Salud y Familia

Las emociones deben gestionarse a tiempo

Cuando una persona llega a un estado de angustia extrema, se genera un descontrol emocional en el que la persona no es dueña de sus emociones y es presa de la ira y la cólera, que lo lleva a cometer actos en detrimento de su integridad y la de otras personas.

Los niveles de frustración interior son muy elevados y al estar angustiada la persona es capaz de cometer actos en contra de su vida y la de los demás, como actos suicidas”, indica el psicólogo Antonio Rivera, para explicar las circunstancias que pudieron llevar a quitarse la vida, este viernes, al exministro de Finanzas Pavel Centeno, después de herir a un fiscal y un agente de la Policía Nacional Civil.

Se supo que se trata de arrestos por un caso relacionado a lavado de dinero en el Banco de los Trabajadores (Bantrab) donde estaría involucrada la Junta Directiva de esa institución. 

Cómo intervenir

Rivera expone que debe tratarse a estas personas desde un punto de vista preventivo, cuando se van involucrando en problemas o asuntos que no pueden manejar. Deben tomar conciencia de eso y buscar ayuda profesional, para evitar llegar a situaciones de desesperación.

“Cuando está en angustia extrema, la persona no tiene el control de decir 'necesito ayuda' y arremete con actos violentos contra quienes le rodean, incluso amigos y familiares, que tampoco pueden ejercer una influencia sobre ella”, añade.

“Para que desista de acciones violentas en momentos de frustración, podría intentar hablarle alguien que tenga verdadera infuencia y ejerza autoridad sobre él, puede ser un amigo, su médico o su socio, alguien cercano que lo pueda convencer”, refiere el psicólogo. “Si la autoridad llega y le habla, entra en rebeldía y reacciona adversamente”, agrega.

La muerte es la única solución a la problemática personal y conflicto existencial de estas personas, quienes no están en posesión de raciocinio para decir que sus problemas tienen remedio. Esta conducta puede sucederle a cualquier persona no solo a altos funcionarios, indicó Rivera, quien recordó el caso que ocurrió esta semana de un padre que se lanzó desde un puente con sus dos hijos en Estados Unidos. John Spinken, de 37 años, falleció y los pequeños, de 1 y 3 años, sobrevivieron, pero están en estado de gravedad.

No aprendemos a manejar las emociones

Rivera expone que es importante saber gestionar nuestras emociones, mediante un entrenamiento psicológico, y lamentó que no exista formación psicológica desde la niñez. “En los primeros años de la escuela, el niño recibe educación sobre la anatomía del cuerpo humano, pero no se habla nada de la salud mental. Es como si las emociones no tuvieran valor en nuestra vida”, dijo el psicólogo.

“No hemos tenido el aprendizaje de cómo no meternos en problemas profundos que nos llevan a situaciones conflictivas, o cómo manejar  nuestra existencia tanto en lo laboral, personal y sentimental. Debemos recibir esa formación para llevar nuestra vida por un rumbo equilibrado y así no caer en extremos”, concluye.

“En Guatemala, además de educar sobre la detección temprana de la conducta suicida, es importante que las personas tengan con quién hablar de sus emociones, de los problemas que tienen que enfrentar en términos de estrés, aunque sea en una conversación por teléfono, no necesariamente en terapia con el especialista. Poder expresarse puede ayudar a prevenirlo”, indicó doctor Dinesh Bhugra, presidente de la Asociación Mundial de Psiquiatría desde el 2011, en su visita al país en marzo último.

ESCRITO POR:

Brenda Martínez

Periodista de Prensa Libre especializada en historia y antropología con 16 años de experiencia. Reconocida con el premio a Mejor Reportaje del Año de Prensa Libre en tres ocasiones.