Vida

Un auxilio celestial para cada necesidad

Hoy se celebra el Día de los Árcangeles, por lo que vale la pena recordar que desde tiempos remotos varias civilizaciones y religiones han registrado la presencia y visión de ángeles, seres a quienes se les considera mediadores entre Dios y la humanidad.

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A ellos se les invoca para tener una vida llena de amor y paz, y resolver varios problemas. La palabra ángel viene del griego angeloi o angelos que significa mensajero, explica la angelóloga y psicóloga espiritual Claudia Iriarte en su libro El ángel que guarda el conocimiento.

Los ángeles son manifestaciones del amor de Dios y cada uno representa una virtud espiritual como fe, paz, humildad y paciencia. Hay tantos ángeles como virtudes existen, afirma la psicóloga espiritual y angelóloga Vivian Solís.

Arcángeles —como Miguel, Gabriel, Rafael, Jofiel, Chamuel (Samuel), Uriel y Zadquiel— comandan las legiones de ángeles y tienen una misión diferente para auxiliar a la persona, siempre y cuando se tenga fe, la petición no sea perjudicial y convenga al alma, dice la terapeuta Brenda de Arocha.

Por ejemplo, si se habla en público o se tiene un examen, se solicita al Creador que envíe a Jofiel para recibir la seguridad que se necesita, y si hay algún padecimiento o dolencia —incluso en enfermedad terminal—, se pide el auxilio de Rafael para liberarse del sufrimiento físico. Pero no hay que olvidar que todas estas energías emanan de Dios.

Compañía fiel

Los ángeles acompañan al individuo en sus alegrías y tristezas, así como en momentos cuando necesita guía y ayuda en problemas físicos, heridas emocionales o pensamientos limitantes, expone Solís. Las dificultades económicas, familiares, amorosas y de salud se originan del quebrantamiento del código perfecto que Dios ve y crea en cada persona, así como de una obstrucción del flujo de energía vital.

“Si no puedo creer que mi esencia es la de un ser de luz y no puedo verla dentro de mí, es difícil sanarme, recibir abundancia o arreglar problemas interpersonales”, añade. “Ellos nos ayudan a transmutar, a sanar, a tener una vida más alegre, más inspiración y más creatividad”, dice.

Vea fotoarte de misiones de ángeles

Mediante un estado de paz se puede experimentar su presencia al llamarlos, nombrarlos o evocarlos con pensamientos, oraciones o meditación.
“Esta energía angelical está a la espera de nuestro llamado. De niños creíamos en el ángel de la guarda porque no dudábamos. Es importante que la humanidad en estos momentos de transición pida la presencia de su ser de luz”, afirma Iriarte.

ESCRITO POR:

Brenda Martínez

Periodista de Prensa Libre especializada en historia y antropología con 16 años de experiencia. Reconocida con el premio a Mejor Reportaje del Año de Prensa Libre en tres ocasiones.