Historias de amor entre las mascotas y sus dueños

Mucho afecto, respeto y admiración se esconde detrás de la típica estampa de un ser humano con su gran amor animal.

|

Porque el amor también puede ser animal. Por que poco saben de amor incondicional los que no cargan pelitos de perro o gato en su ropa como un recordatorio de ello. El amor hacia los animales ha sido inspiración de canciones, películas, grandes historias a lo largo de la historia de la humanidad.

 

Quien no ha amado a un animal no conoce realmente el amor, o al menos eso pueden decir quienes lo han sentido con intensidad. En fin, muchas personas desean expresar su amor a sus mascotas. Ya sea con las mejores comodidades, la comida más saludable, y algunos incluso con tatuajes, cuando estos seres peludos ya no están a su lado.

Sea como sea, los dueños de mascotas amadas quieren que todo el mundo sepa que lo son. Asimismo, que el lucir este sentimiento sea una invitación para quien aún no tenga una mascota, se acerque al albergue más cercano para adoptar a una y empezar su propia historia.

 

A continuación, algunas historias de amor contadas por los lectores de Mi Mascota:

 

Sara Karina Mena Urbina

A Nino, lo tiraron a la basura junto con sus hermanitos cuando tenían menos de un mes de edad. Cuando encontré al gatito estaba desnutrido, infestado de parásitos y pulgas. Le dimos mucho amor y ahora es un gran consentido. A Dante lo adopté del albergue municipal de Mixco. A pesar de todo lo que tuvo que pasar, siempre es muy cariñoso y tiene un corazón muy noble.

 

Rocío Juárez

Yo deseaba mucho tener un perro pug, me encantaban, pero lo veía muy lejano son muy caros.  Descargaba imágenes y las publicaba en las redes sociales. Se acercaba mi cumpleaños y durante un mandado, mi mamá pasó por la casa de la vecina y vio a un perrito pug amarrado en el patio. Le pareció curioso ya que por mis publicaciones se había dado cuenta que era igual al perrito que yo quería. Le tomó fotos y se las mandó a mi hermana.  Ella le confirmó que si era el perro que yo quería. Mi mamá habló con la vecina y ella le indicó que su hija lo había comprado para su nieta, pero que el perrito era muy hiperactivo.  La estaban vendiendo a un precio super bajo en comparación a lo que había costado. Entre mis seis hermanos pusieron dinero para regalarme a mi Coco. Es cierto, es muy hiperactiva, pero hace mis días más hermosos. Ahora tengo dos perros más: Motis y Molly y Coco se lleva muy bien con ellas. Para mí es una historia de amor ya que, si mi mamá no la hubiera encontrado, nunca hubiéramos estado juntas.

 

Adan Villeda

Vivo solo y ellos son mi única compañía. Cuando llego a casa me hacen sentir que alguien me espera y se alegran de verme. Comen conmigo y duermen conmigo. Se que ellos se alegran de verme llegar y de estar conmigo, los cuido y los protejo.

 

Maya Luz Alvarado Ávila

Yo tenía 11 años cuando lo vi por primera vez, él apenas tenía dos meses de vida. Desde ese momento se volvió mi compañero y amigo ideal. La primera vez que lo llevamos al veterinario, descubrí que era un perro muy valiente pues no se asustó ni lloró cuando le colocaron su primera vacuna. En la primera navidad juntos, viajamos al Puerto de San José. Tuvimos que hospedarnos en una posada poco confiable para que nos dejaran entrarlo y que no se quedara solo.

 

Creció fuerte y lindo. Por su cabello blanco le pusimos “Rayo Blanco”, luego se tornó de un dorado hermoso, que al reflejarle los rayos del sol se convierte en un cabello de oro. Descubrimos que le encantaba salir a caminar, pero por ello también se metía en problemas y se nos perdió varias veces.

 

Cuando tenía 10 años le dio glaucoma y no estaba activo como siempre. Poco a poco su salud se deterioró, le gustaba más dormir, se volvió lento, perdió muchos dientes, aunque nunca despreció una caminata. Una noche mi mamá nos llamó porque estaba muy malito. Tres días después de esto, mi Rayo Blanco dejó su cuerpo y se convirtió en un ángel.  Su partida dejó un espacio muy grande en mi familia, pero nos dejó el legado de su amor incondicional para todos.

 

Laura Najera

Mi perrita es una mezcla de french con coker, llamada Estrella. La adopté cuando apenas tenía dos meses de nacida y yo tenía 10 años. Desde el primer día supe que se convertiría en mi mejor amiga y parte del núcleo familiar. Estrella se adaptó rápido a mi familia, la llevaba a todos lados y éramos inseparables. El día en la escuela se volvía largo, ya quería estar con ella. La amo porque no conozco a otra mascota tan especial como ella y porque sin ella no conocería el significado del amor verdadero e incondicional. Estrella siempre me amó y me aceptó como soy. La amo porque nos complementábamos en todo sentido, le dio felicidad a mi vida durante los 14 años que vivió a mi lado.  Me enseñó que la felicidad está en los mínimos detalles, siempre estuvo para mi sin importar nada y me dejó los mejores recuerdos.

 

Anna Arriola

En 2016 conocimos a una perrita llamada Estrellita. La adoptamos de una Asociación que rescata animales. Ella era la más pequeña de todos y la que más molestaba. Era usada para tener camadas y vender a sus cachorros. Esto le provocó cáncer, pero logró salir con ayuda de quimioterapias. Ahora es nuestra niña, todos la amamos y estamos felices de la valentía de nuestra Estrellita que pudo salir delante, a pesar de todas las dificultades.

 

 

Daniela y Jeffrey

Una amiga me contó que iban a dormir a un perrito. Sin saber cómo era, se me partió el corazón. Hablé con mi esposo para darle una segunda oportunidad.  No teníamos espacio, pero fuimos a traerlo. Cuando lo vi era una bola de pelos amarillenta, con enormes ojos cafés obscuros llenos de brillo debajo de tanto pelo. Él estaba amarrado, y a pesar de eso me seguía hacia donde yo me moviera. Lo subimos al carro, lo llevamos al veterinario y la sorpresa fue que era un perro de raza Westie. Pasamos mucho tiempo curando heridas de piel y del alma.

 

Nico vino a enseñarle el verdadero amor a mi esposo, ya que él jamás había tenido una mascota y ahora son inseparables. Ahora dicen que el perrito tiene “mañas”, pero, al contrario, un perrito rescatado es el más agradecido porque ve que se le da amor verdadero. Ahora Nico es el complemento necesario de nuestra familia de tres, mi esposo, Nico y yo. Nico tiene sus propias redes sociales para ayudar a otras mascotas. Apoya actividades de adopción, recauda concentrado y les busca hogar a otros peludos.

 

María José Murillo

Es, en la soledad del alma, donde merman incluso las fuerzas de orar a nuestro Padre celestial. Es en ese momento donde aparecen cuatro patitas corriendo hacia mi preparando el mejor de los besos y la mejor compañía. Es increíble como él entiende lo que siento o estoy pasando y que convierte ese suspiro, al estar finalmente en mi regazo, en un susurro de esperanza de que todo estará bien. Es en ese momento donde entiendo que soy su mundo, su alegría y su descanso y de que ese ángel de cuatro patas que Dios envió a mi vida es el fiel representante de lo que es realmente el amor.

ESCRITO PARA:

ARCHIVADO EN: