“A través de la historia de la Humanidad, hacer música ha sido una actividad natural como respirar o caminar para quienes participaban en este proceso”, dijo Levitin.

En el estudio, realizado hace dos meses y en el que participaron 30 mil personas, se les preguntó qué pensaban de la música. De ellas, se escogió a 30 familias (109 personas) en todo el mundo para participar en una investigación más profunda, según el sitio mashable.com

Para obtener resultados confiables, a las familias se les proporcionó un sistema de sonido Sonos y una suscripción de Apple Music, relojes inteligentes para medir los pasos y el ritmo cardiaco y cámaras para capturar cómo vivían las personas con y sin la música.

En las dos semanas del estudio, las familias pasaron la primera semana de manera cotidiana, sin escuchar música con volumen alto. En la segunda semana, utilizaron su sistema de sonido y el servicio de Apple Music, y escucharon entre todas unas ocho mil 124 canciones.

Según resultados del estudio, una semana antes de que a las familias se les proporiconará el sistema de sonido, vivían una vida tranquila, pero con vidas separadas, incluso cuando cenaban, raramente tenían contacto visual.

Los videos de la segunda semana se mostraron totalmente diferentes: integrantes de la familia charlando entre ellos, sonriendo, riendo, cantando a toda voz, bailando y mostrándose afecto.

Cuando las familias escuchaban música con volumen alto, pasaban 13 por ciento más de tiempo juntos y tenían más contacto unos con otros (20 por ciento del tiempo).  Otro resultado tenía que ver con el hecho de que las parejas tenían mayor cantidad de encuentros sexuales en un 67 por ciento.

El estudio demostró el impacto positivo de escuchar música con volumen alto. Las personas se sentaban a comer juntas y dijeron sentirse menos irritables.