Revista D

Josué Avendaño: Nunca dejamos de ser padres

El papel de padre, en la mayoría de casos, nunca concluye porque siempre estarán pendientes de los hijos y luego vendrán los nietos, y la tarea continuará, por lo que "se es padre, doblemente", afirma Josué Avendaño, presidente de la Asociación Guatemalteca de Medicina del Adulto Mayor y de la Academia Guatemalteca de Gerentología y Geriatría.

Avendaño  dice que al adulto se le debe estimular la interacción social.

Avendaño dice que al adulto se le debe estimular la interacción social.

El geriatra, sin embargo, hace una reflexión en cuanto a la atención que los hijos deben prestarles a los padres cuando entren en la etapa de adultos de la tercera edad y requerirán de cuidados especiales, lo cual, incluso, podría generar conflictos entre la familia.

Cuando están enfermos “no quieren ser hospitalizados; a muchos, si se les tomara su consentimiento dirían: “Yo me quiero quedar en la casa, y si me voy a morir, que sea en la casa, pero a un hospital no voy”, relata el especialista, quien durante su carrera ha escuchado este tipo de comentarios una y otra vez.

¿Todos envejecemos de la misma manera?

El envejecimiento es uno de los logros más grandes de la humanidad, al poder llegar a edades más tardías, pues antes se vivían menos años, lo cual ha ido cambiando en muchos aspectos. Es un proceso universal, acumulativo, irreversible, no patológico, que está influenciado por tres factores: los genéticos, el estilo de vida y los ambientales, que es lo que llamamos epigenética, lo cual significa que envejecemos un 30 por ciento influidos por la genética y el otro 70 por ciento por factores que podemos modificar, o sea que nosotros decidimos qué calidad de envejecimiento queremos tener y entre dichos factores está la nutrición, la actividad física, el sedentarismo, la obesidad, el tabaquismo y cualquier otro de tipo ambiental. Todo esto actúa para que el envejecimiento sea distinto de una población a otra.

¿Cuántos tipos de envejecimiento existen?

Tres. El cronológico, o los años que uno vive desde que nace hasta que muere; otro es el biológico, que se refiere a los cambios fisiológicos que se dan en el organismo; es decir, cómo se deteriora cada sistema debido a que algunos se aceleran más que otros, por ejemplo, a veces es el cerebro, otras el corazón o el hígado. El tercero es el funcional, que consiste en la forma para conservar las capacidades físicas, y en este sentido uno de los grandes retos en la geriatría es el tratar de conservar la capacidad física de los individuos hasta en los últimos años de su vida.

¿Cómo incide el fin de la etapa laboral en la salud del adulto mayor?

Muchas veces la persona está activa y sus facultades están bien, pero por la edad tiene que jubilarse. Con este hecho la persona empieza a perder un rol social, a sentirse carga para el hogar, después de ser el que aportaba. Entonces, se principia a aislar y automarginarse, lo cual provocará desvalorización y pérdida de la autoestima.

Es muy diferente envejecer en el área rural que en la urbana. En la primera, el adulto mayor es el anciano, es la persona a quien todos le toman la palabra y respetan, en cambio en el área urbana se le relega a otro nivel, ya no se le toma en cuenta en las decisiones. Se le dice, por ejemplo: hoy va a dormir acá, mañana con fulanita o lo vamos a cambiar de cuarto. Todo esto hace que se vaya perdiendo su dignidad.

Pero muchos adultos mayores vuelven a ocupar el papel de padres al cuidar a los nietos.

Cuando hablamos del hecho de ser padre no solo significa procrear hijos. A los adultos mayores los hace felices cuidar a los nietos, lo cual es un trabajo no remunerado, ya que si no lo hacen ellos alguien más lo tendría que hacer y eso significaría pagar. Por eso es que todavía se da la importancia como rol de padre a los abuelos, porque nunca se deja de ser padre. Ellos estarán pendientes de los hijos y luego vendrán los nietos, o sea que serán padres doblemente.

Yo conozco la experiencia de muchos adultos mayores que viven con ansiedad y preocupación debido a que les angustia la situación económica y social de los hijos, aunque ya hayan formado su hogar.

¿Qué otras situaciones afectan a los abuelos?

La desintegración familiar cuando los hijos se van de la casa, lo que se conoce como el nido vacío. La muerte del cónyuge marca mucho la calidad de vida que va a tener el adulto mayor. Cuando hablamos de factores de riesgo en los adultos, dentro de este grupo están los mayores de 80 años, los que viven solos, los que no tienen cónyuge o la pareja padece de alguna enfermedad crónica física o mental. Corren el riesgo de padecer muchos tipos de patología; por ejemplo, la depresión, que no consiste únicamente en la soledad, sino también porque se privan de muchas situaciones que antes tenían al alcance y que ahora van a depender de quien se las proporcione, entonces se da la automarginación, lo cual crea que pierdan sus valores y se sientan que ya no son útiles.

