Fabián Asencio, presidente del Consejo Comunitario de Desarrollo, indicó que han gestionando servicio de agua entubada con todas las administración municipales de los últimas décadas, así como con diputados, pero los funcionarios solo llegan a ver la situación y no les dan solución.
La aldea está a ocho kilómetros del área urbana, por lo que los residentes temen que el nacimiento de agua se agote, pues no tienen recursos para invertir en plantas y pozos.
Asencio señaló que hace dos años denunciaron la situación a través de Prensa Libre, por lo que la comuna envió dos cisternas de agua cada semana, pero no se concreta la oferta de un pozo para esa comunidad.
La pobladora Marcelina Morales expuso que las mujeres son las más perjudicadas, pues tienen que lidiar con las tareas del hogar y muchas deben caminar más de dos kilómetros para llevar una tinaja de agua a sus casas.
Añadió que tienen que cuidarse entre ellas, pues varias féminas han sido violadas al ir al nacimiento de agua, por lo que formaron grupos de protección.
Morales agregó que la carencia de agua afecta la salud de los habitantes, en especial la de los niños, que constantemente padecen enfermedades gastrointestinales.
“Los pequeños padecen diarrea y vómitos, además de que ya se reportan casos de enfermedades de la piel, como erupciones y hongos”, resaltó Morales.
“A todo esto hay que agregarle la desnutrición que padecen los menores, manifestó.
Roberto Marroquín, poblador, dijo que da tristeza ver a las personas buscar agua: “El problema se agravó en los últimos 10 años, debido a que el agua se empezó a escasear en el nacimiento, mientras la población se incrementaba”.
“Se le ha hecho la petición a la comuna, porque los niños se enferman debido a que el líquido no es óptimo para el consumo, ya que se debe tener en cuenta que por la falta de agua entubada se tienen que hacer sanitarios en fosas sépticas y esto contamina el manto freático”, lamentó Marroquín.