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Thomas Carlyle, el sabio de Chelsea

Thomas Carlyle, ensayista e historiador escocés, además de influyente crítico social, fue el curioso autor de la sátira filosófica Sartor Resartus, libro que influyó notablemente en la literatura anglosajona, e incluso, universal, del siglo XIX.

Los ensayos de Thomas Carlyle influyeron en la literatura universal. (Foto Prensa Libre: Archivo)

Los ensayos de Thomas Carlyle influyeron en la literatura universal. (Foto Prensa Libre: Archivo)

CIUDAD DE GUATEMALA – Nació en Ecclefechan, el 4 de diciembre de 1795 y estudió Teología en la Universidad de Edimburgo. Después de cinco años de reflexión abandonó el clero, en 1814, y dedicó los cuatro años siguientes a enseñar Matemáticas.

Insatisfecho con la enseñanza, se trasladó a Edimburgo en 1818. Allí estudió leyes durante un breve periodo y posteriormente escribió artículos para la Edinburgh Encyclopedia.

Asimismo abordó en profundidad el estudio de la literatura alemana y publicó Los años de aprendizaje de Wilhelm Meister (1824), una traducción de la novela Wilhelm Meister (1796), del escritor alemán Johann Wolfgang von Goethe, y German Romance (1827), que incluía su traducción de los Viajes de Wilhelm Meister.

Carlyle es también autor de Vida de Schiller (1825), publicada por entregas en London Magazine entre 1823 y 1824.

Después de viajar a París y Londres regresó a Escocia y colaboró con la revista literaria liberal Edinburgh Review.

En 1826 contrajo matrimonio con Jane Baillie Welsh, una escritora a la que conoció en 1821. A partir de 1828, la pareja vivió en la granja que Jane tenía en Craigenputtock, Escocia, donde Carlyle escribió su libro más famoso, la sátira filosófica Sartor Resartus (El sastre sastreado).

Esta obra, publicada originalmente entre 1833 y 1834 en Fraser’s Magazine, es en parte autobiográfica y posee una sorprendente modernidad. A la manera de una “filosofía de la indumentaria”, Carlyle comenta la falsedad de la riqueza material; y a la manera de un romance filosófico, detalla sus crisis personales y afirma su idealismo espiritual. Con esta sátira, Carlyle se perfila como un crítico social muy preocupado por las condiciones de vida de los trabajadores británicos.

Durante su estancia en la granja escribió también algunos de sus mejores ensayos, y entabló una amistad de por vida con el ensayista estadounidense Ralph Waldo Emerson.

En 1834 se trasladó a Londres, donde se le asignó el sobrenombre de El sabio de Chelsea” y perteneció a un círculo literario en el que figuraban los ensayistas Leigh Hunt y John Stuart Mill.

En Londres escribió Historia de la Revolución Francesa (1837), un estudio histórico basado en la opresión contra los pobres, que resultó un éxito inmediato. A continuación publicó una serie de conferencias entre las que destaca Los héroes (1841), en la que sostiene que el avance de la civilización se debe a la actividad de los héroes.

Su odio y temor a la democracia y su alabanza de la sociedad feudal se reflejan en buena parte de sus escritos posteriores, especialmente en El cartismo (1839) y Pasado y presente (1843). Su concepto de la historia queda patente en obras como Cartas y discursos de Oliver Cromwell (1845) e Historia de Federico II de Prusia (10 volúmenes, 1858-1865), su obra más extensa. Tras la muerte de su esposa, Carlyle editó las cartas escritas por ella. Su autobiografía, Recuerdos, se publicó en 1881. Murió en Londres, el 5 de febrero de 1881.

Durante toda su vida, y durante la mayor parte del siglo XIX, Carlyle fue considerado uno de los principales pensadores de su tiempo. Su influencia es evidente en los escritos de Ruskin y las obras de Charles Dickens.

EFE-Reportajes

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