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Los parásitos intestinales son los huéspedes indeseados del cuerpo

En época de lluvia aumentan las enfermedades diarreicas.

CIUDAD DE GUATEMALA- La parasitosis intestinal está asociada con la contaminación de alimentos y agua, por lo que es indispensable tomar las medidas cautelares que eviten la propagación de los agentes infecciosos más comunes en humanos.

Un parásito intestinal —conocido popularmente como “lombriz”— es un organismo que vive a expensas de otro, se aloja y se alimenta en su intestino, explica el químico biólogo Iván Roche Villagrán, docente auxiliar de la Facultad de Ciencias Químicas, de la Universidad de San Carlos.

Existen varios tipos, como amebas, helmintos y protozoos que pueden ser perjudiciales para la salud. La gravedad de la enfermedad depende de la edad y del estado nutricional del paciente, así como del tiempo que transcurre antes de ser tratado.

“Estos organismos pueden invadir nuestros intestinos durante meses o años”, refiere el gastroenterólogo Pedro Vinicio Méndez, expresidente de la Asociación Guatemalteca de Gastroenterología.

Cualquier individuo puede infectarse, pero son más susceptibles los niños y ancianos, así como personas inmunosuprimidas —anulación de la respuesta inmunitaria—. Durante la infancia hay más oportunidades de contacto con dichos parásitos, menor nivel inmunitario y, por tanto, tolerancia a estos.

A escala mundial, se calcula que unas tres mil 500 millones de personas están afectadas por estas infecciones y que 450 millones manifiestan síntomas, la mayoría, niños.

Según datos de estudios de prevalencia, los parásitos más comunes en Guatemala son ascaris lumbricoides, giardia lamblia y entamoeba coli, dice Roche.

La forma de transmisión es fecal-oral, que puede ser causada por beber o usar agua no potable o por falta de higiene al preparar los alimentos.
Es más frecuente que se produzcan enfermedades diarreicas durante la época de lluvia y especialmente virales, añade Méndez.
Síntomas

Dependen del tipo de parásito, que pueden ser leves, desde gases o dolor abdominal, hasta graves, como deposiciones con sangre, fiebre o deshidratación por diarrea. Puede manifestarse la sensación de no evacuar completamente. El diagnóstico puede realizarse con un examen de heces. En caso de enfermedades intestinales causadas por bacterias patógenas se debe efectuar coprocultivo.

Si se sospecha de un organismo específico, hacerse exámenes como antígenos para giardia, amebas, adeno o rotavirus, recomienda Méndez.
Tratamiento

Es fundamental que los pacientes con diarrea se hidraten con suero oral —todo lo que el cuerpo excreta debe reponerse en similar cantidad—; evitar consumir leche y sus derivados, así como azúcares y grasas durante siete días; hacer un examen de heces completo y, según resultados, hacer el tratamiento, ya sea con antiparasitarios o antibióticos. Si hay cólicos severos o fiebre, consultar al médico para que prescriba un tratamiento sintomático, explica Méndez.

En relación con creencias populares en torno a que plantas como el apazote pueden tener efectos positivos, Méndez refiere que no se ha demostrado ninguna mejoría en el paciente. Roche expone que esta planta puede causar intoxicaciones y efectos adversos como daño hepático y renal, por lo que no debe emplearse. Es importante que el tratamiento sea administrado por el especialista.

De no tratarse, las complicaciones de la parasitosis pueden ser graves como anemia, desnutrición crónica, mala absorción de nutrientes y retraso en el crecimiento.

Prevención

Es fundamental disponer de una fuente de agua potable o utilizar un sistema de purificación para que sea seguro su consumo. Es posible disminuir la frecuencia de enfermedades intestinales al adoptar buenas prácticas de preparación y normas generales de higiene, como lavar adecuadamente las manos y los alimentos. Estos últimos deben estar bien cocidos.

Fuentes consultadas: Pedro Méndez Ruiz, pjvmendez@gmail.com, e Iván Roche, qb200618675@hotmail.com

ESCRITO POR:

Brenda Martínez

Periodista de Prensa Libre especializada en historia y antropología con 16 años de experiencia. Reconocida con el premio a Mejor Reportaje del Año de Prensa Libre en tres ocasiones.