Guatemala

Primera entrega de donativos de lectores de Prensa Libre y elQuetzalteco

Este lunes, elQuetzalteco y Prensa Libre cumplieron con llevar las ayudas entregadas por lectores y colaboradores de ambos periódicos a las zonas más devastadas de San Pedro Sacatepéquez y San Marcos.

Entrega de víveres donados por lectores de elQuetzalteco y Prensa Libre, este día, en los lugares más afectados por el terremoto, en San Marcos. (Foto: Herber Villagrán)

Entrega de víveres donados por lectores de elQuetzalteco y Prensa Libre, este día, en los lugares más afectados por el terremoto, en San Marcos. (Foto: Herber Villagrán)

SAN MARCOS – Además del luto y dolor, entre los sobrevivientes del terremoto prevalecen tres situaciones: temor, hambre y polvo.

El primer aspecto se deriva de las réplicas. “Tenemos miedo de que las casas que están a punto de caer, se vengan al suelo“, coinciden los vecinos de San Pedro.

En la comunidad sanpedrana de San Agustín Tonalá, los vecinos tienen hambre y frío. A este lugar llegó hoy la ayuda enviada por los lectores de Prensa Libre y ElQuetzalteco. En el lugar, doña Elisabeth Cardona, no solo agradeció la colaboración, sino que aprovecho, en nombre de sus vecinos, para pedir lo más urgente: alimentos básicos y colchas.

También la ayuda fue entregada en la aldea marquense San José El Recreo, donde varias familias perdieron a sus seres queridos, como doña Julia Cristina Orozco Félix, quien ya dio cristiana sepultura a su esposo y nieto.

Las necesidades son diversas y mayores, como la construcción de viviendas, pero los vecinos se conforman, por el momento, con tener qué comer y tener con qué taparse, más porque el frío se ha acentuado en las mañanas después del fatídico terremoto del 7 de noviembre.

Mañana continuarán las entregas de estas colaboraciones, en diferentes comunidades, entre ellas, los municipios afectados en el departamento de Quetzaltenango.

Así lo vi

El siguiente relato es del autor de esta nota. Conforme uno ingresa a San Pedro Sacatepéquez, San Marcos, se da cuenta de la dimensión del terremoto de 7.2 grados. Casas destruidas por todos lados. La mayoría de viviendas ya fueron marcadas con las letras A, B y C. Las primeras significan que son de urgente demolición, porque están a punto de caer. Ya son inhabitables, pero la gente no tiene a dónde ir.

Casas de adobe como de block, fueron derribadas, otras están a punto de caer. Caminar por las calles no es recomendable, pero las personas se tienen que movilizar, al menos, para poder comer.

El polvo no es normal ni común. Huele a muerto, y como no, si los panteones del cementerio también se rajaron y los cadáveres se salieron; pero nos da miedo ir a ver, dicen los vivos.

Los días pasan pero nadie sale del asombro. Pareciera como si estuviéramos parados en una zona devastada por la guerra, pero no, fue la furia de la naturaleza que lo destruyó todo.

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