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Raúl Tejada: Un Ironman guatemalteco

Su intenso entrenamiento le ha permitido ganar triatlones a escala internacional, en la distancia de 70.3 millas.

Foto Prensa Libre: Cortesía Raúl Tejada<br _mce_bogus="1"/>

Foto Prensa Libre: Cortesía Raúl Tejada

En 1977, un militar de Estados Unidos propuso unir tres de las competencias más importantes establecidas en la isla de Hawái: Waikiki Roughwater Swim, Around-Oahu Bike Race y el maratón de Honolulú, en una sola contienda que diera como resultado a un solo ganador, un Ironman de carne y hueso.

Desde entonces, el sábado de octubre más cercano a la luna llena, miles de atletas se dan cita en la Isla para poner a prueba no solo la resistencia de su cuerpo, sino su mente, en la justa más larga de desafío deportivo.

Después  de 35 años de tradición, esta competición sigue con la misma estructura, con un tiempo máximo de 17 horas y un promedio general de 12. El récord lo ostenta Luc Van Lierde (1996), con un tiempo de 8:04:08. La prueba completa consta de 3.86 kilómetros a nado, 180 de ciclismo y 42.2 de carrera. Con el transcurrir de los años se estableció una competencia media que permite a más aspirantes competir bajo las mismas circunstancias, pero con distancias más cortas.

Es en esta donde el guatemalteco Raúl Tejada (24 años) ha destacado y se ha vuelto un Ironman chapín.

En su más reciente participación obtuvo el primer lugar. Nos referimos al  Iroman World Championship 70.3, que se disputó en Henderson, Nevada, Estados Unidos, el pasado 8 de septiembre. Su tiempo fue de 4:13:45 horas. “Mi sueño es ganar la competencia profesional”, afirma.
A continuación, Tejada relata cómo ha sido su experiencia en estas competencias.

¿Qué implica participar en este tipo de justas?
Los atletas deben clasificarse para poder participar. Hay distintos eventos oficiales en los que van ganando ese derecho. Clasifican unos 50 competidores en las 57 sedes que hay por todo el mundo. Quien sabe de triatlón sabe que esta es la competencia más esperada, porque las condiciones climáticas en la isla son difíciles, hay mucho calor, humedad, y el recorrido es complicado. Al este llegan solo dos mil 500 seleccionados, entre 90 mil personas. Es una experiencia que no se puede entender hasta que no se pasa por ella. Uno sabe que va a sufrir, a darlo todo. Algunas veces, cada paso produce dolor. El cansancio es inmenso porque la competencia es continua, pero solo queda volverse más resistente. Es como en la vida, hay momentos en que uno cree que va a morir, pero si uno los enfrenta, pasan.

¿Desde hace cuándo participa en estas competiciones?
Empecé en el 2009,  en la Iron Maya de  70.3 (millas), que es la distancia media, y no esperaba ganar, pero luego de eso decidí competir fuera del país. Las primeras veces tuve buen tiempo, buen lugar, pero no lograba trofeos, fue hasta el año y medio que alcancé un séptimo puesto. Al siguiente avancé otra posición, y fue hasta el tercer año que obtuve una presea. El 2012 no fue el mejor, pero este año gané la competencia en Las Vegas, en la categoría 25-29 años. Los competidores están divididos por grupos de edad; corren unos 200 en cada categoría. Una de las más fuertes cuenta con  atletas que están entre 30 y 40 años, porque este deporte no es como el futbol, que a los 30 años ya no rinde igual. En esta especialidad se valora que el cuerpo madura con el tiempo  y aumenta su resistencia. Los participantes de más edad tienen entre 69 y 75 años.

¿Qué hizo diferente en esta ocasión?
Este año cambié mi forma de entrenamiento. Me enfoqué en fortalecer mis debilidades; por ejemplo, en la nutrición fuera de la competencia y dentro de ella. Mejorar la técnica en la natación me ha permitido sentirme relajado y más cómodo para enfrentar las otras dos áreas en las que tengo más fortaleza. Nado y corro cinco horas, lo demás es bicicleta. Hago técnica, intervalos de resistencia y de fuerza, recuperación y masajes deportivos.
Entreno entre 20 y 30 horas a la semana. Voy a la universidad de noche y trabajo en la empresa de mi papá. Cuando se acercan las fechas, él me permite faltar y concentrarme en mi entrenamiento. Yo no considero que el deporte sea todo  en la vida, sino que todo tiene importancia, y eso hace que tenga más fortaleza y más ganas.

¿Cómo planifica una competencia?
Mi fuerte es la bicicleta, ahora que el evento clasificatorio se hace en Las Vegas, me beneficia porque el terreno es montañoso y su parecido con el de Guatemala me proporciona ventajas. Corriendo también tengo buen desempeño. No aprendí a nadar desde pequeño, y eso ha tenido repercusiones, pues esta es la competencia donde me sacan más ventaja los otros atletas. Aunque esté cansado me levanto temprano y salgo a entrenar. Llevo varios meses así, y cada vez lo hago con más ganas, trato de poner todos mis valores porque se sufre durante los entrenamientos. Haber ganado el Mundial, para mí es un mérito tan grande que rebasó mis expectativas.

