Revista D

Un país de contrastes

En el desarrollo social, económico y tecnológico, así como en su geografía, hay disparidad. Tenemos dos Guatemalas.

El Puerto San José, Escuintla tiene la tasa más alta de homicidios a nivel nacional con 153.4 por cada 100 mil habitantes. En contraste, cerca de 65 municipios, la mayoría del Occidente del país, no reportan homicidios. (Foto Prensa Libre: Hemeroteca PL)

El Puerto San José, Escuintla tiene la tasa más alta de homicidios a nivel nacional con 153.4 por cada 100 mil habitantes. En contraste, cerca de 65 municipios, la mayoría del Occidente del país, no reportan homicidios. (Foto Prensa Libre: Hemeroteca PL)

Si hay algo que define a Guatemala son los contrastes. Desde los accidentes geográficos, pues es posible encontrar poblados a más de 3 mil metros de altura que se cubren de escarcha durante los meses fríos, hasta planicies donde el sol abrasador tuesta la piel de los habitantes de las costas del Atlántico y Pacífico.
Un país con rica diversidad biológica en un territorio de 108 mil 889 kilómetros cuadrados donde conviven hablantes de 22 idiomas mayas, más el garífuna, el xinca y el castellano. Una nación con el 60 por ciento de población mestiza y el 40 por ciento indígena.
Cuna del ganador del premio Nobel de Literatura 1967 —Miguel Ángel Asturias— pero con el 14.46 por ciento de habitantes que no sabe leer ni escribir. Patria de la Nobel de la Paz 1992 —Rigoberta Menchú—, donde la tasa de muertes causadas por la violencia (31.6 por ciento) nos sitúa entre los más violentos de la región.

Grande y pequeño

Las nevadas han sido uno de los sucesos que más han llamado la atención durante los últimos años, registradas en algunas comunidades de las tierras altas del occidente del país, como Ixchiguán, San Marcos, el municipio de mayor altitud de Guatemala y Centroamérica, a 3 mil 200 m.s.n.m.
En este poblado la temperatura media oscila de los 5 a 18 grados centígrados, mientras que en la época fría puede llegar a los 3 grados bajo cero. La mayoría de sus pobladores se dedican a la crianza de ovejas, al cultivo de papa, maíz y algunas hortalizas.
En contraste se encuentran, Ocós, San Marcos; Puerto San José, Iztapa y Nueva Concepción en Escuintla y Champerico, Retalhuleu. En estos municipios, en los que sus pobladores se dedican principalmente a la pesca, la temperatura sube, en promedio, a los 35 grados.

Las dos caras de Guatemala también se pueden observar en la extensión territorial de los municipios. El mayor es San Andrés, Petén, llamado también El Cerrito de Plata. Tiene 8 mil 874 kilómetros cuadrados y está ubicado en el noroeste de dicho departamento.
Es, incluso, más extenso que la mayoría de departamentos del país, a excepción de Izabal y Alta Verapaz. En 1990 más del 93 por ciento —8,288 km2— de la superficie del municipio fue declarado área protegida.
Mientras que el municipio más pequeño es San Bartolomé Milpas Altas, Sacatepéquez con una extensión de 7 kilómetros cuadrados.

Más y menos bosques

La riqueza forestal es una de las fortalezas del país. Según el Consejo Nacional de Áreas Protegidas (Conap), más de la mitad del territorio tiene esta vocación, de esa cuenta, el 54.6 por ciento se encuentra bajo el régimen de área protegida.
La mayor cobertura forestal —50.3 por ciento (1,802,604 hectáreas reportadas en 2010) está en Petén. “La mitad del territorio es bosque”, indica Adalberto López, coordinador del sistema de información geográfica de Conap.
Jutiapa es el que menos riqueza posee, ya que solo el 3.95 por ciento del departamento es bosque. “Las áreas protegidas son pequeñas y, por lo general, son fincas privadas”, afirma López.
Petén, además, tiene otros contrastes. Es el departamento con mayor extensión en áreas protegidas: 76 por ciento, de un total de 328 zonas declaradas por Conap. Por ejemplo, la Reserva de Biosfera Maya ocupa el 23 por ciento del territorio nacional. “Es el área protegida más grande Mesoamérica”, indica el experto, pero también es el departamento donde ocurre la mayor pérdida de bosque.
La tasa de cambio de uso del suelo en la región es de 40 mil 125 hectáreas anuales, según el monitoreo del Sistema Estadístico Forestal Nacional (Sifgua), realizado del 2001 al 2010.
“Las invasiones desde hace varias décadas han provocado cambios en el uso del suelo, principalmente hacia la ganadería”, explica el técnico de Conap.