¿Qué tanto les ayuda como terapia cuidar a los nietos?

Siempre he pensado que los abuelos quisieran corregir la plana de lo que no hicieron con sus hijos y es por eso que hay conflictos con los padres porque ven de diferente manera la educación de los nietos y es ahí donde intervienen los padres. Es como una etapa compensatoria de lo que pudieron hacer debido a que cuando cumplían el papel de padre se concentraron en el aporte económico y descuidaron el emocional, pero el tiempo que ellos necesitan no lo tienen los padres, mientras los abuelos sí.

Uno de los mayores problemas con los adultos mayores es la ocupación del tiempo libre, lo dedican a los nietos por eso es que hay mucha más afinidad entre ellos y los pequeños. Muchas veces el padre corrige y el abuelo defiende, porque ya la madurez y la visión es otra.

Pero llega el momento cuando se enferman y los abuelos se convierten en el centro de un conflicto entre los hijos.

Yo hago visitas domiciliarias y son raras las familias donde existe una gran integración entre los hijos. Lo que sucede es que cuando los adultos mayores se enferman de un mal crónico, ya sea físico y máxime si es mental, como alzhéimer, desintegra a las familias, porque nadie se quiere hacer cargo del cuidado. Casi siempre existe un salvador entre los hijos y es la hija que, regularmente, es soltera. A ella le sucede un fenómeno muy duro, porque debe dividir su tiempo entre trabajar, atender los quehaceres de la casa y cuidar al adulto mayor.

Los otros hijos visitan de vez en cuando y los padres, lamentablemente, lo que hacen es quejarse de la atención que les está dando la hija, quien tanto se esmera. Al final la hija termina siendo la mala de la película y siempre hay un hijo favorito que no se quiso hacer cargo, pero que con una vez que llegue al mes a visitar el padre está feliz.

Hay otro tipo de hijo que es el que aporta y que dice: encárgate del cuidado y yo voy a pagar, pero no me quiero meter en nada.

Otras veces el problema es que se rotan al adulto mayor: un mes está con un hijo y el siguiente con otro. Esto les afecta mucho a los que padecen enfermedades físicas y mentales, porque, si es alzhéimer, por ejemplo, esto acelera el deterioro, porque tienen que vivir un proceso de adaptación en cada casa, el cual es diferente.

¿Y cuando deben ser hospitalizados?

Los adultos no quieren ser hospitalizados. A muchos, si se les tomara su consentimiento dirían: “Yo me quiero quedar en la casa y si me voy a morir, que sea en la casa, pero a un hospital no voy”.

Es triste para un adulto despertar en una cama que no es de él, rodeado de personas que no conoce, muchas veces con sueros y sondas; eso lo deprime mucho más.

Muchas veces los hijos dicen: “Yo lo que quiero es lo mejor para mi papá”, pero ¿qué es lo mejor, para nosotros o para ellos?, porque para los hijos lo mejor es llevarlos a un hospital y dicen: “No me importa lo que gaste, pero lo que quiero es que mi papá salga bien”, pero el padre lo que menos quiere es salir de la casa.

¿Los asilos son una buena alternativa?

Hay casas donde llevan a cabo ciertas actividades e interrelacionan con otras personas de su edad, lo cual les puede ayudar, pero hay adultos mayores sanos en buenas condiciones físicas que los ingresan a una institución de estas donde las otras personas están enfermas, entonces al ver en qué ambiente se encuentran y no tener con quién comunicarse, les va a afectar mentalmente, emocionalmente y físicamente.

¿Cuál es el escenario ideal para el adulto mayor?

El modelo de ejemplo es el adulto mayor que reside en el área rural, donde se le respeta y consulta. En el área urbana, que viva donde él desee estar y no lo contrario, donde no se sienta una carga y pueda compartir con hijos y nietos. El escenario ideal es que se le respete como se lo merece y se le estimule la interacción social.

Uno de los problemas que vive es cuando hay una reunión social en la casa y dicen: “Miren, llévense al abuelo al cuarto del fondo porque puede hacer cosas que no debe”, eso los aísla más.

Muchas veces uno se pregunta qué le voy a regalar a mi papá; lo material ya no les importa, lo que ellos necesitan es demostraciones de cariño y que se les respete como los jerarcas que son.

Lo peor que le puede suceder es que se le haga sentir una carga, porque puede llegar al punto de decir: “Mira, mijo, yo ya no quisiera vivir, estoy siendo una carga, un estorbo”. Se les debe hacer ver que la vida no sería igual sin la presencia de ellos.

PERFIL

Médico y cirujano graduado de la Universidad de San Carlos.

Especializado en geriatría en la Universidad Pontificia Católica de Chile.

Presidente de la Asociación Guatemalteca de Medicina del Adulto Mayor y de la Academia Guatemalteca de Gerontología y Geriatría.

Profesor de la maestría de Geriatría en la universidad Galileo.

Clínica: 6a. avenida 8-92, zona 9. Cel. 57088128

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