Salud y Familia

Ponga atención a las primeras señales del párkinson

El párkinson es un trastorno neurodegenerativo crónico que afecta a entre 7 y 10 millones de personas en todo el mundo, cuya incidencia crece de manera  drástica a medida que aumenta la esperanza de vida.  Fue descrita como enfermedad el 11 de abril de 1817 por el médico británico James Parkinson.

Esta afección es idiopática, puesto que  no se ha identificado aún sus causas. Entre los factores de riesgo está la exposición a pesticidas,  plomo o aluminio, tabaquismo, deficiencias nutricionales, medicamentos y traumatismo craneal. El riesgo se incrementa de  3 a 6 por ciento, si hay antecedentes de la enfermedad.

Su origen se debe a una gran cantidad de mecanismos que concluyen en una vía final: la muerte de las neuronas que producen la dopamina. También es multidimensional, debido a sus variables manifestaciones clínicas y que su evolución difiere de una persona a otra, no todos presentan los mismos signos y síntomas tanto en tiempo como en severidad. La edad promedio de inicio es a los 55 años, y afecta más a hombres que  mujeres.

Síntomas

En los últimos 20 años de investigación se ha descubierto que la enfermedad empieza 15 años antes, y no solo afecta el sistema nervioso central, sino el motor. Se considera que empieza en el sistema nervioso periférico con la pérdida del olfato, estreñimiento y trastornos de la frecuencia cardiaca.

Luego, se producen  las alteraciones en el estado del ánimo: ansiedad, depresión, ataques de pánico y problemas de sueño.
Es frecuente que los síntomas iniciales sean inespecíficos; por lo tanto, se dificulta el diagnóstico temprano, lo que retarda  el inicio de una terapia medicamentosa y de soporte que contribuya a conservar la funcionalidad física y mental del paciente.

No motores

Para un diagnóstico temprano, se necesita identificar síntomas no motores que, en su mayoría, se presentan, en promedio, cuatro o cinco años antes de que se desarrollen los síntomas motores: hipofonía —voz lenta y apagada—, falta de expresión facial —hipomimia—, disminución del parpadeo, exceso de salivación —sialorrea—, ocasionado por   la dificultad de deglución, alteración en la escritura como letra pequeña y poco legible —micrografía—, dificultad para masticar e incontinencia urinaria.

Identificarla a tiempo ayudaría a retardar el deterioro y evitar complicaciones que aceleren la discapacidad y la pérdida de independencia.

Cuidados adecuados

  • Existen estudios que sugieren que los pacientes con párkinson pueden mejorar mediante el baile —tango, cumbia, salsa— taichí o  gimnasia mental, pues  ayudan a estimular el sistema neuronal.
  • También es importante acondicionar su entorno, a fin de disminuir el riesgo de caídas, adecuar la iluminación, eliminar barreras, evitar cambiar de lugar los objetos, y crear una rutina en sus actividades diarias, a manera de que se le facilite al paciente su autonomía.
  • La piedra angular en el manejo de la enfermedad es el apoyo de la familia que le da seguridad y confianza y disipa la ansiedad, que es un detonante en el incremento de los síntomas.

Origen

El párkinson consiste en un desorden crónico y degenerativo de una de las partes del cerebro que controla el sistema motor. Se produce cuando las células nerviosas de la sustancia negra del mesencéfalo, área cerebral que controla el movimiento, mueren o se deterioran.

Tratamiento

Con respecto del tratamiento del párkinson, el enfoque debe ser integral: una adecuada terapia medicamentosa que esté enfocada a incrementar los niveles de dopamina, así como terapia física y ocupacional, con el fin de mejorar la motricidad.

*Geriatra, miembro de la Sociedad Internacional de Párkinson y Desórdenes del Movimiento, teléfono  5708-812

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