Revista D

Tecnología que dejó de ser ficción

Varios artículos que son de uso común hoy, surgieron de la literatura, el cine y la televisión.

Los libros del francés Julio Verne han aportado mucho al género de la ciencia ficción. (Imagen: Henri de Montau).

Los libros del francés Julio Verne han aportado mucho al género de la ciencia ficción. (Imagen: Henri de Montau).

La literatura y el cine tienen la capacidad de trasladarnos a otras realidades. En esos mundos de ficción, especialmente cuando las tramas se sitúan en el futuro, llaman la atención los objetos que utilizan los protagonistas. Muchos de esos artículos son parte de nuestra cotidianeidad, y algunas descripciones o escenas detalladas en esas obras remiten a hechos históricos reales. La bomba atómica, los hologramas, las videollamadas, los viajes espaciales y los vehículos de conducción automática figuran en la lista.
La ciencia acaba desarrollando lo que una vez fue ficción.  El siguiente, es un recorrido por los autores icónicos de esta relación de ciencia ficción y realidad. “Existe toda una literatura, un género repleto de muchos subgéneros pequeñitos, enormes, raros, espectaculares, íntimos, de todo tipo; una experiencia estética que basa su funcionamiento, y el efecto que crea, en esta manera de observar la realidad. Esa literatura es la literatura de ciencia ficción. La ciencia ficción no ha sido solo literatura de entretenimiento, sino que ha aportado numerosas obras de gran valor y profundidad intelectual y estética.”, acota el español Fernando Ángel Moreno (1971), en su libro Teoría de la literatura de ciencia ficción. Poética y retórica de lo prospectivo.
 

Realidad

El doctor en física Jorge Wagensberg Lubinski (España, 1948), considera que “ahí donde la ciencia pierde su licencia, continúa libremente la literatura. La ciencia es una ficción de la realidad de este mundo, la literatura es otra clase de ficción que permite inventar otros mundos. El tiempo pasa. Siempre acaba pasando. Es sólo una cuestión de tiempo. Y el buen escritor de ciencia ficción, y con él sus lectores, goza cuando uno de sus mundos inventados resulta que accede a la realidad”. Wagensberg Lubinski también es profesor, investigador y escritor. Publica sus artículos con regularidad en el diario El País, de España.
Jerónimo Rivera Betancur, autor del artículo Alguien nos está mirando desde el pasado: el presente y el siglo XXI vistos por la ciencia ficción, sostiene que la ciencia siempre ha tomado ideas y palabras de la ciencia ficción. Explica que algunos años antes de la existencia de internet el escritor William Gibson (Estados Unidos, 1948), propuso el término ciberespacio en su novela Neuromante.
Rivera Betancur (Colombia, 1975), es investigador de campo audiovisual, así como director y fundador de la Red Iberoamericana de Investigación en Narrativas Audiovisuales. En su texto también menciona el caso de la palabra robot. “Ha sido heredada del cuento Robbie de Isaac Asimov (1941)”.
El autor pregunta en su trabajo: “¿Qué pasó con las novelas y películas de ciencia ficción?, ¿acaso no pudieron vaticinar un futuro que finalmente coincidiera con nuestro presente?, ¿será que tal vez la imaginación viajó más rápido que la ciencia?, ¿es tan difícil establecer los límites de la realidad?”. Agrega, a manera de justificación por la complejidad de abordar estos temas que “en términos de ficción y realidad las preguntas superan siempre a las respuestas”.
 

