Salud y Familia

Los jóvenes que beben en exceso tienen mayor riesgo de desarrollar hipertensión

Aunque muchos jóvenes que beben exceso los fines de semana creen que este hábito no es dañino, un estudio canadiense encontró, por primera vez, que ellos tienen mayor riesgo de hipertensión arterial, 

También cuando el consumo, aun esporádico, se produce en condiciones de exceso, un término que los médicos denominan binge drinking. De hecho, y según muestra, por primera vez, un estudio llevado a cabo por investigadores de la Universidad de Montreal (Canadá), los jóvenes con frecuentes “atracones” de alcohol tienen una presión sanguínea más elevada y, por tanto, un mayor riesgo de hipertensión arterial.

Como explica Jennifer O’Loughlin, directora de esta investigación publicada en la revista Journal of Adolescent Health, “nuestros resultados muestran que los jóvenes con edades comprendidas entre los 20 y los 24 años que se dan “atracones” de alcohol tienen una elevación media de la presión sanguínea de 2-4 milímetros de mercurio (mmHg).

De hecho, más del 25 por ciento de los jóvenes que, incluidos en el estudio, cometían estos “atracones” cumplían los criterios de prehipertensión, caso por ejemplo de una presión sanguínea sistólica de 120-139 mmHg. Esto resulta ciertamente preocupante porque puede progresar a hipertensión arterial, que a su vez conlleva el desarrollo de enfermedades cardiovasculares y una muerte prematura, según el sitio abc.es

En el estudio, los autores evaluaron los historiales médicos de 756 jóvenes incluidos en el Estudio de Dependencia de la Nicotina en Adolescentes de Montreal en dos momentos determinados: cuando tenían 20 años, y cuando cumplieron los 24.

Los resultados mostraron unas cifras de presión sanguínea más elevada en los jóvenes que se daban “atracones” de alcohol de forma habitual, así como que este comportamiento no se disipaba con el paso de los años: el 85 por ciento de aquellos acostumbrados a este patrón de consumo a los 20 años lo mantenían a los 24.

En opinión de los autores, deben adoptarse medidas preventivas para evitar el riesgo de hipertensión entre los jóvenes. Jennifer O’Loughlin expone: “Sabemos que la malnutrición, el consumo de sal y la obesidad son factores predictores de una presión sanguínea elevada”.

“Dado que también sabemos que esta presión sanguínea se asocia con un mayor riesgo de distintas enfermedades crónicas, debe requerirse a los médicos que pregunten a sus pacientes jóvenes sobre sus patrones de consumo de alcohol. Y de la misma manera, debe tenerse en cuenta que un incremento leve pero continuado de la presión sanguínea sistólica puede ser importante signo de alerta”, añade.

El siguiente paso será investigar si este patrón de consumo todavía se mantiene al alcanzar los 30 años y si, de no ser así, el efecto sobre la presión arterial desaparece una vez se ha abandonado este alcohol en “atracones”.

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