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Cómo hacer que los niños respeten a la niñera

La cuidadora o niñera tiene la función de participar en la educación de los hijos cuando no están los padres, de ahí que sea importante que los pequeños la respeten y la vean como una figura de autoridad, pero, en ocasiones no es así.

Cómo hacer que los niños respeten a la niñera

Cómo hacer que los niños respeten a la niñera

Si es inexperta, joven, o se siente insegura sobre cómo actuar con los niños, entonces, seguramente, se produzcan problemas de comportamiento, por lo que conviene seguir algunas recomendaciones para hacer para que la respeten.
 
Ser claros

Los niños son auténticos expertos en poner a prueba a los adultos y lo harán constantemente. Como Arturo sabe que su madre no le va a comprar un helado al salir del colegio, seguramente probará con la abuela que le recoge esta tarde. Por supuesto, cada persona tiene su propio estilo e intentará hacerlo lo mejor posible según se presente la ocasión, pero es importante estar de acuerdo en unas normas básicas: si los helados están prohibida y la hora de acostarse es a las 20.30 horas, todos tienen que estar al tanto de estas normas y ponerlas en práctica.
 
Dar autoridad

Los pequeños tienen que percibir que la niñera es una prolongación de la autoridad de los padres. Por lo tanto, ella debe saber cuáles son los límites y qué hacer si los niños los sobrepasan y desobedecen.
 
Por ejemplo, si se va a premiar al menor por recoger sus juguetes, le puede entregar un pequeño obsequio si también lo hace con ella. Del mismo modo, si el niño se ha portado demasiado mal y la niñera le ha castigado al no dejarle ver televisión, hay que cumplirlo. Si no se está de acuerdo con alguna de sus decisiones, se le dice, pero nunca delante del niño. Con el tema de la disciplina hay que ser muy claros.
 
Establecer rutinas y normas

Hay horarios de estudio, de ver televisión, de jugar, de sueño. Aunque seguramente intentarán saltárselos en cuanto tengan oportunidad, a los niños las rutinas les dan seguridad, por eso es especialmente importante que se cumplan cuando sus figuras de referencia están lejos. También es conveniente seguir esos rituales del día a día: se bañan y cenan (no al revés), utilizan su vaso rojo para beber agua, por ejemplo.
 
La comunicación fluida

Los padres son quienes saben cómo son sus hijos y en qué fase están. Toda esa información, aunque a veces parezca irrelevante, es muy útil para la persona que los cuida. Si se pone en marcha una nueva estrategia o un cambio de hábitos, también ha de hacerse con la cuidadora. Del mismo modo, si el menor ha estado el fin de semana enfermo, tiene problemas los estudios, está durmiendo mal, su cuidadora tiene que saberlo.
 
Es importante buscar el momento adecuado para hablar con ella. Muchas veces se trata de conversaciones apresuradas en la puerta del colegio o cuando la cuidadora ya está fuera de su horario laboral. Hay que buscar el momento de poder charlar tranquilamente y, además, utilizar los medios al alcance para que la comunicación sea fluida.  Por supuesto, para que sea comunicación real, tiene que ser bidireccional. La niñera, ya sea por la cantidad de horas que pasa con los niños o bien por sus experiencias, puede compartir estrategias o ideas que pueden ser útiles.

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