Guatemala

Racimos de dulzura

Quienes transitan durante el día por la ruta al Atlántico, entre los kilómetros 112 y 119, no escapan al antojo de saborear las uvas, debido al calor característico de esa región y a la abundancia de ventas de ese fruto a la orilla de la carretera.

El tramo mencionado es conocido como mercado de uva, pues más de una docena de vendedores ofrecen racimos y su jugo frío.

Estos comerciantes compran el producto proveniente del extranjero o bien el que se cultiva en fincas de comunidades de Usumatlán y Teculután, Zacapa. La libra cuesta Q15, y la botella de jugo, Q10.

Esther Hernández, quien desde hace un poco más de seis años se dedica a vender uva en este tramo, comentó: “Vendo está fruta porque es cultivo propio de Usumatlán, y así como en otros municipios de Zacapa venden melón y sandía, acá ofrecemos uvas”.

La comerciante refiere que para dedicarse a esta venta se requiere paciencia y mucha voluntad, pues deben esperar a lo largo de la carretera a que los vehículos se detengan y les compren.

Uno de los cultivadores de viñedos es Marlon Cruz, para lo cual alquila la finca El Tullido, en la aldea El Jute, Usumatlán.

Cruz relata que cada planta suele producir entre 70 y cien racimos, y se recogen dos cosechas por año. La primera es en abril, aunque la producción es baja en comparación con la segunda, en diciembre, por ser época fría.

Esta temporada es propicia para la venta del fruto, ya que es tradición su consumo durante las fiestas de Navidad y Año Nuevo.

Cruz comenta que trabaja las variedades de uva roja y blanca. Esta ultima también es conocida como verde, porque ese es el color de la cáscara, pero la pulpa es transparente.

Forma de cultivo

Para que la uva alcance el nivel de calidad requerido, se debe arar el terreno donde se colocará, a fin de permitir que se mezclen los minerales de la tierra. Luego se cava un agujero de aproximadamente 60 centímetros de diámetro y 40 de profundidad, se planta el arbusto, se abona y se riega periódicamente.

Cuando el tronco alcanza dos metros de altura, se poda. También se debe colocar un enrrejillado aéreo, con el objetivo de que los sarmientos (guías) se desplacen y los racimos cuelguen, pues cada ramillete puede tener hasta 300 uvas.

Durante el proceso de recolección, el cortador debe tener cuidado al separar el racimo de la guía, para no dañarla.

Hernández recordó a los viajeros que al pasar por el mercado de uvas pueden degustar el fruto, tanto nacional como extranjero.

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