Dormir lo suficiente: durante una resaca, los órganos internos trabajan de más para intentar llevar al cuerpo al estado en el que debería estar. Descansar provee la energía necesaria para hacerlo. Si se tiene un día ocupado o responsabilidades de las que no se puede librar, intentar tomar una siesta de unas cuantas horas.

Beber mucha agua: incluso si se siente que consumir algo dan ganas de vomitar. La sensación de náusea asociada con la resaca es la prueba de que el cuerpo está muy deshidratado. Incluso unos cuantos sorbos ayudarán a hidratar el sistema. Se recomiendan bebidas con electrolitos.

Proteger el estómago: entre otros daños, una ingesta grande de alcohol irrita el revestimiento estomacal. Proteger la sensibilidad al aislar el estómago con un abrigo protector. Un producto lácteo como yogur es una buena opción.

Consumir carbohidratos: se necesita reponer los nutrientes perdidos. Los carbohidratos normalmente son una buena opción para que el cuerpo reciba nuevamente comidas ricas en vitaminas. Intentar comer pan y alimentos ligeros con mucho sodio como papas fritas y pretzels. Una comida con un jugo de fruta y un pan tostado de grano entero, por ejemplo, es relativamente ligero para el estómago y provee carbohidratos.

Tomar un baño caliente: sentarse y eliminar toxinas ayuda al cuerpo a recuperarse, además sirve como una parte terapéutica de la recuperación.

Pensarlo bien antes de automedicarse: la combinación de medicamentos y alcohol puede causar problemas en el hígado, y otros como la aspirina y el ibuprofeno pueden hacer que el estómago se sienta aún peor.

Tomar sorbos de té, café u otras bebidas con cafeína. La cafeína es un estimulante y te ayudará a revertir la somnolencia de la resaca. Sin embargo, estas bebidas son deshidratantes y pueden molestar la sensibilidad del estómago así que no hay que sobrepasarse. Tomar un suplemento de vitamina B-6. Algunos expertos han observado que calma los síntomas de la resaca.

No tomar acetaminofén para lidiar con una resaca. En combinación con el alcohol puede tener un efecto tóxico en el hígado. Mientras que la cura de tomar una pequeña cantidad de alcohol es muy conocida, los expertos aconsejan que no se haga. Esto puede calmar los síntomas temporalmente pero forzar al cuerpo a procesar incluso más alcohol hará que la resaca dure más tiempo de lo que normalmente lo haría.