Salud y Familia

Esa ruptura sí  puede superarse

Todos hemos pasado por ello o conocemos a gente que lo ha vivido: las rupturas amorosas. Ese momento tan difícil en el que creemos que perdemos todo al no estar ya con la persona amada, o bien, en el que la ira se apodera de nosotros y surgen los sentimientos de venganza.

Terminar una relación amorosa nunca ha sido fácil, pero el corazón puede sanar si hay disposición a seguir adelante, si estamos dispuestos a perdonar y si nos damos tiempo para crecer y aprender de nuestros errores.

“Todo dolor y sufrimiento nos enseña algo nuevo”, dijo ayer la psicóloga en consejería social Ada Linda Pérez, en El Consultorio, que se transmite fanpage de Facebook de Prensa Libre.

“La ruptura es un proceso de duelo y de inestabilidad emocional pero también es una fase de adaptación para que la persona vuelva a hacer su vida”, aclaró.

Cada individuo reacciona de diferente manera ante esta situación y por eso es importante identificar si en algún momento se convierte en un dolor con matices únicamente negativos.

“El duelo de una ruptura suele ser de seis meses. El psicólogo Walter Riso aconseja superarlo como si se tratara de una pelea de boxeo. Puedes caer un día por una tristeza pero luego te levantas y sigues. Con lo que hay que tener cuidado es con no ceder al nocaut”, agregó Pérez. Si eso sucede, debe recurrirse a ayuda profesional.

Restauración

La madurez es la clave para seguir adelante después de finalizar una relación, y esto implica saber reconocer que ambos cometieron errores pero que también hubo aspectos positivos en el noviazgo o matrimonio.

Es importante, que el individuo hable con sus conocidos, que reciba a poyo y que se proponga, sobre todo, a corregir las actitudes que dejó a un lado en su relación anterior.

Causas

Según explicó la psicóloga Ada Linda Pérez, las principales causas de rupturas son la falta de comunicación, los celos, la incompatibilidad, el orgullo, las ideas o emociones reprimidas, la pérdida de complicidad en las parejas, las rutinas, los problemas económicos y  de sexualidad. “Cada uno de estos problemas puede darse no solo en parejas con años de relación, sino también en noviazgos cortos”, añadió. La tecnología también puede traer problemas. Por ejemplo, cuando  alguien  desconfía de su pareja por su uso excesivo del smartphone.

Obstáculo

Algunos procesos de ruptura son muy dolorosos, y puede haber momentos en los que creamos que no podremos superarlos. “Uno de los aspectos que más retrasan la restauración para seguir adelante con la vida es la dependencia”, indicó Pérez. “Se trata de la incapacidad de estar solos, de necesitar siempre a alguien para sentirnos bien”. Dejamos de ser dependientes cuando cultivamos nuestro autoestima y trabajamos en estar bien primero nosotros.

¿Es cierto que un clavo saca a otro ?

Se dan casos en los que las personas nos recomiendan  comenzar una relación poco después de la ruptura para “olvidar” el dolor o incluso para darle celos a la expareja.  Esta no es una solución real. “Recuerde que un clavo sobre otro clavo lo hunde más. Al final el dolor será más grande y el vacío será mucho mayor”, dijo la psicóloga. “Como dice Walter Riso, lo que se necesita es un buen martillo —fortalecer el autoestima—  para sacar ese clavo y curar la herida”, agregó.

Empezar de nuevo

¿Cómo sabemos si ya estamos listos para tener una nueva relación? De acuerdo con los expertos, el duelo de una ruptura es de unos seis meses aproximadamente, pero un indicador más confiable es si la persona tiene la capacidad y madurez para hacerlo. “Si el individuo viene de terminar una relación tormentosa en la que hubo celos, infidelidad, violencia, o una serie de traumas psicólogicos, no busca una nueva relación por querer a alguien, sino por aferrarse a alguien. Primero hay que restaurar las heridas y trabajar en eso”, explicó la experta.

De nada sirve vengarse

Es común que, como parte del proceso de ruptura, entremos a una etapa de ira y resentimiento producto de la frustración de que la relación no fue como se esperaba. Esto, sin embargo, no debe manejarse con inmadurez, pues muchos tienden a buscar la venganza. “El enojo o el querer hacer daño al otro es muchas veces porque se piensa: ‘no has recibido el castigo que te mereces, y yo aquí estoy sufriendo’. En realidad, al final el daño de quien piensa así e se lo hace a sí mismo”, dijo Pérez.

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