Revista D

A las puertas del cielo

Siempre que se viaja por Guatemala se puede encontrar un paisaje inesperado, sobre todo fascinante y cargado de cultura e historia. Uno de estos lugares es Huehuetenango, que con un clima exquisito de montaña, ofrece de todo para todos los gustos.

La Posada Finca Chaculá se encuentra en Nueva Esperanza Chaculá, Nentón, Huehuetenango.

La Posada Finca Chaculá se encuentra en Nueva Esperanza Chaculá, Nentón, Huehuetenango.

Cerca de la Sierra de los Cuchumatanes y de la frontera con México se encuentra la Posada Finca Chaculá, en Nueva Esperanza Chaculá, Nentón, un destino para quienes quieren descansar después de haberse sumergido en los atractivos turísticos casi inexplorados de la región, desde sitios arqueológicos, cuevas sagradas, ríos, cenotes o lagunas, escondidos en la vegetación, hasta retos en el bosque para llegar a una cascada.

La posada fue remodelada desde hace unos cinco años y abierta al público hace dos, como un proyecto ecológico comunitario solidario. Hasta ahora cuenta con tres cómodas y amplias habitaciones dentro de la casona, y una cabaña con seis camas sencillas y baño.

Por las noches, después de las actividades y excursiones que se pueden contratar en la finca, en la casona de la antigua hacienda se sirve una cena en la que participan todos los huéspedes, para, además de degustar una deliciosa comida, compartir las experiencias del viaje, anécdotas y el calor acogedor de la chimenea.

Un poco de historia

Chachulá es una comunidad integrada por 210 familias de distintas etnias, originarias de diferentes lugares de Huehuetenango, que retornaron de México después de haberse refugiado en ese país durante los años más intensos de la guerra interna. La región fue una de las más afectadas. Algunas de las poblaciones fueron arrasadas completamente, como la masacre perpetrada por el Ejército en San Francisco, sitio en el que se conservan templos mayas aún no estudiados.

Los pobladores, quienes están anuentes a compartir sus historias, son propietarios de la finca, que fue comprada en 1994, gracias al crédito otorgado por el Fondo Nacional para la Paz, después de años de negociaciones.

Durante los primeros años, los pobladores de Nueva Esperanza Chaculá se dedicaron a atender las necesidades básicas de las familias y la comunidad. Posteriormente decidieron comenzar un proyecto de turismo rural comunitario, solidario y sostenible que permitiera crear empleos y generar ingresos para otros proyectos de beneficio común, además de mantener el patrimonio natural, histórico y arqueológico.

En la actualidad

Algunos de los niños que en ese entonces se refugiaron en las montañas con sus familias hoy son los integrantes de la cooperativa que se preocupa por el desarrollo de la comunidad. La Posada Finca Chaculá es uno de los proyectos, así como la producción de lácteos, que también se desarrolla dentro de la finca, y la protección del bosque y los recursos en los límites de la aldea.

Según Édgar Leonel Díaz, encargado de la posada, cada día tratan de mejorar el servicio, tomando en cuenta las necesidades de cada huésped. El personal lo integran habitantes de la comunidad, que se turnan para atender a los visitantes.

Este lugar no solo ofrece atractivos impresionantes que parecieran situarse en las puertas del cielo, sino también una manera distinta de recuperar la memoria reciente de la historia nacional.

Para información de cómo llegar y tarifas se puede consultar la página web www.unicornioazul.com/posada-finca-chacula.

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