Vida

Una educación muy especial

 Con motivo de la Semana Mundial de la Sordoceguera, que se celebra del 23 al 27 de junio, la Fundación Guatemalteca para Niños con Sordoceguera Álex (Fundal) recordó ayer la importancia de despertar conciencia sobre esta necesidad especial, así como informar sobre programas que ofrece.

A maría Fernanda, de 16 años, le encanta sentir la brisa cuando va en lancha, cuenta su madre. (Foto Prensa Libre: Brenda Martínez)

A maría Fernanda, de 16 años, le encanta sentir la brisa cuando va en lancha, cuenta su madre. (Foto Prensa Libre: Brenda Martínez)

CIUDAD DE GUATEMALA – Sin el sentido de la vista y el oído, a las personas con sordoceguera se les dificulta conocer el mundo que les rodea, lo cual afecta su habilidad para comunicarse y movilizarse. Se calcula que hay unos ocho mil individuos con esta condición en el país.

En una conferencia de prensa, Diana Bonilla, comunicadora del establecimiento educativo, habló sobre el origen de Fundal en 1998, cuando la fundadora Hellen de Bonilla y quien cuatro años antes había adoptado a Álex, un niño con sordoceguera y quien ahora tiene 22 años, se dio cuenta de que no existía ningún lugar en el país que se encargara de la educación de estos pequeños. De ahí surgió el reto de crear este centro, el primero en Guatemala, no lucrativo y privado, y que atiende a unas 200 personas de 0 a 25 años.

Diana Bonilla habla sobre la sordoceguera. (Foto Prensa Libre: Brenda Martínez)

Desde 1998, Fundal ha dirigido talleres de capacitación y programas de sensibilización que han beneficiado a más de 10 mil personas. Obtiene sus recursos por medio de actividades de recaudación de fondos y de apadrinamiento de estudiantes.

Madres de menores con sordoceguera —con microcefalia o parálisis cerebral— compartieron ayer sus vivencias y agradecieron a Fundal por brindar a sus hijos una educación que les permite comunicarse, aprender sobre el mundo y relacionarse con las personas, y destacaron que son ejemplos de lucha.

“Ángel se siente como en familia y muy feliz en Fundal. Siempre sonríe cuando está aquí”, aseguró su madre, Maribel. “Con María Fernanda me di cuenta de que no se necesita ver, oír o caminar para ser feliz. Eso nos motiva. Ella es nuestra alegría”, resaltó su madre, Lili.

Más información por el PBX 1597, ext. 212.

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