en menos de 18 para ellas e inferior a 21 para ellos.

LA BRASILEÑA NAYANE

Son las seis de la tarde y Nayane, de 15 años, no ha vuelto del baile funk al que acudió  en la favela en la que reside, Parque Uniao, en  Río de Janeiro (Brasil). Durmió en casa de su nuevo novio. Su hija de 10 meses, Ana Sophia, está a cargo de su madre, una abuela que ronda la treintena.

Brasil es el cuarto país del mundo con mayor número  de matrimonios infantiles. Casi tres millones de mujeres entre 20 y 24 años  se casaron antes de los 18 y un 11 por ciento antes de los 15.

Estas uniones se caracterizan por la no oficialidad de las mismas y por el rol no pasivo de las niñas, además, se revela un cambio de guion en cuanto al embarazo prematuro. Si bien en países como India o Nigeria la gestación se presenta como una consecuencia del matrimonio infantil, en Brasil puede ser una causa.

La nación sudamericana también se encuentra entre los 10 países con mayor tasa de embarazo adolescente.
Nayane relata que quedó embarazada a los 14 años, en un baile como al que acudió anoche. Tuvo un parto de alto riesgo y acabaron haciéndole una cesárea.

No puede evitar que se le escapen las lágrimas al recordar el día que su hija quedó huérfana de padre. Él estaba involucrado en el tráfico de drogas y durante una operación policial recibió tres tiros en el estómago y falleció unos días después en el hospital.

ESCRITO POR:

ARCHIVADO EN: