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El jiu-jitsu es la destreza amable de dominar al advesario

Ser tan fuerte que nada pueda perturbar la paz de tu mente”: este es el primero de los 12 mandamientos con el que Carlos Gracie, fundador del jiu-jitsu brasileño, cimentó las bases de esta disciplina, con la que aprenderás a controlar varios aspectos de tu vida.

La clave es siempre encontrar un punto para soltarse del rival o romper su postura de pelea. foto Prensa Libre: Brenda Martínez

La clave es siempre encontrar un punto para soltarse del rival o romper su postura de pelea. foto Prensa Libre: Brenda Martínez

El jiu-jitsu se diferencia de otras artes del grappling —sistema de lucha cuerpo a cuerpo, que no involucra golpes—, como judo, lucha o sambo, en derribar al oponente para llevar el combate al suelo, y así someterlo. Para ahondar en el término, jiu-jitsu se deriva del japonés jujutsu, de ju, amable, y jutsu, pericia o destreza.

Como ves entonces, no necesitas ser alto ni fuerte para vencer a tu contendiente, sino vencerlo con técnicas de llaves. Hay una extensa variedad de estas, pero entre las más conocidas está el triángulo, armbar, guillotina y kimura.

“El jiu-jitsu es como el ajedrez, puesto que debes anticiparte a los movimientos del oponente. Por eso es muy importante la concentración”, explica Juan Francisco Stahl, de Academia Rilion Gracie, fundada en el 2013 por uno de los nietos de Carlos Gracie.

A tomar en cuenta

Las técnicas son muy peligrosas si las empleas para defensa personal, por lo que debes ejecutarlas bien para no causar daños a tu rival en los entrenos.

Según vayas avanzando en el aprendizaje, puedes obtener cinco cintas: blanca, azul, morada, café y negra.

Debido a que los entrenamientos y los sparring —combates— requieren fuertes destrezas, el instructor Frankie Tobías, tercer lugar panamericano, asevera que se pueden llegar a quemar, en una hora de práctica, de 800 a mil calorías. Tobías te recomienda practicarlo de tres a cinco veces a la semana.

Esta disciplina te ayudará a desarrollar seguridad, autoconfianza y habilidades sociales, a aumentar tu autoestima, a liberar tu energía, disminuir el estrés y a mejorar tu condición física. “Yo pesaba antes 190 libras; ahora, después de cinco meses de practicarlo, peso 135”, asegura Rodrigo Escribá, de 28 años.

“Es una competencia sana, no hay golpes, patadas o gritos”, dice Alberto Sobalbarro.

“Es un arte marcial de defensa personal, sin riesgo de que me golpee. Ahora tengo más seguridad”, comparte Luis Ángel González, 25.

Historia

– Esta disciplina centenaria llegó de Japón a Brasil.

– El primer torneo de jiu-jitsu brasileño en la historia fue el 11 de marzo de 1915, en Río de Janeiro, organizado por el judoka japonés Misuyio Maeda, conocido como Count Coma.

– Maeda llegó a Brasil en 1912 para promover este arte de grappling.

– Count Coma conoció a Carlos Gracie cuando este tenía 15 años, y fue su instructor durante tres años.

– Luego Gracie modificó las técnicas japonesas para crear su estilo de jiu-jitsu brasileño, el cual difundió por todo el mundo.

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