HORRORES IDIOMÁTICOS

Onomatopeyas

MARÍA DEL ROSARIO MOLINA

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Las onomatopeyas imitan los sonidos que determinaron su morfología y significado.  Las palabras onomatopéyicas suelen parecerse en varios idiomas. v.gr., el rugir (del latín rugire) de los grandes felinos —aunque el término en español también se aplica al rugir del viento y del mar— viene del sonido que emiten (“rrrr”).

Del latín (rama centum del tronco indoeuropeo) igualmente proceden “rugir” en francés, “rugir” en portugués y “ruggire” en italiano. En inglés “roar” viene del sánscrito (rama satem del tronco Indoeuropeo) e igualmente imita el sonido. De la voz del gato (miau) nació el término “mau”, gato en egipcio (subfamilia del tronco afroasiático). Maullar y mayar en español, “miar” en portugués, “miagolare” en italiano, “miauler” en francés y ”to miaow” en inglés son a su vez imitaciones de la voz de ese felino. El sonido que emiten cuando están contentos estos animalitos se llama ronroneo (no ronrón) y es onomatopéyico, igual que el “ronron”, francés, el “ron ron” italiano y el “purr” inglés. No solo los gatos ronronean: los linces también.

El gruñido (de “grrr”) es la voz ronca del perro y de algunos otros animales cuando amenazan, y además es habitual en los viejos gruñones. El verbo aullar, propio de los perros y los lobos viene de su “auuh”, igual que el “hurler” francés y el “ululare” italiano. Todos provienen del latín ululare. Ulular en español es dar gritos o alaridos y un sonido que produce el viento. En inglés, to “howl”, del mismo “auuh”, procede del sánscrito.

La palabra onomatopéyica española “chucho” (no es localismo chapín) viene del “chuch” con que se espanta a los perros. El término “guau” figura en el DRAE como onomatopeya de la voz del can. La voz de los perros se llama latido cuando ladran en forma entrecortada.

Mugir en español, “mugir” en francés, “muggire” en italiano y “mugir” en portugués, provenientes del latín y “moo” en inglés imitan la voz de las vacas. (Los toros y los caballos bufan). La voz del caballo es el “relincho” y decir que “piafan” refiriéndose a esta es error. Piafar es levantar el equino ya una pata ya otra, y dejarlas caer con fuerza contra el suelo. Son onomatopéyicos el croar de las ranas, el arrullo de las palomas, el crascitar o graznar de los cuervos y otras aves. Los polluelos pían, los zancudos zumban y los loros hablan, sin sentido, como muchos humanos. La voz de los corderos, ovejas, cabras, gamos y ciervos se llama balido en español, “belato” en italiano, “bêlement” en francés y “balido” en portugués, y procede del latín balare, onomatopéyico. Veces hay en que se escuchan rebuznos, o roznidos, es lo mismo, y no se sabe si proceden de un burro, asno, pollino, jumento, rozno etc., o de algunas personas que harían mejor callando que rebuznando, perdón, hablando.

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