Salud y Familia

Los analgésicos deben consumirse con moderación

Cuando la cabeza se parte en dos, o duelen terriblemente un diente o la parte baja de la espalda. En cualquiera de los casos, lo único que se quiere es que el dolor termine, y para eso, muchas veces la solución es un analgésico. 

Por eso, muchas personas cuentan con un arsenal de analgésicos en el hogar, desde ácido acetilsalicílico hasta diclofenaco e ibuprofeno, que además se consiguen sin receta en cualquier farmacia. Sin embargo, estos analgésicos tienen una desventaja: si bien combaten por un breve periodo el dolor, no eliminan sus causas. Además, pueden tener ciertos efectos adversos.

Los médicos advierten que no pasa nada si, ante un dolor de leve a fuerte, un paciente sano decide tomar un analgésico por su cuenta. El problema es cuando el dolor persiste y continúa consumiéndolo sin aliviarse. Por eso se recomienda no tomar analgésicos de venta libre por cuenta propia durante más de tres días.

Diferencia entre dolores agudos y crónicos

Es importante diferenciar entre dolores agudos y crónicos. Estos últimos  aparecen regularmente durante al menos tres meses y perjudican al paciente física, psíquica y socialmente. Si los dolores regresan una y otra vez, es imprescindible consultar con un médico y descubrir su origen.

Los dolores agudos pueden ser un ataque de migraña o un dolor de muelas. En esos casos, los afectados suelen tomar un analgésico sin receta. Si es algo transitorio y medido, no suele ser un problema. Pero algunos analgésicos pueden generar una inflamación en la mucosa del estómago.

De acuerdo con los expertos, el riesgo de una hemorragia estomacal es de dos a cuatro veces mayor si se toman analgésicos sin control.

Una forma de detectarla es si se nota sangrado en las heces, aunque muchas veces las hemorragias estomacales no se detectan y redundan en una falta de hierro y  anemia crónica.

Además, existe el riesgo de que se vean afectados los riñones. Si hay enfermedades previas, existe incluso el peligro de sufrir una apoplejía —derrame cerebral— o  infarto de corazón.

Por eso, quien de por sí toma fármacos por una enfermedad crónica debería hablar con el médico si además tomará analgésicos por un periodo prolongado. Tampoco se descarta que estos puedan aumentar los problemas de asma.

Otro motivo para consultar con el médico antes de tomar este tipo de medicamentos es que muchos no sirven necesariamente para el dolor que se siente.

El paracetamol, el ácido acetilsalicílico y el ibuprofeno son antiinflamatorios. Sin embargo, en casos de dolores de cabeza tensionales o dolor de espalda, a veces fallan, y es mejor una fisioterapia, practicar un deporte o salir a caminar. 

ESCRITO POR:

ARCHIVADO EN: