Escenario

“Los tiempos están cambiando”: los Rolling Stones reconcilian a Cuba con el rock

“Los tiempos están cambiando, ¿verdad?”, preguntó Mick Jagger en español a la multitud de cubanos extasiados que asistió la noche del viernes al primer concierto de los Rolling Stones en la isla comunista que alguna vez censuró el rock.

A sus 72 años, Jagger llevó al delirio a los cientos de miles de cubanos, y muchos extranjeros, que esperaron pacientes por varias horas el inicio del espectáculo de luces y sonido más grande jamás visto en La Habana.

Al menos 400 mil personas, según el portal estatal Cubadebate, desbordaron la Ciudad Deportiva en donde se desarrolló el show gratuito y al aire libre de los Stones.

La legendaria banda británica inició el recital a las 20.35 horas con Jumping Jack flash. Durante poco más de horas tocó 18 canciones.

 

Pero además de seducir con su voz y baile endemoniado, Jagger interactuó en español con el público y dejó mensajes que retumbarán por mucho tiempo.

“Aquí estamos finalmente, ah? Estamos seguros de que esta noche será inolvidable”, dijo el líder de los Rolling Stones.

 

Jagger sorprendió al evocar la censura del rock en el país comunista de las décadas de 1960 y 1970, cuando la música en inglés era vinculada con el enemigo imperialista y con “desviación” ideológica.

 

Entonces los cubanos escuchaban a los Beatles o los Rolling Stones en la intimidad de sus cuartos, en placas metálicas en forma de vinilos o cintas magnetofónicas que intercambiaban como si fuera contrabando.

“Tiempo atrás era difícil escuchar nuestra música acá en Cuba”, se dirigió Jagger a los asistentes, y remató con las frases que seguramente harán historia:

“Pero aquí estamos tocando para ustedes en su linda tierra…pienso que finalmente los tiempos están cambiando, ¿verdad?”.

 

Jagger, Keith Richards, Charlie Watts y Ronnie Wood interpretaron éxitos como Paint it black, Sympathy for the devil, Star me up, Miss you y remataron con Satisfaction.  “!Gracias Cuba por el increíble e inolvidable show!”, escribió la banda en su Twitter.

En las primeras filas lo que predominaba eran extranjeros -británicos, alemanes, estadounidenses, argentinos o mexicanos-, muchos ya con canas, fanes acérrimos de la banda que les persiguen allá donde van y que, por supuesto, no quisieron perderse la cita histórica de los Stones en la Cuba del deshielo.

En la zona VIP, la top model Naomi Campbell o el actor Richard Gere tampoco faltaron al espectáculo en la isla comunista, que se está convirtiendo en un foco de atracción para celebrities.

“Anoche ya comimos arroz y frijoles en un paladar, pero lo más rico fue bailar rumba cubana”, contó al público el vocalista, que no defraudó con sus movimientos únicos de cadera al estilo Jagger.

Cubanos, asombrados

Los cubanos, que esta semana recibieron la visita histórica del presidente de Estados Unidos Barack Obama, mostraban su asombro con la descarga de música, luces y sonido que trajeron los dinosaurios del rock.

“Este es el primer concierto de verdad que ha habido en Cuba. Fue maravilloso. Soy roquero de todo la vida, y acá era prohibido escuchar todo”, dijo Abel Pérez, un artesano de 40 años de cabello largo. Marben Mora, de 30, no solo se deslumbró con lo que vio a través de las pantallas gigantes.

“Fue fantástico. Esos roqueros ingleses hablando en español para el pueblo cubano fue mejor todavía. Hay muchos cambios, y vienen más todavía”, comentó ese técnico de telecomunicaciones.

Los Rolling Stones descargaron en Cuba 61 contenedores con 500 toneladas de sonido, video y luces. Fue la última parada de la gira América Latina Olé que incluyó a Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Perú México y Uruguay.

El país de la salsa, la trova y el son disfrutó a sus “majestades satánicas” el Viernes Santo sin ningún contratiempo en medio de un fuerte dispositivo de seguridad.

“El escenario nos sorprendió. Esa tecnología nunca se había tenido aquí. Todo está cambiando, solo con que ellos vinieran significa que está cambiando”, señaló Leonardo Pérez, un chofer de taxi de 56 años. Su esposa Iramis Méndez, de 53 años, cree otro tanto: “Somos de la época de la  prohibición. Todo ha cambiado, pensamos que Cuba no va a volver a ser igual”.

ESCRITO POR: