Primero, el estrés post traumático. Es decir, el estrés que se ocasiona después de un trauma, lo cual, al vivir en una sociedad violenta, es una de las primeras causas de alteraciones psicológicas.

Después, están los trastornos de ansiedad o ataques de pánico, los cuales están asociados al estilo de vida no solo guatemalteco sino mundial, de la sociedad y las presiones que ejerce la cultura sobre el ser humano, ya que como dicen las obras psicoanalíticas, la cultura es la que produce el malestar en el ser humano.

Otro aspecto muy importante es que, los guatemaltecos, no tenemos una filosofía de vida para soportar los golpes que nos da la vida misma y también saber aprovechar los buenos momentos.

Lo que todos debemos hacer, a mi juicio, es de primero tener sinceridad, como forma de dejar de mentirnos a nosotros mismos, y segundo, la congruencia. Decir y sobre todo hacer lo que pensamos. Porque de lo contrario, vivimos en un estado de neurosis o desequilibrio por no ser congruentes y sinceros aunque aceptarlo sea doloroso, pero es algo que toda persona debe atravesar.

¿Las causas?

Básicamente es por la violencia y la dificultad para mantener relaciones de vida sanas con las demás personas.

Entre los más vulnerables se encuentran las personas que atraviesan la adolescencia tardía y la vida adulta, que es cuando surgen estos problemas ya que nos vemos en la necesidad de sobrevivir y de tener una vida socialmente aceptable. Esto crea mucha presión en los individuos.

¿Qué recomendaciones se pueden tomar para evitar estas situaciones?

Lo mejor, en mi opinión, es darle filosofía a nuestra vida. Con este término me refiero a educarnos con maneras de ver el mundo, conocernos a nosotros mismos. Leer, en especial libros de temas que nos están angustiando, primordialmente de autores de peso, es decir poner en práctica la biblioterapia. Por otra parte, sin duda recomiendo la visita a un psicólogo adecuado donde el paciente se sienta realmente cómodo.

Además, aparte del cuidado psicológico, también debe estar el cuidado del cuerpo. Este influye mucho en la salud mental. Es decir, las personas que se ejercitan, tienen una autoestima ligada a su visión corporal. Así, de alguna manera, el ejercicio va a afectar positivamente en el estado emocional.

Por otro lado están las prácticas alternativas o espirituales, las religiones. Con esto, no hablo de la religión institucional, porque produce más presión en las personas, sino las prácticas religiosas como el yoga o la meditación. Sin embargo, esto no debe tomarse a la ligera, ya que debe haber una introducción hacia esos temas.

De manera general, lo que todos deberíamos hacer, a mi juicio, es primero tener sinceridad como forma de dejar de mentirnos a nosotros mismos. Y segundo, la congruencia. Decir y sobre todo hacer lo que pensamos. Porque de lo contrario, vivimos en un estado de neurosis o desequilibrio por no ser congruentes y sinceros. Aunque aceptarlo sea doloroso, pero es algo que toda persona debe atravesar.

Estrés infantil

¿Cómo pueden ayudar los padres a sus hijos para que no padezcan el estrés infantil?

Definitivamente, en las últimas décadas hemos tenido niños más estresados que nunca. En mi caso, lo veo constantemente en el consultorio. Ante esto la elección del colegio es muy importante. Y sobre todo la distancia entre el hogar y la casa de estudios para evitar que el niño madrugue o no tenga las horas de sueño adecuadas.

La tarea excesiva que proporcionan los maestros, así como el estatus académico que quieren mantener los chicos, son también causantes de estrés. Como recomendación, yo les digo a los padres que acepten la singularidad de sus hijos sin imponer su propia visión, respetándolos en sus gustos  y así, antes de verlos como posesiones y objetos de estatus social, o bien como objetos por los cuales se pueden lograr nuestras metas frustradas, es mejor verlos y aceptarlos como seres humanos singulares. Esto les da la oportunidad de ser ellos mismos y por ende no van a tener tanto estrés.

¿Cuáles son las enfermedades emocionales más frecuentes en los niños guatemaltecos?

En Guatemala se ha popularizado el término de “hiperactividad” y “déficit de atención”. Sin embargo, soy de la opinión que ese es el chivo expiatorio por el cual vienen muchos chicos a mi consultorio. Quizá lo que más aqueja a los niños son ligeras depresiones por problemas relativos al núcleo primario, que es la familia. De este modo, cuando hay separaciones de los padres o abandono, los chicos tienden a padecer depresión infantil.

Para más información del tema o consultas puede llamar al teléfono (2256-5720) del psicólogo Manlio Soto o acudir a su clínica ubicada en la 24 calle final 12-70 zona 17. Centro Comercial Paseo San Isidro. Local 24.