Escenario

Expertos dudan de hallazgo de joven canadiense

Investigadores han externado sus dudas hacia el hecho de que el canadiense William Gadoury, de 15 años, aseveró haber encontrar ciudades mayas al basarse en las estrellas. 

Al seguir su teoría de que los asentamientos están correlacionados con las constelaciones, localizó una urbe en la península de Yucatán, uno de los sitios poblados por los mayas, y la bautizó como como K’ ak’ Chi’ (boca de fuego).

De acuerdo con el periódico Le Journal de Montréal, el joven estudió 22 constelaciones mayas que aparecen en el Códice Tro-Cortesiano del Museo de América de Madrid (uno de los tres libros mayas jeroglíficos que se conservan) y tuvo la iniciativa de colocarlo sobre un mapa de Google Earth. Así notó que las estrellas correspondían con la ubicación de 117 ciudades mayas.

Investigadores mexicanos piden cautela y subrayan que el supuesto hallazgo no está comprobado.

 

Según el sitio verdeelpais.com, para algunos investigadores mexicanos y expertos en arqueología, el supuesto descubrimiento de William es una exageración, una teoría que debe comprobarse y una especulación arriesgada.

“Los mayas no diseñaban ni sus ciudades, ni sus paisajes orientados en las estrellas. Lo hacían con base en factores tan mundanos como fuentes de agua y materias primas y disponibilidad de suelo utilizable para el cultivo ¿De qué iban a vivir, de la mirada al cielo?”, dijo el profesor e investigador responsable del Laboratorio de Zooarqueología de la Facultad de Ciencias Antropológicas de la Universidad Autónoma de Yucatán.

 

El doctor Rafael Cobos Palma, miembro del Sistema Nacional de Investigadores y doctor en Antropología por la Universidad de Tulane (Estados Unidos), cree que el lugar donde Gadoury encontró la estructura está muy cerca de Calakmul, Uxul y Tortuga, sitios mayas que se encuentran en el sur de Campeche.

“Esta es una zona amplia y extensivamente explorada desde la década de 1930 por numerosos investigadores mexicanos y no mexicanos”, dice.

Para Cobos la ciencia se construye con investigación y si el joven quebecua quiere dar a conocer un hallazgo tan importante, debe ir al campo y comprobarlo.

“Si descubrir la ubicación de sitios arqueológicos, saber la altura de sus edificios y el área de extensión de sus asentamientos fuera una tarea fácil, entonces los arqueólogos no tendríamos que ir a campo e instituciones que apoyan la investigación”, agrega. “El trabajo de investigación científica de un arqueólogo es algo serio, muy serio”, añadió.

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