Guatemala

Estudiantes disfrutan la cosecha

Estudiantes del Instituto Nacional de Educación Básica de Oratorio, Santa Rosa, como parte de su aprendizaje, cultivaron maíz por quinta ocasión en un terreno  y aprovecharon la cosecha para celebrar la Fiesta del Elote.

Estudiantes cocinan elotes para celebrar, por quinta ocasión, la cosecha. (Foto Prensa Libre: Oswaldo Cardona)

Estudiantes cocinan elotes para celebrar, por quinta ocasión, la cosecha. (Foto Prensa Libre: Oswaldo Cardona)

ORATORIO – Los jóvenes prepararon  atol, tortillas, chuchitos y tamales,  y cocieron elotes para festejar esta nueva cosecha.

La maestra Flor de María Marroquín contó que  150  estudiantes de segundo y tercero básico limpiaron en mayo último un terreno ubicado junto al instituto y sembraron maíz. Ahora, disfrutan del producto de su trabajo, el cual fue tomado como parte del programa de estudios en ese establecimiento.
  
Marroquín relató que la sequía que dañó cultivos en casi todo el país también les afectó a ellos, pues les arruinó parte de la siembra, pero aprovecharon agua que no se utiliza  en otros sectores para regar la milpa.
 
“La falta de lluvia nos preocupó, pero no nos dimos por vencidos. Recogimos agua que se desperdicia en varios sectores y le dimos buen uso”, expresó la maestra.

Relató que la idea le  nació  del cultivo de maíz para aprovechar el terreno, que estaba lleno de monte y se desperdiciaba. “Entre todos logramos recuperarlo. Es la quinta ocasión que lo hacemos y participan  estudiantes y los 17 catedráticos del instituto”, manifestó.

Los maestros consideran que esta práctica es buena, ya que actualmente los estudiantes son atraídos por la tecnología y su aplicación en el campo, en otros países, y se olvidan del proceso manual que sus ancestros practicaban.

El estudiante Gerson Pérez expuso que con la siembra de maíz aprendió sobre este cultivo, y que cuando alguien se propone algo y se esfuerza, lo logra.

“La cosecha del elote nos dejó un buen recuerdo y enseñanza, pues la cuidamos y hasta colocamos muñecos de trapo  —espantapájaros— para que no se la comieran las aves. Creo que con sacrificio se logra todo”, comentó.
 
Manuel Xiloj, otro estudiante, comentó que fue una actividad  constructiva. “Cuidamos la milpa y ahora disfrutamos del producto de nuestro trabajo”, dijo.

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