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Un test sanguíneo identifica riesgo de osteoporosis

La cuantificación en sangre de tres marcadores de recambio óseo permitiría seleccionar las pacientes con mayor probabilidad de tener osteoporosis, lo que se confirmaría después con densitometría ósea.

Un test sanguíneo puede identificar riesgo de osteoporosis en mujeres posmenopáusicas

Un test sanguíneo puede identificar riesgo de osteoporosis en mujeres posmenopáusicas

Un sencillo análisis de sangre permite identificar a las mujeres postmenopáusicas con mayor riesgo de osteoporosis, asegura una investigación de la Clínica Universidad de Navarra, España, que ha demostrado la alta sensibilidad que ofrecen tres marcadores de remodelado óseo a la hora de descartar si una paciente padece o no osteoporosis.

Según Patricia Restituto y Nerea Varo, mediante un simple análisis de sangre se pueden conocer los niveles de los tres marcadores -P1NP, ?-CTX y osteocalcina- y detectar así la presencia de un recambio del hueso acelerado. En caso positivo sería necesaria una densitometría para confirmar el diagnóstico, según el sitio abc.es

Hasta ahora, el método recomendado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) para el diagnóstico de la osteoporosis es la densitometría ósea. La pauta general indica la realización de una densitometría únicamente a aquellas mujeres posmenopáusicas que presenten al menos un factor de riesgo de padecer osteoporosis.

“Sin embargo –destacan las doctoras Restituto y Varo- existen dos claros inconvenientes en la práctica diaria. Por un lado, la densitometría es una prueba económicamente muy costosa. Por otro, debido a una limitación en el número de equipos disponibles en algunos países, no a todas las mujeres posmenopáusicas con factores de riesgo se les realiza una densitometría, aunque clínicamente esté justificado”. Por esta serie de circunstancias, apuntan las especialistas, “la osteoporosis no se diagnostica en estadios tempranos”.

La osteoporosis ha sido bautizada por la OMS como “la epidemia silenciosa”. “Se trata de una enfermedad en la que el paciente sufre una pérdida de masa ósea que puede repercutir en el deterioro de la calidad del hueso. El problema es que el paciente no notará ningún síntoma hasta que sea demasiado tarde ya que antes de la fractura los síntomas suelen pasar desapercibidos, tanto para el paciente como para el médico”, advierte la doctora Amparo Calleja.

Se trata de una enfermedad en la que el paciente sufre una pérdida de masa ósea que puede repercutir en el deterioro de la calidad del hueso

La OMS estima que el 40 por ciento de las mujeres mayores de 50 años sufrirá una fractura relacionada con esta dolencia en algún momento de su vida y un 52 por ciento en el caso de las mujeres de más de 70 años. “No obstante –observa Colina-, se calcula que el número real de mujeres con osteoporosis es todavía mayor, un porcentaje que crecerá con el aumento de la esperanza de vida”.

Ante una incidencia y morbilidad tan importantes, el objetivo principal del médico especialista radica en “diagnosticar a la paciente antes de que se instaure la osteoporosis como tal o, al menos, antes de que sufra la primera fractura ósea, ya que en ese momento los tratamientos son mucho más eficaces y, por tanto, el pronóstico de la paciente es mucho mejor”, subraya.

De hecho, las especialistas aseguran que «cuando el hueso ha comenzado a perder masa ósea pero todavía no ha visto alterada su estructura el proceso osteoporótico puede, no solo detenerse, sino incluso revertirse”.

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Personas en riesgo

Derivado de la alta incidencia de fracturas, Calleja aconseja en este sentido estudiar especialmente a tres colectivos de personas: mujeres mayores de 65 años, varones mayores de 70 años y, además, habría que analizar al grupo de mujeres y varones que presenten factores de riesgo debido a alguna enfermedad o a la toma de fármacos que disminuyen la masa ósea.

A la vista de los datos expuestos, la endocrinóloga señala que “conviene tener en cuenta que el 54 por ciento de las fracturas se produjeron en personas que en un estudio de densitometría ósea no presentaban osteoporosis, lo que ha llevado a buscar y utilizar otras herramientas, además de la densitometría, para poder diagnosticar y tratar a tiempo la osteoporosis”. Cabe destacar que del conjunto de los pacientes fracturados, solo el 19 por ciento estaban previamente tratados, porque del resto se desconocía que padecieran osteoporosis.

La identificación de estas pacientes fue posible gracias a los marcadores óseos. De no haber determinado los marcadores óseos, no se les habría realizado la densitometría ósea y no habrían sido diagnosticadas y tratadas hasta que hubieran sufrido una fractura ósea.

Entre las principales ventajas de esta prueba describen los marcadores como “determinaciones sencillas, económicas y accesibles a toda la población. Permiten una sospecha de diagnóstico de la enfermedad y, por tanto, un inicio temprano del tratamiento”. A los beneficios que aportan los marcadores añaden el hecho de que “presentan una sensibilidad muy elevada que reduce al máximo la presencia de posibles falsos negativos”.

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