Luz y teléfonos

La cobertura eléctrica es uno de los mayores indicadores de desarrollo. En el 2013 a nivel nacional esta fue de 89.6 por ciento con un total de 2 millones, 809 mil 748 usuarios atendidos, asegura el Ministerio de Energía y Minas (MEM).
Alta Verapaz es el municipio con menor cobertura eléctrica con 43.5 por ciento. De un estimado de 204 mil 536 viviendas, solo 88 mil 954 usuarios tienen este servicio.
Pero son los municipios de Tucurú (18.74) Senahú (22.52) y Chahal (23.32) los que más carecen de este servicio. Similar situación enfrentan San Juan Chamelco, Panzós, Cahabón, Raxruhá y La Tinta.
La otra cara la representa el departamento de Guatemala, con una cobertura del 99.5 por ciento. De una proyección de 744 mil 598 viviendas, un total de 741 mil 159 usuarios cuentan con luz.

Similar situación se vive en los servicios de telefonía residencial. El departamento de Guatemala cuenta con el mayor número de líneas fijas (un millón, 407 mil 575). De esta cantidad, la capital tiene el mayor porcentaje de líneas a nivel nacional (1 millón, 124 mil 301), según datos de la Superintendencia de Telecomunicaciones (SIT/ 2014).
En contraste, Baja Verapaz es el departamento con menor cantidad de líneas telefónicas: 5 mil 484. Sin embargo, varios municipios en Quiché, Huehuetenango y Alta Verapaz no cuentan con ninguna. Entre estos San Juan Atitán, San Mateo Ixtatán en Huehuetenango; Canillá, San Bartolomé Jocotenango y San Juan Cotzal, Quiché; y Lanquín, Chahal, Raxruhá, Tamahú y Tucurú en Alta Verapaz.
Para Valerie Julliand, coordinadora residente del Sistema de Naciones Unidas en Guatemala, en la actualidad los teléfonos no solo son esenciales para la comunicación verbal, sino también para tener acceso a información a través de internet y las redes sociales. “Es dramático que haya lugares donde se carece de internet e, incluso, electricidad, lo cual marca un retroceso”, señala.

Parque vehicular

La cantidad de automotores por departamento también marca brechas entre lo urbano y rural. En el país circulan 2 millones 738 mil 925 vehículos, según cifras de la Superintendencia de Administración Tributaria (Sat), hasta diciembre del 2014.
El departamento de Guatemala es el que cuenta con más con un total de 1 millón 247 mil 657. También reporta la mayor cantidad de accidentes de tránsito: mil 903 (34 por ciento).
En contraste, Sololá tiene el menor número: 19 mil 266, lo cual evidencia menos hechos de tránsito: un total de 113 (2 por ciento) en el 2014, de acuerdo al boletín estadístico del Departamento de Tránsito de la Policía Nacional Civil.

Menos pobladores

Ser el municipio con menor población no va de la mano con tener menos arbitrios. Santa María Visitación, Sololá con 2 mil 704 habitantes es el municipio con menos población, como lo indica el informe del aporte constitucional del 2015.
Pero, gracias a ingresos municipales, como el boleto de ornato y la extracción de madera, la comuna recibe Q117 al año por persona, lo que en total representa Q5 millones 197 mil 989.
Un suma mayor que sus vecinos de San Andrés Semetabaj, Santa Catarina Palopó, San Antonio Palopó y San Pablo La Laguna, con más pobladores.
Mientras que el municipio más poblado es Guatemala con una proyección de 993 mil 815 habitantes.

Analfabetismo

El departamento de Zacapa es el que se lleva las palmas con el menor índice de analfabetismo a nivel nacional con 2.60 por ciento, con una población analfabeta de 3 mil 802 habitantes (mayores de 15 años) en el 2014, de acuerdo a los datos proporcionados por el Comité Nacional de Alfabetización (Conalfa).
En contraste, el departamento con mayor índice de analfabetismo es Quiché con 28.73 por ciento, es decir 156 mil 354 habitantes mayores de 15 años analfabetos. Muy cerca le sigue Alta Verapaz con 27.26 por ciento, 183 mil 555, pero en este lugar la población es mayor.
“Ambos departamentos han sido golpeados por realidades sociales adversas. El conflicto armado interno y la pobreza extrema. A esto se suma la escasa cobertura educativa”, indica Rosángela Mérida de Conalfa.
El departamento de Guatemala tiene un índice de analfabetismo de 5.99, que equivale a 137 mil 543 mayores de 15 años.
La alta migración hacia la capital y la economía informal son parte de los factores para que en Guatemala persista este porcentaje. “Se ha comprobado que cada día migran a la ciudad al menos cinco familias”, afirma Mérida.

Desnutrición

San Juan Atitán, en Huehuetenango continua a la cabeza con los índices más altos de desnutrición crónica en el país con 91.40 por ciento en escolares, como lo reflejan las cifras de la Secretaría de Planificación Económica (Segeplán) basados en el Censo Nacional Mineduc-Sesan 2008.
Otros municipios como San Miguel Acatán (80.6) y Santiago Chimaltenango (82.10) del mismo departamento revelan este drama.
A 78 kilómetros de la Ciudad de Guatemala la historia es totalmente opuesta, los niños de Guastatoya, El Progreso, presentan los índices más bajos de desnutrición con 10 por ciento.
De acuerdo a informes, Julliand comenta que la principal razón de esta malnutrición es la falta de acceso a la comida.

Ingresos propios

El aporte económico que recibe cada uno de los 338 municipios como parte de 10 por ciento del presupuesto general del Estado constituye, en teoría, una de las bases para la descentralización.
La más beneficiada es la Municipalidad de Guatemala que recibirá este año Q84 millones 516 mil 130.95.
Mientras que el municipio que recibirá menos ingresos será San Gabriel, Suchitepéquez: Q3 millones 875 mil 682.50, el cual tiene una población de 6 mil 364 habitantes.
El situado constitucional también aporta datos como ingresos ordinarios per cápita. Nuevamente la capital se sitúa a la cabeza con un estimado de ingresos por habitante de Q1 mil 568.80.
Sin embargo, seis municipios ni siquiera registran este dato, por ejemplo, San José La Máquina, Suchitepéquez; La Blanca, San Marcos; Tucurú y Lanquín, en Alta Verapaz; El Chal, Petén; y San Jorge, Zacapa.
De igual manera es posible encontrar cuáles son los municipios cuyos habitantes reportan menos ingresos ordinarios per cápita. Entre ellos, San Juan Tecuaco, Santa Rosa (9.55), Santa María Chiquimula, Totonicapán (8.51); Tajumulco, San Marcos (9.18); y Cuilco, Huehuetenango (7.38).

Más homicidios

Las cifras de muertes por violencia en el país marcan un mapa caracterizado por zonas fronterizas y en el Oriente que se tiñen de rojo. En contraste, los departamentos en la región de Occidente, con mayoría indígena, tienen las cifras más bajas, de acuerdo a datos proporcionados por el Centro de Investigaciones Económicas Nacionales (Cien) en el 2014, con base en datos de la Policía Nacional Civil (Pnc) y proyecciones de población del Instituto Nacional de Estadística (Ine).
Escuintla es el departamento con mayor tasa de homicidios por cada 100 mil habitantes (74.4), seguido por Zacapa (73.1) y Chiquimula (60.2) El departamento con menos índice es Totonicapán (3.6).
A nivel municipal, el más violento es Puerto San José, Escuintla (153.4) seguido de Teculután, Zacapa (132.4). Guatemala ocupa el puesto 21 (74.6).
Los datos revelan que 20 municipios concentran el 51 por ciento de los homicidios, 21 por ciento de los municipios (72 de 338) registran el 80 por ciento de los homicidios; mientras que 65 municipios no reportan homicidios, en su mayoría los del Occidente del país.
“Las zonas con alta tasa de homicidios se caracterizan por ser puertos importantes en los que hay comercio pero también narcomenudeo. La criminalidad aumenta en las ciudades donde hay dinero”, resalta Wálter Menchú, analista del Cien.

Policías

La Policía Nacional Civil cuenta con 31 mil 338 agentes, de los cuales el 82.2 por ciento se dedica a la seguridad ciudadana (25 mil 760 agentes).
El personal policial desplegado en los 22 departamentos es de 18 mil 868 agentes dedicados a prestar seguridad. En la capital hay 5 mil 917 agentes (31.4 por ciento); el segundo con mayor cobertura es Escuintla con 7.1 por ciento y por último la menor cantidad de policías están en Totonicapán con 309 agentes (1.6 por ciento).
Menchú resalta que no se trata solo de la cantidad de agentes, sino también de la operatividad de los mismos. “De nada sirve tener un millón si no hay patrullajes, inteligencia o monitoreo de cámaras”, resalta el analista.

Los extremos

“La desigualdad es el tema más impactante del país. Esta se entiende en todos los niveles, pues define las diferencias entre el más alto y más bajo en términos económicos, sociales, políticos y de participación. Hay dos Guatemalas”, expresa Julliand, en que resalta una marcada riqueza en las zonas urbanas y de pobreza en las zonas rurales.
Explica que este fenómeno se observa fácilmente en una capital con acceso a servicios básicos y de calidad, alto nivel social, en contraste con una población rural donde es difícil encontrar servicios de salud y los niveles de pobreza extrema son del 13.3 por ciento, lo cual abarca a cerca de 2 millones de personas. “Es mucho”, señala Julliand.
Carlos Barillas, Director de Ordenamiento Territorial de Segeplan, reconoce que existe un desequilibrio fuerte a lo interno de los departamentos, por lo que los datos permiten identificar esas grandes brechas para trazar acciones.
“La planificación pretende identificar dónde están las brechas más fuertes”, afirma, en donde ubica varios municipios de Quiché, Alta Verapaz y Huehuetenango con los indicadores más críticos, tanto por causas históricas como por la compleja topografía.
Un ejemplo de este contraste es el Valle del Polochic, territorio que abarca nueve municipios de Izabal, Alta y Baja Verapaz.
Indica que el censo sobre pobreza rural identificó que de 1996 al 2011 la pobreza extrema había aumentado del 29 por ciento al 42 por ciento. Y la pobreza general de 64 por ciento a 80 por ciento. Paradójicamente, los indicadores de Producto Interno Bruto (PIB) en esta región habían aumentado. “La riqueza no está bien distribuida, por lo que el derrame no lo recibe la población”, comenta Barillas.

ESCRITO POR: