Parecerá extraño, pero me ha movido la conciencia el llamado de una joven defensora de los perros abandonados. Vemos con tanta indiferencia la lucha por esos seres indefensos, que en realidad son portadores de amor, tiernos —especialmente con los niños— y defensores del hombre, como amigo fiel. Por esa indiferencia, y otras veces por la crueldad de las personas, no se les protege como seres que también sienten, sufren y quieren, aunque no sean parte de la especie humana. 

Pero pasa que aunque no a todos les importe el problema del maltrato de los perros, si lo viéramos humanamente es preocupante. Y tienen razón estas asociaciones que lo viven muy en serio, y se responsabilizan por rescatarlos del abandono, del hambre, del frío, del maltrato que sufren, hasta en los hogares. Y luego se dice que el perro es el mejor amigo del hombre.

Aunque parezca intrascendente “un problemas de perros”, cuando atravesamos crisis de toda índole —y nuestros niños también mueren de hambre—, después de leer el mensaje de “una loca amante de los perros”, les tocará el corazón. Se sensibilizarán y admirarán la manera de hacer conciencia de una guatemalteca que los ama, les sirve y les protege. También les invita a ver su página: unidos por los ángeles de cuatro patas, para apoyarla y ver su trabajo. Y dice, si quieren ayudar a su asociación, solo pide concentrado, insumos de limpieza, frazadas…

Para conocer más a fondo este mensaje, es bueno leer parte de este comentario: “Sé que mucha gente lee su columna y por eso le solicito nos ayude difundiendo nuestro trabajo: Somos un grupo de jóvenes rescatistas, que nos conmueve el dolor y el sufrimiento de los perros de la calle, ya que no entendemos cómo un animal que solo nos da fidelidad, amor y alegría, puede pasar tanto maltrato, abandono e indiferencia.

Alguna gente pensará que estamos locos por los que hacemos; mas nosotros, rescatando a un perrito de la calle, somos felices. Al ver sus caritas de agradecimiento y sus colitas moverse nos damos por bien pagados.

Quisiéramos que algún día en nuestro país ya no existiera más esto; que todos entendieran que tener un perro no significa solo comprarlo y abandonarlo en una terraza, haciéndolo sufrir. Si ustedes vieran la forma en que uno los rescata y lo mucho que nuestro corazón se duele cuando un dueño irresponsable dice: ¡Ese es solo un simple animal, que se muera! Les aseguro que llorarían al ver esta situación.

Ojalá, algún día pudiéramos hacer conciencia en todo el país de que adoptar un perro es mejor que comprarlo, porque le devuelven la vida. Mientras esto pasa, y a los señores diputados se les da la gana de actualizar la ley del maltrato animal, nosotros seguiremos luchando y defendiéndolos con uñas y dientes y pidiendo ayuda a personas de buen corazón”.