Escenario

Museo del Prado exhibirá tesoros del arte hispánico

Hace más de un siglo, un millonario neoyorquino se dedicó a forjar una colección de arte hispánico tanto del viejo como del nuevo mundo. Piezas del tesoro artístico, pocas veces vistas fuera de Estados Unidos, las exhibirá el Museo del Prado de Madrid.

Un retrato del propio coleccionista Archer Milton Huntington (1870-1955) abre la exposición de piezas destacadas, de las 18 mil que posee la Hispanic Society of America (HSA).

El Prado mostrará “más de 200 tesoros de la HSA”, dijo Codding, con obras de Goya, Velázquez, Murillo y El Greco, entre muchos otros.

Un lugar destacado en la exposición, que permanecerá abierta hasta el 10 de septiembre, ocupa un Mapamundi de Giovanni Vespucci, realizado en Sevilla en 1526, un documento de referencia para los navegantes que partían hacia el Nuevo Mundo.

Huntington en 1900, con la muerte de su padrastro, hereda una fortuna a sus 30 años de edad, lo que le permite impulsar su proyecto de “museo español”, abierto al público en 1908 en Manhattan.

Personaje particular para la época, Huntington valoró la herencia musulmana en España, llegando a aprender árabe, señaló Falomir.

Muestra de ello, en la exposición hay un “único ejemplar totalmente intacto” en lujosa seda del palacio de la Alhambra de Granada, elaborada hacia 1400, señala el director de El Prado.

La colección incluye objetos religiosos, como una escultura en madera policromada de San Martín de Tours, del siglo XV.
Asimismo, El Prado mostrará varios objetos de la colección que Huntington adquirió en América Latina, de la época del dominio español, entre ellas piezas de los mexicanos Joaquín Antonio Basarás y José Agustín Arrieta o del puertorriqueño José Campeche.

Un conjunto religioso de madera policromada, vidrio y metal titulado “Las postrimerías del hombre”, realizado hacia 1775 y atribuido al ecuatoriano Manuel Chili se muestra al público por primera vez.

Del Siglo de Oro español (1492-1681), resalta el óleo “Retrato de niña”, de Diego Velázquez, devuelto a “su esplendor original” por restauradores de El Prado, indicó Mitchell Codding.

Otra pintura restaurada especialmente para esta exposición, “La duquesa de Alba” de Francisco de Goya luce “como un cuadro recién pintado, de ahora”, afirmó Codding.

La visión que tenía Huntington de una España apasionante y luminosa se refleja sobre todo en los cuadros de su amigo Joaquín Sorolla, al que dio a conocer a los estadounidenses.

La exposición, financiada en parte por la fundación BBVA en España, partirá posteriormente de gira por Estados Unidos.
“Es la primera vez que una muestra tan amplia de sus colecciones se expone en España e incluso fuera de la HSA, y varias de las piezas abandonan por primera vez su sede de Nueva York”, señaló en la presentación de la exposición su director, Mitchell Codding.

Alejado del circuito de los museos de Nueva York, la sede de la HSA en el norte de Manhattan alberga la colección más importante de arte hispánico fuera de España, con obras que cubren desde la prehistoria hasta el siglo XX, y una biblioteca con decenas de miles de manuscritos y libros poco comunes.

Esta exposición “es importante por lo que nos cuenta de la personalidad de Huntington, sus gustos, sus deseos, su pasión por lo que era España, su cultura y su lengua, y por lo que cuenta de nosotros mismos”, dice Miguel Falomir, flamante director de El Prado.

Huntington tenía apenas 12 años cuando viajó por primera vez a Europa con su madre, también coleccionista, y quedó fascinado por los grandes museos. También fue marcado por una visita a México, antes de ir a España por primera vez en 1892.

Su padrastro, Collis Potter Huntington, fue un magnate de la construcción naval y ferrocarriles. Pero el joven Archer Milton no quiso seguir ese camino.

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