Tecnología

Bastones para smartphones revolucionan los selfies

Que los turistas se tomen selfies frente a monumentos y paisajes no es nada nuevo. Pero si alguien quiere una buena foto con Times Square o el Coliseo romano de fondo, lo más probable es que le pida a alguien que se la tome. Un nuevo y sencillo dispositivo que permite hacerse autorretratos con un ángulo mucho más amplio comienza a cambiar esa vieja tradición.

Dos turistas se toman un selfie con un bastón expandible frente a la Torre Eiffel en Paris, Francia (Foto Prensa Libre: AP).

Dos turistas se toman un selfie con un bastón expandible frente a la Torre Eiffel en Paris, Francia (Foto Prensa Libre: AP).

NUEVA YORK Se trata de bastones expandibles para sostener el teléfono de usos múltiples a cierta distancia y tomar fotos mucho más amplias que cuando se usa solo el brazo. Ya no será necesario molestar a transeúntes o correr el peligro de que alguien se escape con el iPhone.

No todo el mundo, no obstante, está feliz con esta novedad. Hay quienes disfrutan del contacto con un desconocido al que le piden que los ayude a registrar en su cámara un momento memorable. Y no faltan los que piensan que los selfies son símbolos repulsivos de narcicismo. De hecho, ya se ha popularizado el término narcissi-stick en alusión a esta barra.

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Sarah Kinling, de Baltimore, dijo que en 17 ocasiones vendedores callejeros le ofrecieron los bastones durante una visita al Coliseo de Roma. “Son la nueva riñonera (bolsita para el dinero que una persona lleva escondida en la cintura), la mejor forma de detectar un turista”, comentó.

“Cuando más los veía en acción, más obvio me resultaba que le dedicaban más tiempo al selfie que a ver el sitio que estaban visitando”, agregó.

Cuando Kinling quería una foto con su hermana y su cuñada, le pedía a algún extraño que se la tomara. “No hace falta que hable tu idioma. Le muestras la cámara y entienden”.

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Ahora es más común observar a personas hacerse autorretratos con la ayuda de un bastón para smartphone (Foto Prensa Libre: AP).

Algunos viajeros, de todos modos, consideran que es mejor que uno tome sus propias fotos. Andrea García le pidió a un transeúnte que le tomase una foto en Egipto y posteriormente se dio cuenta de que solo había tomado su cara, dejando afuera las pirámides detrás suyo. “No tenía nada que reclamarle. No era mi fotógrafo y no le pagué”. A partir de esa experiencia, decidió que era “mejor que una misma controlara la foto”.

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Los bastones para tomar fotos con teléfonos han ganado rápida popularidad, al punto de que un estadio de fútbol de Londres, el White Hart Lane, del Tottenham, las ha prohibido porque obstaculizan la visión del aficionado.

El hotel Four Seasons de Houston, en cambio, las pone a disposición de sus huéspedes, “del mismo modo que muchos hoteles ofrecen paraguas”, según su portavoz Laura Pettitt.

Los bastones cuestan generalmente entre US$5 y US$50. Los modelos más sencillos solo sostienen el teléfono y se debe usar el disparador automático demorado para sacar la foto. Los más avanzados usan tecnología bluethooth o tienen una cuerda que se conecta al teléfono y un botón en el mango para tomar la foto.

Jasmine Brett Stinger, de Minneapolis, tiene un blog, Carpe Diem with Jasmine y usa varas para grabar sus videos. “Un amigo trajo una de Dubai y me dije, tengo que conseguirme una”, relató.

“Te da mejores ángulos (que cuando uno se filma sosteniendo el teléfono o la cámara en la mano), evita que extiendas el brazo en posiciones incómodas y también las fotos tan horribles de la mitad de tu rostro”, detalló.

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Megan Marrs, de Boston y autora del blog Vanishing Balloons, sobre turismo, vio a gente usando las varas durante un reciente viaje a Corea del Sur y pensó que eran ridículas. “Me parecieron algo banal y bobo”, afirmó. Pero compró una para regalársela a alguien, la ensayó y se la quedó.

“No me gusta importunar a la gente y pedirle que me tome una foto. Que ellos también disfruten”, expresó. “A veces me siento tonta. Otra turista tomándose un selfie frente al Coliseo. Pero me siento mejor que cuando le pido a alguien que lo haga”.