¿Qué significa ser internacional?

¿Permite el semáforo que las familias se organicen sin saber si sus hijos podrán ir presencialmente al colegio?

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Hace unos años, publicamos un artículo con la misma temática: «¿Qué significa ser internacional?». Pregunta que ha cobrado una gran vigencia ante los desafíos mundiales que nos hemos encontrado con la gestión de la pandemia. Las respuestas que están teniendo los países han sido muy diversas; entre ellas ha habido grandes diferencias a la hora de abordar el sector educativo, sobre todo en lo relacionado a la presencialidad de los estudiantes.

En el Colegio SEK Guatemala, que pertenece a la Institución Internacional SEK, fundada hace 130 años, en España, formada por 23 colegios y 2 universidades en varios países de América Latina, España, Inglaterra, Italia, Estados Unidos y Sudáfrica, seguimos dando las clases con una respuesta conjunta, en todos los centros, desde el primer día de pandemia.

El hecho de pertenecer a una institución internacional ofrece innumerables ventajas. Por ejemplo, tenemos respuesta ante todos los desafíos internacionales que hemos vivido a lo largo de la historia: guerras civiles, guerras mundiales, terremotos o pandemias. Y estas respuestas siempre tienen un eje común: ofrecer soluciones al crecimiento académico y personal de nuestros alumnos desde un enfoque científico de carácter internacional.

Hay ocasiones en las que las sociedades normalizan conductas que llaman la atención desde una visión internacional, de la misma manera que sorprenden cuando uno las ve desde la lejanía o con el paso del tiempo. Nos llamaba la atención que las niñas no pudieran ir al colegio en Afganistán, que las mujeres no pudieran conducir en Arabia Saudí o que los afroamericanos no pudieran subir a un autobús en Estados Unidos. Todos nos llevamos las manos a la cabeza ante esas conductas. Sin embargo, la ciudadanía de esos países las normaliza cuando están ocurriendo. Es alarmante que en Guatemala oigas conversaciones de familias que dicen: «mis hijos van dos días presenciales a la semana», «los míos, tres», «los míos, 3 horas», o incluso menos si nos referimos al sector público. O lo que es peor: el semáforo lo permite, pero el colegio decide no abrir.

¿Qué implicaciones tiene esta medida en el ámbito familiar? ¿Se está priorizando la salud mental y social de los niños y jóvenes del país? ¿Permiten estas medidas que las familias de una sociedad moderna se puedan organizar sin saber si sus hijos irán presencialmente al colegio?

Establecer debates dentro del ámbito educativo, reflexionar y compartir la información enriquece el nivel educativo de un país. La idea es compartir preguntas que hagan crecer a cada uno de los agentes que compartimos el mundo educativo. ¿Hemos normalizado el no asistir al colegio? ¿Somos conscientes de que esto no ocurre en muchos otros países?

En SEK Guatemala lo tenemos muy claro y, adaptándonos al modelo híbrido vigente en el país, las familias que prefieren seguir sus estudios desde casa así lo hacen. Pero para las que optan por la presencialidad, sus hijos han recuperado una jornada de 5 días a la semana como marcan los parámetros internacionales.

 

 

 

 

 

 

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