Escenario

Darío Escobar expone su total albedrío en galería 9.99, del Centro Histórico

Libre albedrío creativo es lo que ha movido a Darío Escobar a lo largo de su tayectoria artística.

Darío Escobar, nacido en 1971, ha elaborado obras conceptuales en una experimentación constante (Foto Prensa Libre: Edwin Bercián).

Darío Escobar, nacido en 1971, ha elaborado obras conceptuales en una experimentación constante (Foto Prensa Libre: Edwin Bercián).

Balones de futbol violentamente atorados en trozas de caoba, cabos de azadón equilibrados (a manera de bates) sobre bolas de béisbol y pelotas de tenis que se rebelan a la opresión de gruesas planchas de metal se pueden ver en la exposición retrospectiva que abre el próximo jueves 25, a las 19 horas.

El choque de conceptos ha sido una constante en su creación: desde aquel vaso plástico con policromado barroco o la patineta con repujado de plata colonial creados a finales de la década 1990.

“Elaboro una realidad distinta, pero mi trabajo se nutre de las contradicciones que hay en mi país”, explica Escobar mientras revisa el montaje de la exposición que presentará en la galería 9.99, en la 5a. avenida y 11 calle, zona 1.

Ha expuesto en diversas galerías de Europa, Asia, América y EE. UU, ha figurado en diversas bienales internacionales e incluso su obra fue recopilada por la Universidad de Harvard en una publicación que no cualquiera recibe.

Lenguaje directo

Al preguntarle por las claves de su éxito, afirma que tuvo “suerte” que hacia 1996, con la firma de la paz, encontró un terreno favorable por ser un artista joven, de un país que salía de un conflicto armado que lo puso en el ojo del mundo.

“El éxito es una construcción que los demás hacen de uno; creo que lo saludable es tomar siempre distancia de los premios o los reconocimientos para poder seguir creando”, dice el artista que experimenta con materiales, conceptos y una fuerte dosis de desenfado e incluso humor: “Hay tensión entre marcas globales o deportes masivos con elementos que representan a la tierra, la naturaleza, como una declaración de dignidad”, ejercicio que ejecuta con simplicidad, al punto de hacer parecer “fácil” este tipo de arte.

“Mantengo un lenguaje directo, sencillo, y tomo las críticas de donde vienen, pues sé que no resulta fácil llegar a las conclusiones que presento como obra”, dice Escobar, quien también presenta una pieza de la serie que elaboró con carrocerías de camiones de carga.

“Hago deconstrucciones y a la vez declaraciones a partir de elementos propios del paisaje guatemalteco”, finaliza. El artista confiesa que vivir y estar en Guatemala es su gran fuente de inspiración.

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