Visionario

Los libros del francés Julio Verne han aportado mucho al género de la ciencia ficción. “Sus obras se basaban  en información científica de punta para su época”, indica Rivera Betancur.
En 20 mil leguas de viaje submarino, publicado en 1869, concibió un transporte sumergible de gran tamaño al que llamó Nautilus y que concuerda con la noción actual de los submarinos. Estos se construyeron de manera funcional en la década de 1950 aunque había prototipos documentados en el XIX.
También imaginó vehículos espaciales. En uno de ellos  viajan los protagonistas del libro De la Tierra a la Luna, publicado en 1865. Fragmentos de la obra tienen relación con la misión espacial Apolo 8, realizada en 1968 y que consiguió llevar a tres astronautas a la Luna para orbitarla.  Fue hasta en julio de 1969 que otra nave, el Apolo 11, logró aterrizar en la superficie.  El ingeniero, físico e inventor estadounidense Robert Goddard (1882-1945), trabajaba ya en el diseño y construcción de cohetes en 1899. Goddard admitió gran fascinación por la obra de otro autor de ciencia ficción, Herbert George Wells (1866–1946), quien en La guerra de los mundos escribió acerca de naves esféricas para viajar al espacio.
Verne visualizó también una futurista sala de redacción, describiendo en la década de 1890 aparatos cuyas funciones realizan hoy los teléfonos inteligentes. En el siglo XXIX: La jornada de un periodista americano en el 2889, es el título de una historia atribuida al escritor francés, en la que menciona el fonotelefoto, un aparato que permite además de una llamada telefónica, la transmisión de imágenes.
“La primera preocupación de Francis Bennett fue, pues, poner en funcionamiento su fonotelefoto, cuyos hilos iban a dar a la mansión que poseía en los Campos Elíseos. El teléfono complementado por el telefoto es una conquista más de nuestra época. Si desde hace tantos años se transmite la palabra mediante corrientes eléctricas, es de ayer solamente que se puede transmitir también la imagen”, escribió Verne.
Las videollamadas llegaron mucho antes de lo que creyó Verne, pues estas se popularizaron con el lanzamiento del programa para computadoras Skype, lo que ocurrió en el 2003. Ese software cuenta también con una aplicación para smartphones. Hoy son comunes además las aplicaciones de Messenger de Facebook y WhatsApp, entre otras similares. 
Verne no fue el único en soñar con una comunicación de este tipo. En 1927, en la película muda Metrópolis, filmada por Fritz Lang (1890-1976), que se desarrolla en el 2026  hay atisbos de videollamadas en tiempo real, tráfico urbano aéreo, clonación de personas y androides.
 

En el 2014

En 1964, el escritor y científico Isaac Asimov (1920-1992), publicó un artículo en el diario The New York Times en el que imagina el mundo en el 2014.  Mucho de lo que describió en su texto efectivamente era una realidad hace un par de años. Asimov es otro de los autores más reconocidos de ciencia ficción, famoso por su saga Fundación.
Unos de sus aciertos en su escrito de 1964 es sobre los temas de la robótica, la computación, los sistemas de comunicación,  las paredes-pantalla (pantallas planas) y las misiones de naves no tripuladas al espacio. Aún no ocurre, pero también imaginó que los automóviles serían voladores.
Escribió que habría robots, torpes aún en su movimiento, pero que estos no serían ajenos a la sociedad. La robótica queda mejor plasmada en su obra Yo, robot, publicada en 1950, de la cual se hizo una adaptación al cine en el 2004. También mencionó aparatos con pantalla que permitirían interactuar con voz e imagen con interlocutores, anticipando los teléfonos inteligentes. Dijo que  las ventanas estarían revestidas para protegernos de la luz solar y contarían con una opacidad que se podría graduar.
También señaló que “habrá granjas de microorganismos. Levaduras y algas estarán disponibles en muchos sabores”, lo cual no se ha dado, como tampoco las colonias que creyó habrían en la Luna y los vehículos “que planearían sobre el suelo”, algo por lo cual la empresa Google apuesta cada vez más, sin olvidar que hay ciudades de otros países que en sus sistemas de transporte público ya no emplean pilotos.
Visualizó que habría aparatos que no necesitarían de cables para su uso y que naves sin tripulación serían enviadas a Marte, lo que efectivamente ocurrió en el 2014 con la misión de sonda Maven.
 

Inspirados en la pantalla

Las tramas de los programas de televisión y las películas han servido también como referencia para ciertos aparatos hoy en uso.
La serie original de Viaje a las estrellas alimentó desde la década de 1960 la imaginación con sus aparatos futuristas. La teletransportación es una de sus realidades que quizá mayor fascinación sigue causando. Pero otras, relacionadas con la comunicación, forman parte de nuestra cotidianeidad. Los comunicadores portátiles e inalámbricos que utilizaban sus protagonistas recuerdan a modelos ya caducos de la telefonía móvil. Pero otros de sus aparatos, corresponderían a las computadoras portátiles y tabletas de la actualidad.
 El tricorder, un aparato portátil de uso frecuente en la serie, también aguarda a ser emulado por la ciencia. Es capaz de procesar datos médicos, geológicos y meteorológicos. De forma parcial el sistema de geoposicionamiento global y las aplicaciones de clima en los teléfonos inteligentes nos acercan a esa posibilidad. Pero está distante el diagnóstico médico instantáneo con una unidad manual que escanée el cuerpo.
La guerra de las galaxias, otra saga emblemática, también ha dado aportes. Uno de ellos la proyección holográfica. La empresa Leia Display System, sí, nombrada así en honor a la princesa Leia Organa que figura en el filme original, ya ha completado con éxito la tecnología para explotar este recurso que promete innovar la industria del entretenimiento y la publicidad. 
 

