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La pelea entre el gobierno de Chile y McDonald's por la Cajita Feliz

La mitad de los niños de 6 años tiene sobrepeso y uno de cada cuatro de la misma edad es obeso.

La popular cajita es alta en calorías, grasas y sal, según el parámetro de Chile. (GETTY IMAGES).

La popular cajita es alta en calorías, grasas y sal, según el parámetro de Chile. (GETTY IMAGES).

Esta es la realidad actual de la nutrición infantil en Chile, según datos de su Ministerio de Salud. Y las medidas que el gobierno decidió tomar para revertir la tendencia resultaron tan radicales como polémicas e implicaron ponerse en pie de guerra con una de las más influyentes multinacionales de la industria alimenticia: McDonald's.

Una polémica ley

El pasado lunes 27 de junio comenzó a regir en Chile la nueva Ley de Etiquetado de Alimentos, que obliga a la industria a describir en su etiqueta todos los ingredientes utilizados, incluyendo los aditivos. Si un producto supera la calidad reglamentada de azúcar, sodio, calorías y/o grasas saturadas, debe incluir una señal con fondo negro similar a un signo “Pare” de tránsito que diga “Alto en” y la especificación.

“Trabajamos en con la Universidad de Chile en el diseño, para que fuera claro y no confundiera”, le cuenta a BBC Mundo Carmen Castillo, ministra de Salud de Chile.

Además de la advertencia, la ley incluye otros dos puntos para propiciar la alimentación más sana de menores.
El primero, prohíbe a los quioscos de todos los colegios -públicos y privados- vender alimentos “Altos en”.

“Somos el país de Latinoamérica con más sobrepeso, por lo que es una preocupación”, explica Castillo.

Pero la parte más polémica de la ley es el tercer punto, que prohíbe la publicidad de alimentos “Altos en” dirigida a menores de 14 años.

“Queremos que los alimentos 'altos en' no tengan 'ganchos' para conquistar a un menor”, explica la ministra.

Esto incluye los juguetes, lo que implicó la prohibición de dos productos mundialmente conocidos: la “Cajita Feliz” de McDonald's y Kinder Sorpresa de Ferrero.

Los dueños del famoso chocolate en forma de huevo ya anunciaron evalúan la posibilidad recurrir a “Instituciones nacionales e internacionales para obtener una solución jurídica frente a esta situación, la cual afecta la reputación de uno de sus productos más populares, y de más alta calidad”.

“A través de la ley de lobby, la empresa ya solicitó audiencia con subsecretario de Salud Pública”, cuenta Castillo.

¿Cajita poco feliz?

“Esto no fue de un día para otro. Hubo un año de diálogo con empresas nacionales e internacionales (de la industria alimenticia) hace un año. Y la ley ha sido bien recibida por la gente”, explica la ministra de Salud.

Inicialmente, McDonald's anunció que disminuirían la cantidad de calorías, grasas y sal de las opciones presentes en la Cajita Feliz.

Y a principios de esta semana, la multinacional comunicó que el Instituto de Nutrición y Tecnología de los Alimentos (INTA) de la Universidad de Chile -uno de los más prestigiosos en la materia- había certificado que sus productos cumplían con la normativa.

La sorpresa ocurrió rato después, cuando a través de una declaración pública el organismo desmintió a McDonald's.
“En ningún momento y bajo ninguna circunstancia el Centro de Alimentos del INTA analizó el menú del producto 'cajita feliz'”, aseguraron.

Lo que sí analizaron fueron productos “por separado, en muestras cerradas, proporcionadas por la empresa McDonald's, en solo tres locales de su cadena”.

Por lo tanto, nunca existió la certificación a la que hizo alusión McDonald's.


“El lunes debieron haber parado de vender la Cajita Feliz en las condiciones como estaba”, le dice
Sin embargo, BBC Mundo constató que una de las cajas más famosas del mundo sigue vendiéndose en McDonald's.

BBC Mundo intentó conversar con algún vocero de la compañía multinacional, sin embargo no fue posible. La empresa envió la siguiente aclaración vía correo electrónico:
“McDonald's Chile continua ofreciendo la Cajita Feliz, incluyendo un juguete, a nuestros clientes. Contamos con una larga tradición de calidad nutricional en nuestro menú y esperamos seguir avanzando”.

Fiscalización

Según la máxima autoridad de Salud chilena, “no hay marcha blanca [periodo de prueba]”. Desde el lunes todos deberían estar cumpliendo la norma.

La fiscalización se basará en denuncia o sospechas y algunas muestras aleatorias.

“Se realiza un sumario sanitario que (de arrojar resultados sobre la norma) comienza con la amonestación. Si no cumple, pasamos a otras exigencias más restrictivas, pudiendo llegar incluso al cierre”, le dice la ministra a BBC Mundo.

En el caso de McDonald's, la ministra asegura que ya realizaron muestras de las distintas combinaciones del producto “Cajita Feliz” y las enviaron al Instituto de Salud Pública (ISP) que es el encargado oficial de hacer la medición.

No todos contentos

Sin embargo, no todos los chilenos están contentos con la ley.

Ignacio Lira, periodista, locutor radial y activo actor de las redes sociales chilenas, dice que hay dos peleas cruzadas en la opinión pública chilena.

La primera, más pequeña, tiene que ver con el disgusto de una porción de la población con el etiquetado. “Dicen: 'No va a servir para nada porque a mí nadie me viene a decir lo que tengo que comer”

“Me parece absurdo, porque no entiendo una rebelión ante una normativa que no te prohíbe nada, al contrario, te entrega más información sobre lo que estás comiendo”.

La segunda y más trascendente, según Lira, tiene que ver con la prohibición de venta de productos en los colegios.

“La tradicional papa frita del quiosco, con la que todos crecimos, está proscrita”.

Sin embargo, lo que la mayoría de los chilenos critica en redes sociales tiene que ver con que hay muchas áreas grises en la ley.

“¿Se soluciona el problema? Porque no podrán comprar adentro, pero lo papás pueden seguir mandándoles bolsas de dulces para repartir”, comenta Lira.

“Sería ridículo que la policía termine haciendo redadas para fiscalizar que no se vendan chocolates en los colegios”.
Además, si la fiscalización se basa en denuncias y sospechas, “lo más probable es que en la práctica no se fiscalice”, remata Lira.

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