Internacional

Trump se tambalea e intenta sumar puntos con lucha antiterrorista

Las encuestas están por los suelos, la paciencia de los republicanos se está acabando y ahora el jefe de su campaña electoral se tiene que defenderse de las acusaciones de haber cobrado dinero negro en Ucrania.

Donald Trump habla durante un mitin en Youngstown, Ohio.(Foto Prensa Libre:AP).

Donald Trump habla durante un mitin en Youngstown, Ohio.(Foto Prensa Libre:AP).

Donald Trump necesita enseguida energía positiva si no quiere perder más terreno frente a su contrincante Hillary Clinton en los 85 días que quedan hasta las elecciones presidenciales estadounidenses del 8 de noviembre.

Así las cosas, ¿hay una apuesta más segura que anunciar una dura lucha contra el terrorismo? Precisamente eso es lo que el candidato republicano hizo la pasada noche al asegurar que si llega a la Casa Blanca dará un giro en la política exterior de Washington y centrará sus esfuerzos en destruir al Estado Islámico (EI).

En su discurso, minuciosamente leído en el teleprompter en Ohio, se mostró dispuesto a colaborar con la Otán, organización que tan solo hace unos días tachó de irrelevante y que según él, cambió su estrategia a raíz de sus críticas. “Tras mis comentarios, han cambiado su política”, dijo con toda seriedad.

“Trump ha perdido el contacto con la realidad”, sentenció Jason Easley, del blog de política “PolicusUSA”.

El “Wall Street Journal”, que generalmente no es considerado como contrario a los conservadores republicanos, solo le da a Trump tres semanas más.

“Si no consiguen que el señor Trump cambie de concepto hasta principios de septiembre, los republicanos no van a tener más opción que dar por perdido a su candidato y concentrarse en la carrera por el Senado y la Cámara de Representantes así como en otras elecciones”, aseguró el diario en un artículo de opinión.

Trump parecía agotado el lunes. En algunas ocasiones tuvo que forzar la vista para poder leer lo que aparecía en el teleprompter. Estaba pálido y hablaba lentamente. Su aparición coincide con lo que personas de su confianza cuentan en los medios estadounidenses: El candidato está “agotado y aturdido”, como muchos de los que están a su alrededor, informó “The New York Times” recientemente.

El candidato republicano, de 70 años, se sintió obligado a responder y aclaró en Twitter: “Disfruto la campaña electoral.”

Al menos Trump consiguió realizar su discurso antiterrorista sin que nadie le interrumpiera, comó pasó en las últimas semanas. Acusó al presidente estadounidense, Barak Obama, y a su antigua secretaria de Estado, Hillary Clinton, de haber preparado el terreno para los terroristas del Estado Islámico en Libia o Irán. Pero no repitió su grotesca acusación de que Obama es el fundador del Estado Islámico.

Esta vez fue la canciller alemana, Ángela Merkel, quién recibió críticas. Trump aclaró que su política migratoria es “una catástrofe”. Y su contrincante, Hillary Clinton, es “un desastre” que pretende ser “la Ángela Merkel de Estados Unidos” y permitir el paso desenfrenado de los refugiados en ese país.

Trump abogó por someter a los inmigrantes a una prueba de conocimientos. Según él, tienen que ser puestos a prueba “de forma extrema” y deben demostrar que aman la constitución de Estados Unidos.

Explicó que si llega a ser presidente, encargará al Departamento de Estado definir aquellas regiones del mundo para las que estas pruebas no serán suficientes y, por lo tanto, cuyos ciudadanos no podrán migrar a los Estados Unidos.

Todo ello suena como si Trump se estuviese presentando a su antiguo “reality” televisivo, “The Apprentice” (El aprendiz), solo que con los papeles cambiados. El papel de jefe lo desempeñó el lunes el vicepresidente, Joe Biden, y como se esperaba, no le dio su voto. En su opinión, Clinton ya ha olvidado más sobre política exterior que lo que Trump y todo su equipo sabrán nunca.

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