Revista D

S.O.S en los manglares

El mangle blanco, antes común en las áreas de agua dulce en la reserva de Monterrico está desapareciendo.

Manglares deforestados en el canal de Chiquimulilla.

Manglares deforestados en el canal de Chiquimulilla.

La población de manglares, en general, ha disminuido en la reserva de usos múltiples de la aldea Monterrico, Taxisco, Santa Rosa, según un reciente estudio de la escuela de Biología de la Universidad de San Carlos de Guatemala (Usac).
Estos se han reducido en un período de 30 años en un 70 por ciento, calcula la directora de la escuela de Biología, Rosalito Barrios.

Los manglares o terrenos que en la zona tropical cubren de agua las grandes mareas, llenos de esteros que los cortan formando una especie de islotes, donde crecen los árboles que viven en el agua salada, absorben la materia orgánica, como nitrógeno y fósforo comunes en los fertilizantes y aguas servidas, y son una barrera natural contra el oleaje.

También funcionan como guarderías para crías de peces, camarones, cangrejos y camarones. “Si hay menos mangle disminuye la reproducción de esas especies y la pesca artesanal”, indica Barrios.

En el país se les encuentra, además de Monterrico, en La Barrona, Jutiapa, en el parque nacional Sipacate-Naranjo, en Escuintla y en el Manchón Guamuchal, que constituye la reserva más extensa de la Costa Sur.

El estudio

En el 2012 la escuela de Biología desarrolló el modelo ecológico de Monterrico para conservar los tres tipos de manglar de la zona: el rojo, el negro y el blanco.

La pregunta central de este trabajo fue cómo se relaciona la distribución de las especies y los carrizales con los niveles de salinidad del suelo, comparte Pavel García, uno de los responsables de la investigación.

En términos sencillos, García cuenta que las especies de este lugar cambian conforme se alejan de la bocabarra. El estudio refleja también que hay una sustitución de las especies de blanco por carrizales en donde hay menos niveles de salinidad.

Aunque en menor proporción que en años anteriores, el mangle rojo y negro pervive en las zonas donde hay más presencia de sal.

El científico explica la importancia del lugar como fuente de pesca, madera, barrera para las tormentas y hogar de cientos de especies.

“Lo que vemos en Monterrico es el resultado de lo que ocurre en las cuencas María Linda, Paso Hondo y Nahualate, las que están interconectadas a través del Canal de Chiquimulilla.

Es un paisaje de playas, dunas costeras, médanos y ahora menos manglares.

“Hay cañaverales y ganadería en las zonas de agua dulce en donde se ha talado el mangle blanco sin que se hayan preocupado por regenerarlo, lo que se traduce en un desbalance”, expone García.

“En el Pacífico existen áreas densas de mangle donde es fácil identificar las firmas espectrales debido a su abundancia”, cita el Estudio de la cobertura de mangle en la república de Guatemala, del Ministerio de Agricultura.

De esa cuenta identificar los lunares de deforestación no fue difícil, comenta García. La casa de estudios todavía deberá adquirir las imágenes satelitales para establecer la extensión de la zona afectada.

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