Escenario

Hallan bacteria “extraña” en los restos del poeta Pablo Neruda

Expertos españoles encontraron en los restos del poeta chileno Pablo Neruda la bacteria "estafilococo dorado", un "elemento extraño", no asociado al cáncer que presuntamente le causó la muerte en 1973, informaron este jueves fuentes judiciales.

El hallazgo es el resultado de pericias practicadas en el Centro de Ciencias y Técnicas Forenses de la Universidad de Murcia, realizadas en el marco de la investigación que lleva adelante el juez chileno Mario Carroza, tendente a esclarecer las causas exactas de la muerte del ganador del Premio Nobel de Literatura en 1971.

Según el informe de los expertos, liderados por el catedrático español Aurelio Luna Maldonado, en las pericias se encontraron además otros dos elementos, pero que sí están relacionados con el cáncer de próstata “diseminado y con un proceso de tipo infeccioso” que Neruda padecía desde varios años antes de su muerte.

Las pericias, explicaron este jueves los responsables del Programa de Derechos Humanos del Ministerio del Interior, que es parte querellante en la investigación judicial, forman parte de los nuevos exámenes proteómicos y genómicos que el juez dispuso practicar a las osamentas del autor de “Canto General”, entre muchas otras obras.

El juez Carroza busca esclarecer si Neruda, fallecido en una clínica de Santiago el 23 de septiembre de 1973, murió a causa del cáncer o si su deceso fue inducido por terceros mediante algún elemento extraño a los fármacos que se le suministraban por su enfermedad, por lo cual su cuerpo fue exhumado en abril del 2013.

La investigación se inició en el 2011 a raíz de una denuncia del Partido Comunista chileno, basada en unas afirmaciones de Manuel Araya, antiguo chófer de Neruda, a la revista mexicana Proceso.

Araya dijo que el poeta, fallecido días después del golpe militar que encabezó Augusto Pinochet, había sido envenenado por agentes de la dictadura mediante una inyección que le fue suministrada en la clínica en la que estaba ingresado.

El poeta murió cuando se aprestaba a viajar a México, por invitación del entonces presidente de ese país, Luis Echeverría y según Manuel Araya, para liderar la oposición a Pinochet.

En noviembre del 2013 un grupo de expertos chilenos y extranjeros que realizaron las pericias científicas a los restos concluyó que Neruda no había muerto envenenado, pero aun así Carroza no dio por cerrada la investigación por considerar que los resultados no eran concluyentes y ordenó los nuevos peritajes.

A diferencia de las anteriores, las nuevas pericias buscan establecer la presencia de vestigios biológicos que no deberían encontrarse entre los restos del poeta y así se llegó al hallazgo de fragmentos moleculares de estafilococo dorado, una bacteria no asociada al cáncer que padecía Neruda.

Esta bacteria, considerada agresiva y con frecuencia mortal, es una causa importante de infecciones generalizadas.

No obstante, en el nuevo informe, elaborado por Aurelio Luna y las peritas forenses Cristina Pérez, Gemma Prieto y María Dolores Pérez, los expertos no incluyen conclusiones, “ya que pensamos que debe debatirse en el panel de expertos”.

Previenen, asimismo, que “resulta muy difícil establecer o excluir la presencia de un proceso infeccioso en las últimas horas de vida del poeta, pues de otra parte se trata de restos (las muestras) que han reinhumados y manipulados).

El cuerpo de Neruda estuvo desde su muerte en un nicho del Cementerio General de Santiago, hasta después de la recuperación de la democracia en Chile, en 1990, cuando cumpliendo su deseo fue trasladado y sepultado en su casa de la localidad costera de Isla Negra, junto a su esposa Matilde Urrutia.

“El análisis de estos datos requiere de una dosis oportuna de prudencia para evitar conclusiones aventuradas, en ausencia de informaciones adicionales, de las que en este momento carecemos”, subraya el informe.

El panel de expertos a que se refiere el texto lo integran el propio Luna, el antropólogo forense español Francisco Etxeberría y los chilenos Cristián Orrego, experto genetista; Gloria Ramírez, experta en laboratorio y Luis Soto Román, perito intensivista en medicina broncopulmonar.

La semana pasada, la Fundación Pablo Neruda pidió que los restos del poeta sean devueltos a su sepulcro de Isla Negra, por considerar que “ha pasado un tiempo más que prudencial” para que “vuelva a descansar en paz”.

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