Vida

Verdades del reflujo en niños

Una de las preocupaciones más comunes de las madres es cuando el bebé vomita la leche y esto puede deberse a diferentes motivos, uno de ellos es que tienen reflujo gastroesofágico.

Existen dos tipos de reflujo: el natural o fisiológico y el patológico, explicó ayer el pediatra Édgar Beltetón, especialista en tratar este problema,  durante el programa El Consultorio, de prensalibre.com, que se transmite los martes y jueves.  

El primero no necesita medicamento y la incidencia en la población pediátrica durante los primeros 12 meses es de  un 80 por ciento.  La causa es que el bebé está siendo sobrealimentado y por eso “regresa la leche”. “Es normal siempre y cuando esta condición no afecte su peso desarrollo”.

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“El reflujo patológico se relaciona con  alergias a proteínas de la leche y anomalías anatómicas  en el esófago. En la mayoría de los casos, el bebé tiene episodios frecuentes de enfermedad pulmonar, porque la leche les  salpica a la parte alta de los pulmones y bronquios y eso provoca que presente bronquitis  crónica”, enfatizó Beltetón.

El gastroenterólogo pediatra Christian Farrington comentó que los pequeños con este tipo de reflujo presentan vómitos biliares y distensión abdominal, y se detecta en los primeros días de vida. Además, el bebé  no sube de peso, llora constantemente cuando se acuesta y tiene dolor. En esos casos debe remitirse de inmediato con el especialista.

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Diagnóstico
“Para realizar un diagnóstico correcto  será necesario descartar el reflujo fisiológico y someter al pequeño a un estudio de impedancia, que mide los eventos de reflujo en un período de  24 horas. Para ello se coloca una sonda por la nariz que llega al esófago; esto se conecta a un monitor y la madre  oprime un botón cuando el bebé presenta tos, lo cual contribuye a realizar un diagnóstico certero“, afirmó Farrington.

Tratamiento
Para el reflujo fisiológico se debe modificar la ingestión de alimentos, aumentar la frecuencia y disminuir las cantidades. “Si son tres onzas de leche, ofrezca al pequeño una onza cada cierto tiempo. Esto permitirá que haga digestión y no se sobrealimente porque esto provocará el vómito”, aconsejó Beltetón. Además, se debe evitar acostarlo después de comer.

En el caso de la alergia a las proteínas de la leche se sugiere  buscar fórmulas hidrolizadas  e hipoalergénicas. “La lactancia materna debe ser exclusiva los primeros 12 meses. Si existe alergia a la proteína de leche, la madre debe retirar de su dieta todos los productos lácteos”, resaltó Beltetón.

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