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Lucía Nitsch Velásquez: “La homeopatía a veces no es suficiente”

La científica Lucía Nitsh Velásquez asegura que la marihuana tiene efectos medicinales, pero también dañiños.

La científica promueve la investigación de la biodiversidad guatemalteca (Foto Prensa Libre: Óscar Rivas).

La científica promueve la investigación de la biodiversidad guatemalteca (Foto Prensa Libre: Óscar Rivas).

Por sus venas corre una mezcla de sangre alemana y guatemalteca —por su padre—, española y húngara— por su madre—. Es de trato cordial y bastante sonriente. Aunque afirma ser tímida, resulta fácil entablar una conversación con Lucía Nitsch Velásquez, de 33 años, química de profesión, pintora y escritora por satisfacción.

Su dedicación y alta capacidad académica encontraron recompensa al obtener la beca Fullbright-Laspau, un prestigioso programa de desarrollo de docentes universitarios que otorga la Embajada de Estados Unidos.

De esa forma tuvo la oportunidad de estudiar Química Medicinal en la Universidad del Estado de Nueva York.

En esta entrevista habla sobre su trayectoria, la medicina natural, los pros y contras del uso de la marihuana para el tratamiento de enfermedades y de los problemas que atraviesa la comunidad científica guatemalteca para la investigación.

¿Cómo fue su experiencia en Buffalo, Nueva York?

Ahí quería estudiar química de productos vegetales, pero en ese momento, el curso no estaba disponible. Pensé en regresarme, pero las personas de la beca Fullbright-Laspau me incentivaron a continuar, así que ingresé a química medicinal con énfasis computacional.

¿Qué es eso?

¡Eso mismo me pregunté! —ríe—. No sabía nada, así que, para empezar, estudié química cuántica “para tontos” —ironiza—. La química computacional es modelar moléculas para analizarlas con su geometría correcta. Al final, pensé: “¡Oh! Con esto puedo explorar el mundo”.

¿Cuáles son sus aplicaciones?

Se puede analizar la estructura de un medicamento y su interacción con los receptores celulares —tal interacción es la que permite curar una enfermedad o aliviar un síntoma—. Básicamente, la química computacional proporciona información para desarrollar moléculas más potentes y hallar espacios para que funcionen mejor.

Su tesis aborda mucho el tema de los productos naturales. ¿La medicina homeopática funciona?

Claro, pero es necesario investigar el contenido químico de las plantas, porque así como tienen componentes benéficos, también es posible que tengan dañinos. Asimismo, se les debe emplear según la enfermedad que se vaya a tratar. No niego que la homeopatía sea buena, pero hay veces en que simplemente no es suficiente. Pongo un ejemplo. En una persona con diabetes, no hay una planta que le ayude; en definitiva, tendrá que inyectarse insulina.

¿Existen en Guatemala estudios profundos sobre plantas medicinales?

No como en Alemania, un país que ahora mismo experimenta una especie de boom homeopático.

En nuestro país hace falta que los científicos nos unamos y compartamos información, lo cual permitiría armar una farmacopea nacional. Eso beneficiaría de diferentes maneras: científicamente se validaría el uso de esos productos; eso, a la vez, incentiva el cultivo de más plantas, lo que se traduce a menos deforestación y mejor uso de la tierra. Se puede decir, entonces, que se produce un impacto ecológico positivo.

Otro de los beneficios del estudio químico de las plantas es que, con la información recopilada, se pueden desarrollar nuevos medicamentos.

En los últimos meses se ha hablado bastante sobre la marihuana. ¿Se debería legalizar? ¿Tiene efectos medicinales?

Este es un punto polémico y hay varias posturas. La marihuana sí tiene efectos medicinales, pero también se han descubierto efectos cerebrales negativos, como pérdida de la memoria o de la percepción. En mi opinión, esta es una planta que se debe estudiar más.

En cuanto a su legalización, creo que los que hacen presión para que se logre son aquellos que la consumen de manera adictiva.

¿Existen otras opciones a la marihuana, medicinalmente hablando?

Por supuesto. Creo que hay que trabajar más en psicoterapia y desarrollar medicamentos derivados del tetrahidrocanabinol —principal compuesto psicoactivo del canabbis—. Estos, a su vez, deben estar a disposición solo bajo prescripción médica.

En el país, aunque los medicamentos digan que solo están a la venta bajo prescripción médica, las farmacias los expenden libremente.

Sí, y se necesita fortalecer el control sobre esos fármacos. Otra cuestión es la educación. Aquí es común, por ejemplo, que la gente no termine el tratamiento que le receta el médico y eso impacta en la resistencia bacteriana.

¿Cree que en Guatemala se dan las condiciones económicas suficientes para incentivar la investigación científica?

Es sabido que se necesita más dinero. Óscar Arias, expresidente de Costa Rica y Premio Nobel de la Paz 1987, en su tiempo, impulsó una reorganización presupuestaria en la que se priorizó la educación, salud e investigación.

No digo que debamos copiar ese modelo, porque cada nación tiene diferentes necesidades. Lo que se puede hacer, eso sí, es evaluar hacia dónde van los recursos y diseñar condiciones efectivas para apoyar a los investigadores.

¿Qué hace falta para que la comunidad científica de Guatemala se acerque?

Uno de los puntos más importantes es que las instituciones correspondientes fortalezcan la legislación en cuanto a derechos de propiedad intelectual. Sin eso, creo que los científicos guatemaltecos seguiremos unidos solo de forma parcial.

¿Cómo se logra compaginar la ciencia con el trabajo comunitario?

¡Esa es la pregunta! Es muy difícil, pero sí es posible. Por 15 años trabajé con mujeres migrantes del área rural, específicamente en la Escuela Experimental del Día Domingo para Niñas Trabajadoras, con la Asociación de Proyectos Educativos Regionales de Autoayuda, en la zona 1 de la capital.

Ahí descubrí que las plantas medicinales son un punto de convergencia, pues permite que mi trabajo científico llegue hasta las comunidades. ¿Cómo? Pues, con la información recopilada, se puede hacer mejoras en los cultivos, y de esa manera generar mayores ingresos para la población.

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