Revista D

El máster de la ilustración

El chileno Sergio García Moreno, quien residió en Guatemala por varios años, dibujó famosas caricaturas.?

Ilustrador Sergio García Moreno (Foto Prensa Libre: Cortesía de Besie García)<br _mce_bogus="1"/>

Ilustrador Sergio García Moreno (Foto Prensa Libre: Cortesía de Besie García)

Quienes eran niños en la década de 1980 recuerdan a He-Man y los amos del universo, una caricatura que transcurría en el fantástico planeta Eternia, donde He-Man luchaba contra Skeletor para proteger los secretos del Castillo de Grayskull.

Su ilustrador era Sergio García Moreno —Santiago de Chile, 23 de junio de 1922—, quien vivió en Guatemala desde la década de 1980 hasta su muerte, el 6 de noviembre del 2010.

“Sergio estaba muy orgulloso de He-Man”, recuerda la guatemalteca Dora Elizabeth García, su cuñada, amiga y diagramadora.

En esa misma serie animada dio vida a otros personajes como Cringer —el cobarde tigre verde que, con el poder de Grayskull, se transformaba en el fuerte Battle Cat—, Orco, Duncan, Teela y She-Ra, así como su archienemigo Skeletor y sus secuaces.

García Moreno trabajó para Filmation, en California, productora de He-Man. Ahí colaboró para crear otras series como BraveStarr, Los cazafantasmas, Tarzán, El llanero solitario o Flash Gordon“, cuenta Dan Terzuola, quien tiene una parte de la colección que el chileno dejó en el país.

“Pasó su vida dibujando. Lo miraba en su escritorio hasta altas horas de la noche”, recuerda Dora Elizabeth. “Igual usaba la mano derecha que la izquierda; era ambidiestro“.

García Moreno es uno de los más reconocidos ilustradores de Sudamérica y Estados Unidos, pero su obra pasó prácticamente desapercibida en Guatemala. “En realidad, creo que nunca se dio cuenta de lo fantástico que era”, dice Terzuola.

Un maestro

Al principio de su carrera, el dibujante firmaba su trabajo como Sergio Moreno. Publicaba en el diario chileno La Nación, en la década de 1950, considerada la época de oro de los cómics de Argentina y de su país natal. “Él era uno de los referentes, junto a Antonio Jodorowski”, indica Terzuola.

En la década de 1970, cuando ya firmaba como García Moreno, trabajó en un proyecto del Cuerpo de Paz de Estados Unidos en Guatemala. Se dedicó al cómic Educación básica rural, dirigido a los campesinos, en el cual se daban consejos para administrar mejor los terrenos. Entre las temáticas estaban cómo cultivar de manera más eficiente o el procedimiento para pedir préstamos.

En ese tiempo conoció a la guatemalteca Olga García, su segunda pareja, de quien se divorciaría 25 años después.

Ambos emigraron a EE. UU., donde García Moreno consiguió un trabajo para Filmation. “Fue la cúspide de su carrera”, refiere Dora Elizabeth.

En la década de 1980 se trasladó definitivamente a nuestro país. “Le gustaba mucho nuestra naturaleza, clima y tranquilidad”, comenta su amiga. Vivió en las populares colonias Primero de Julio y Colinas de Minerva.

Grandes proyectos

“Sergio era retraído y no le gustaba que tocaran su trabajo”, cuenta Dora Elizabeth. “Hasta que murió pude ver sus grandes tesoros”.

Las obras artísticas le fueron heredadas a ella. Hoy, en su casa, guarda cientos de dibujos del artista. Hay muchos de Ken Barows, una serie animada que no concluyó. Este fue uno de sus grandes proyectos. De esta caricatura hay un documento de 54 páginas, el cual buscaba publicar, pero del que no encontró patrocinio. “Trata del juicio final, basado en las profecías de los mayas. Moreno García construyó un mundo subterráneo plagado de monstruos, y hay una princesa maya a quien cuidar”, explica Dora Elizabeth.

Terzuola agrega: “Hay seres ‘retrofuturísticos’, con templos mayas y cosas de ese tipo”.

Una de las curiosidades, conservadas por Terzuola, es un sencillo cuaderno donde Sergio García dibujó detalles de la Guatemala de la década de 1970. Hay paisajes rurales, trajes indígenas, camionetas extraurbanas o estructuras antiquísimas —iglesias, por ejemplo—.

Inspiración

García Moreno dejó una enorme biblioteca. “Leía bastante a Agatha Christie, Julio Verne y Emilio Salgari; creo que su obra estuvo influenciada por ellos”, cuenta su exdiagramadora. Tenía, además, una extensa colección de revistas de todo tipo, cómics incluidos.

García Moreno no tuvo hijos, pero su legado se mantiene vivo con las exposiciones que tienen lugar en Antigua Guatemala, Sacatepéquez. Durante diciembre habrá una en ¡Ay Robot! Cómics, administrado por Terzuola —6a. avenida sur y 4a. calle de la ciudad colonial—.

“Sergio nunca paró de dibujar. Al final de su vida lo hizo con la ayuda de muchas luces, porque casi no miraba”, recuerda Dora Elizabeth. “Siempre fue genial”.

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