Teresa Romero, una auxiliar de enfermería de 44 años, fue hospitalizada el 6 de octubre último tras haberse contagiado del virus, cuando cuidaba a un misionero infectado y repatriado desde Sierra Leona. El hombre murió el 25 de septiembre recién pasado.
La sanitaria, que estuvo varios días entre la vida y la muerte, logró finalmente reponerse. Además, las 87 personas, según la OMS, que habían estado en contacto con ella también superaron un período de aislamiento de 21 días sin mostrar indicios de contagio.
Durante este mismo período, el tiempo máximo de incubación del virus, los 145 empleados del hospital también se sometieron a controles diarios.
El contagio de Romero, el primero fuera de África, hizo temer una extensión de esta epidemia, que mató a unas 6 mil personas, en su mayoría, en África del Oeste.
Los médicos declararon a la auxiliar de enfermería curada del virus del Ébola el 21 de octubre recién pasado, antes de darla de alta el 5 de noviembre.
Una cooperante española de la oenegé Médicos Sin Fronteras (MSF) es la única que continúa en observación en el Hospital Carlos III de Madrid desde el 21 de noviembre, tras haberse pinchado con una aguja hipodérmica cuando trataba a enfermos de ébola en Malí. Según una portavoz del centro hospitalario, la mujer no presenta síntomas del virus.