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Las formas ocultas en las que los “bots” perturban nuestras vidas (y cómo pueden mejorarlas)

Cada vez más gente realiza compras a través de internet. Y es usual que algunas cosas se agoten en un abrir y cerrar de ojos. Pero ello no significa que sean otras personas las que compraron los productos.

Los bots constantemente buscan productos que se pueden volver a cotizar en internet, por lo que el ciclo puede continuar una vez se repone el inventario. (GETTY IMAGES).

Los bots constantemente buscan productos que se pueden volver a cotizar en internet, por lo que el ciclo puede continuar una vez se repone el inventario. (GETTY IMAGES).

Los responsables a veces son bots, programas informáticos dedicados a realizar infinidad de tareas al mismo tiempo y a una velocidad vertiginosa, como adquirir mercancía y luego revenderla a un precio mayor.

Los bots pueden ser un problema, pero ¿pueden también tener una utilidad?

La pesadilla del comprador

Un ejemplo fue lo que ocurrió con los Fingerlings, unos monos animados en miniatura de colores brillantes que se envuelven alrededor de tu dedo, uno de los juguetes más solicitados de 2017.

Suelen costar US$15 cada uno, pero el diario estadounidense The New York Times reportó un caso en que se vendió en US$5.000.

Aunque es difícil saber con certeza si se trató de un bot o no, normalmente es posible determinar si lo que querías comprar se te fue en el último minuto por culpa de algo no humano.

Eso debido a cómo funcionan los bots. Pueden escanear sitios de venta minorista cientos de veces, encontrar un producto e ingresar información y llevarse todo el inventario.

Por supuesto que hay participación humana. Se requiere a un programador humano para predecir las URL y los códigos de productos para artículos solicitados apenas la mercancía esté disponible.

Los bots constantemente buscan productos que se pueden volver a cotizar en internet, por lo que el ciclo puede continuar una vez se repone el inventario.

Se enfocan en productos muy populares y limitados, que pueden ser revendidos por mucho más, de inmediato, en sitios de terceros o de subastas.

La reacción de Bruce Springsteen y Taylor Swift

Entre esos productos están las entradas para recitales y otro tipo de eventos.

Aficionados en Reino Unido han visto cómo los boletos para espectáculos de Ed Sheeran y Adele, así como la obra teatral “Harry Potter y el legado maldito”, se agotan en minutos y aparecen con un precio mucho más elevado en sitios web como StubHub y Viagogo.

Algunas de las estrellas de la música, como Bruce Springsteen y Taylor Swift, han recurrido a un software que trata de verificar y comprobar que quienes adquieren los boletos son de verdad personas interesadas en verlos actuar.

Los gobiernos también están tratando de mantenerse al día con la tecnología y proteger a los consumidores. En Reino Unido y Estados Unidos se han realizado esfuerzos para acabar con los bots que acaparan entradas.

Su rol en la política

Estos programas han sido condenados por su papel negativo en la política.

En Facebook o Twitter, están programados para impulsar rápidamente los hashtags políticos, por ejemplo, o publicar noticias falsas que benefician ciertas agendas y propaganda.

En particular, se ha informado ampliamente que los bots se utilizaron en las redes sociales para interferir en la campaña para las elecciones presidenciales de 2016 en Estados Unidos.

Los bots políticos se han infiltrado en nuestros hábitos de redes sociales de forma constante desde alrededor de 2012, explica Lisa-Maria Neudert, investigadora del Oxford Internet Institute (Instituto de Internet de la Universidad de Oxford, en Inglaterra).

Mientras que los actuales tienen comportamientos básicos, como darle me gusta a una publicación, comentar o retuitear, cada vez se están volviendo más capaces.

“Podría programarse para convencer a una persona de una opinión política específica”, explica, al “darle argumentos específicos y contrargumentos” o “responderte y hacerte creer que estás hablando con una persona”.

¿Útiles?

Este tipo de tecnología puede ser un inconveniente, pero también útil.

Cada vez más personas tienen en sus hogares asistentes activados por voz —como Cortana de Microsoft y Alexa de Amazon —.

“El uso número uno para Alexa es 'pon tal canción' o 'enciende la luz'”, señala Neudert.

Pero los investigadores y desarrolladores intentan alcanzar una tecnología para que pueda “mantener conversaciones y simplemente volverse más inteligente”.

A medida que los bots se vuelven más rápidos para hacer las tareas y tomar mejores decisiones, también nos pueden ayudar con nuestras finanzas.

“En mi trabajo siempre he dado prioridad a que los programas de Inteligencia Artificial (bots sofisticados) que construimos haga del mundo un lugar mejor, no peor”, señala Tuomas Sandholm profesor de informática de la Universidad Carnegie Mellon, en Pensilvania, Estados Unidos.

A principios de 2017, un bot en el que Sandholm trabajó logró una victoria histórica en un maratón de póker de 20 días contra cuatro de los mejores jugadores del mundo.

Sandholm predice que eventualmente los bots podrían, por ejemplo, negociar el precio de un auto nuevo.

“La ventaja de la Inteligencia Artificial no es solo la velocidad, sino mejorar la toma de decisiones de cualquier humano”, opina.

Neudert está de acuerdo en que no todo es negativo.

Podrían ayudar a cambiar la forma en que gastas el dinero: quizá a través de una aplicación de mensajería en tu teléfono al entablar una conversación sobre tus finanzas.

O haciendo un seguimiento de gastos durante varios meses, aconsejarte sobre cómo mejorar y responder tus preguntas.

Como sea, los bots parecen haber llegado para quedarse.

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