Otros autores

También se plantean  escenarios donde se cuestiona a la humanidad y  a sus autoridades.
En 2001: una odisea en el espacio, publicada en 1968, el escritor Arthur Charles Clarke (1917-2008) muestra lo que comúnmente llamamos hoy tablet, entre otros gadgets de la tecnología actual.  La adaptación cinematográfica de Stanley Kubrick es todo un referente de la ciencia ficción. Clarke escribió tres secuelas más luego de su primer éxito, elevando las referencias de un mundo futuro, ocurren respectivamente en los años 2010, 2061 y 3001, año en que hay cascos cerebrales y ascensores a la Luna.
Clarke describe además una red satelital que orbita la Tierra, lo que fue realidad tres lustros después de la primera publicación de su saga.  El ingeniero alemán Hermann Oberth (1894-1989) publicó en 1923 el libro El cohete en el espacio interplanetario, en el que también aborda esa posibilidad de los satélites.
En la novela Retorno de las estrellas (1961), el escritor polaco Stanislaw Lem (1921-2006) también muestra pantallas para leer, o eReaders. Los ejemplos abundan, así como las interpretaciones de las obras, pues no siempre un escenario se centra en objetos físicos, también en ambientes donde se cuestionan aspectos inherentes a la humanidad o a las autoridades.
En esa línea, se pueden mencionar a Robert Anson Heinlein (1907-1988) autor, entre otras, de la novela Tropas del espacio (1959) y al estadounidense  Philip Kindred Dick (1928-1982) que mostró a la humanidad dominada por corporaciones, monopolios, gobiernos autoritarios y a sus habitantes lidiando con estados alterados de la conciencia. Sus tramas podrían corresponder con la realidad.
 

Son realidad

La siguiente lista menciona algunos inventos que figuraron en alguna obra literaria, cinematográfica o serie televisiva de ficción. La fecha de su  mención es una referencia, puede que haya aparecido con anterioridad en otros libros o producciones.
 

  • Videófono. Metrópolis / 1926.  El software Skype  salió al mercado en el 2003.
  • Comando de voz en las computadoras. La guía del viajero intergaláctico / 1976. La aplicación Siri para iPhone surgió en el 2011.
  • La estrella de la muerte (superláser). La guerra de las galaxias (episodio 4) / 1977.  En 1996 un proyecto militar de Estados Unidos e Israel desarrolló un láser de gran potencia, The Tactical High-Energy Laser (THEL). 
  • Viajes interplanetarios. La guerra de las galaxias (episodio 5) / 1980. No hay vuelos tripulados aún pero sondas espaciales sí han llegado a otros planetas, como la Mars 3, la primera en aterrizar en Marte (1971). 
  • Banco de datos universal. La guía del viajero intergaláctico / 1976. La Wikipedia no contiene los datos de cada habitante del mundo pero sí vasta información de hechos y personalidades, esta surgió en el 2001 y está disponible en 293 idiomas. 
  • Vehículos voladores. Los supersónicos / 1962. La empresa Moller cuenta desde el 2007 con el M200G Volantor, un prototipo de un modelo de auto volador. 
  • Comunicador portátil. Viaje a las estrellas (década de 1960).  El 6 de marzo de 1983 se puso a la venta el Motorola Dynatac 8000x, el primer teléfono móvil comercial. 
  • Clonación y manipulación genética. Los niños del Brasil / 1976.  Este libro, de Ira Levin, aborda el tema, al igual que el escritor Michael Crichton en Parque jurásico (1990). La oveja Dolly fue el primer mamífero clonado, en 1996. 
  • Vehículos sin conductor. El informe de la minoría / 1956. El cuento corto de Philip K. Dick fue llevado al cine por Steven Spielberg en el 2002.  La empresa Google hizo posible en el 2005 el uso de carros autónomos. 
  • Robots. Robbie  /1941. Isaac Asimov no fue el primero en imaginar un futuro con máquinas capaces de interactuar con humanos o de realizar sus tareas. Asimo, en el 2000, fue diseñado para ser un asistente multitareas. 
  • Dispositivo personal de pantalla. Viaje a las estrellas (década de 1960). El iPad fue lanzado por la empresa Apple en el 2010 y recuerda al equipo usado en el Enterprise.

 

Fuentes: La ciencia ficción de Isaac Asimov, de Rodolfo Martínez. / El cine de ciencia ficción, de J. P. Telotte. / La ciencia ficción, Jean Gattégno. / Películas clave del cine de ciencia ficción, de Sergi Sánchez. / Fronteras de la ciencia ficción, de Cristian Casadey. / La ciencia ficción, de Miquel Barceló. / El correo de la Unesco, revista dedicada a la ciencia ficción (1984).

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