¿Cómo se prepara para la competencia larga en Hawái?
Quien ganó el Mundial a nivel profesional hizo 12 minutos menos que yo. Solo en natación fueron siete minutos y lo demás se perdió en transiciones. Estoy trabajando en la intensidad para volverme más eficiente. Nado dos veces al día para bajar esos siete minutos que son cruciales en la sumatoria final. Creo que tengo un buen corazón, y antes que el cansancio me dominen las ganas de mejorar.

¿Por qué no migra a la categoría profesional?
La experiencia vale mucho en este deporte. Yo no me cierro, aprendo y aplico lo que me sirve. Lo comparo mucho con la vida que llevo y con lo que quiero para el futuro. Los triatlonistas se vuelven profesionales a los 30 o 32 años, yo tengo  24. Ellos están en su mejor momento. Aunque solo 29 cruzaron la meta antes que yo, solo llegan 60 a la carrera, y considero que me conozco mejor en la distancia media. Hay mucho que aprender, cómo comer, hidratarse bien, porque entre más larga es la competencia es más complicado atender las necesidades del cuerpo sin detenerse durante nueve horas. Los atletas de 35 años han competido unas tres veces al año en esta distancia, y ya están acostumbrados a lidiar con las dificultades. Quiero prepararme y madurar como atleta para destacar cuando llegue el momento.

¿Cómo se involucró en esta disciplina?
Todo empezó como un reto. Unos amigos me invitaron a participar en una triatlón, más por estar saludable que por ganar la competencia, pero gané. En este deporte uno puede ver los cambios en el cuerpo y los beneficios de una mejor técnica. Como principiante me iba bien, pero no ganaba trofeos. Pude ver mi propia evolución con los años. Me considero una persona diligente, me aseguro de terminar todo lo que empiezo. Ahora llevo unos cuatro años y medio y considero que me ha ido muy bien.

¿Qué dificultades encuentra el competidor además del clima y la distancia?
Si uno es de los últimos participantes debe enfrentarse al tráfico, el calor y a más viento, hasta lograr ganar una buena posición. Además, las bicicletas no quedan en buenas posiciones para tomarlas, y eso hace que el tiempo aumente. Tomar de forma equivocada los azúcares o la hidratación podría provocar problemas físicos serios.

¿Recibe ayuda del Estado?
Este año me respaldan varias empresas privadas. Mi distancia no es olímpica y por ello no tengo el apoyo de la Federación de Triatlón, a pesar de ser un atleta federado. Un competidor de Ironman gana su clasificación entre unos dos mil 500, y yo tengo el ranquin 30 a nivel mundial. A las olimpiadas podrían llegar unos cien competidores y no tenemos ninguna representación, lo que me deja luchando por méritos propios. Los fondos no se invierten en quienes traen resultados al país. Ser profesional también requiere dinero, pues la clasificación no se logra con una sola competencia.
Es un ejemplo un poco burdo, pero en las olimpiadas nadie se interesa demasiado por el futbol olímpico; sin embargo, en el mundial  que se celebra  cada cuatro años el planeta se detiene para ver quién va a ganar. Así es en el triatlón, esta competencia no está normada por las federaciones, pero cualquiera sabe que es la más prestigiosa. Además, los atletas que salen de las olimpiadas se pasan a competir al Ironman. No es que una sea mejor que la otra, pero sí tiene mucho más audiencia.

¿Cuáles han sido sus opciones?
Conocí a un colombiano que decidió adoptar la nacionalidad estadounidense por las mismas razones, pero yo siempre porto la bandera de mi país y me inscribo como guatemalteco; sin embargo, llega a doler que a pesar de todo no existe ningún apoyo de parte de los connacionales. Yo también podría pensar en aceptar las propuestas que otras naciones me han hecho, precisamente porque ven un potencial que debe explotarse, pero yo sigo pensando en competir por mi país.

¿Quién lo entrena?
Tengo un entrenador en Estados Unidos, gracias al apoyo de una empresa de ese país. Yo le envío mis resultados por internet y él me devuelve las rutinas que debo cumplir. Requiere mucha disciplina y ganas de seguir las instrucciones al pie de la letra. Hay días muy duros y otros más suaves que a veces se vuelven más complicados, porque no puede imprimirse todo el ánimo que se tiene.

Hay otros interesados en el triatlón. ¿Qué deberían saber de este deporte?
Este es un deporte individual, pero a cada uno le funciona algo distinto. Creo que todos tenemos un ciclo de vida dentro del deporte, pero lo importante es poner todas las ganas, la virtud de la disciplina. También creo que todos logramos lo que queremos si no nos damos por vencidos, solo que unos se tardan más que otros, pero vale la pena.

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