Guatemala

Extinción en Atitlán

Un estudio de la Universidad de San Carlos de Guatemala (Usac), en el que intervinieron dos biólogos y un ictólogo, determinó que en el Lago de Atitlán, Sololá, solamente quedan siete de 20 especies marinas que fueron registradas entre 1967 y el 2008.

Mujeres indígenas de Santa Catarina Palopó  sacan  de un cayuco el producto para  venderlo en un mercado local.

Mujeres indígenas de Santa Catarina Palopó sacan de un cayuco el producto para venderlo en un mercado local.

En el documento, entregado a las autoridades que velan por el Lago en enero del 2013, se menciona que 45 años después se han perdido 13 especies por varios factores, entre estos la introducción de peces carnívoros y limpieza de las playas por parte de proyectos que sin técnicas adecuadas extraen el tul y la hydrila (paxte), y dejan al descubierto los nidos o peces pequeños que son devorados por los más grandes u otros animales acuáticos.

Cristian Alberto Barrientos, uno de los investigadores, explicó que la especie mojarra (blue-gill) es una de las más codiciadas por pescadores, ya que tiene mejores precios en el mercado.

El profesional agregó que los peces son un recurso importante para la sobrevivencia de los pueblos que se ubican en la ribera del Lago de Atitlán, a tal punto de que los pescan con trasmallos, anzuelos y arpones.

Explicó que las pocas especies que prevalecen son la lobina negra —black-bass—, mojarra, capy —crappie—, tilapia, carpa, pupo y sirica-mojarrita.

Relató que a futuro lo que puede seguir afectando a las actuales especies son la introducción del pez carpa o tigrillo, la sobrepesca y la constante contaminación.

Julio Lemus, inspector de la Unidad de Pesca del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Alimentación, cree que en el Lago trabajan 500 pescadores sin embarcaciones o en pequeños cayucos, aunque a la fecha se han registrado mil 30 que solicitaron su certificado de permiso para realizar esta actividad artesanal, y la mayoría se está en Santiago Atitlán, San Juan La Laguna y Santa Catarina Palopó.

Francisco Ixtamer, miembro de la asociación de pescadores Chajil Ch’upup, de San Juan La Laguna, dijo que la desaparición de varias especies de peces les ha afectado, porque la gente aún pregunta por estas, como el pereche o pepesca, que era parte de la dieta en comunidades de la cuenca.

Rompen Ecosistema

Marvin Romero Santizo, exdirector de la Autoridad para el Manejo Sustentable del Lago de Atitlán, expresó que nunca se debió autorizar la introducción de los peces lobina negra y carpa, pues rompieron el equilibrio del ecosistema del Lago, y a eso se debió la desaparición de las especies nativas.

El especialista agregó que el lobina negra es carnívoro, y por ello extinguió a las especies pequeñas, mientras que la carpa, por su forma de vivir, vuelve a poner en solución todos los nutrientes sedimentados, con lo que estimula el florecimiento de la cianobacteria, pues se mantiene escarvando el fango, y afecta la oxigenación de las especies nativas.

El vecino Juan Melgar dijo que el problemas es que existe mucha comercialización del pescado del Lago de Atitlán en los mercados municipales de comunidades ribereñas, específicamente en Panajachel y en la cabecera.

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