Chimaltenango

Modifican motores de buses para que desarrollen más velocidad

La modificación del sistema mecánico de autobuses extraurbanos con la  cual  mejora su desplazamiento,   es  una práctica común  por parte de transportistas, según mecánicos que hacen ese tipo de trabajos, debido a que no hay una norma que la   prohíba.

Los transportistas llevan a los talleres mecánicos los autobuses para que les coloquen motores turbo. (Foto Prensa Libre: José Rosales).

Los transportistas llevan a los talleres mecánicos los autobuses para que les coloquen motores turbo. (Foto Prensa Libre: José Rosales).

Encargados de talleres donde se  modifican motores de  autobuses  dieron detalles de  los cambios que hacen   en las unidades.
 
“Se cambia el sistema de inyección para  darle más  fuerza al motor, se aumenta la capacidad de la trasmisión  —reemplazan la  caja de cinco velocidades, a una de 10— y se cambia la catarina”, explicó Carlos Mejía, quien tiene a su cargo un taller en Chimaltenango.

“La alteración exige el reemplazo de la catarina  por una de más revoluciones”, explicó Mejía.

“La mayoría de autobuses que viajan del occidente a la capital tienen modificación en el motor”, añadió.
Un mecánico que pidió el anonimato informó que los empresarios, antes de poner a funcionar un autobús, piden que le cambien el  motor. “Un bus en esas condiciones llega a alcanzar entre 120 y 150 kilómetros por hora”, dijo.

“La mayoría de automotores     modernos cuentan   con turbo, en tanto que a los antiguos se les adapta. Otra modificación es en los frenos, de un sistema hidráulico pasa a ser de aire, lo cual garantiza un mejor  frenado, ya que no se calientan los discos”, agregó.

Juan Miranda, experto en autobuses, considera importante la modificación en los frenos, con mayor énfasis para unidades que viajan a Quiché, Totonicapán, Sololá, Quetzaltenango, San Marcos y Huehuetenango. “Un bus con motor modificado alcanza la potencia a la de un tráiler”, explicó Miranda.

Luis Rodríguez, mecánico de motores diesel, considera que las modificaciones no son recomendables, debido a que están fuera de las especificaciones técnicas de los fabricantes.

Un motor de autobús y con caja automática desarrolla entre 75 y 90 kilómetros por hora, mientras un modificado, con facilidad alcanza los 150, según los expertos. Añaden que un motor de 175 caballos de fuerza —de fábrica—  pude alterarse hasta 225; y uno de 225, hasta los 300.

Riesgos

Édgar Guerra, defensor  de los Usuarios del Transporte Público de la Procuraduría de los Derechos Humanos (PDH), lamenta que no haya ningún control sobre las alteraciones que se hace en motores de buses, y coincide con que  están fuera de las especificaciones del fabricante.

“Es una práctica irresponsable que permite la legislación obsoleta y absurda que tenemos. Se deben actualizar las normas para superar la brecha tecnológica. Ahora los buses son aparatos más modernos y pesan menos; la resistencia de su diseño a  soportar choques son superados por las alteraciones que les hacen”, opina Guerra.

“La Dirección General de Tránsito (DGT) tiene la facultad de revisar los autobuses, pero eso solo ocurre cuando el automotor empieza a prestar el servicio, solo por un trámite burocrático, sin verificar si el automotor ha sido modificado”, agregó.

Mario Upún, vocero de los Bomberos Municipales Departamentales, informó que en el  2015 cubrieron unos 40 accidentes del trasporte extraurbano, y  este año se han  registrado al menos 10.

Marcelo Chocoj, usuarios del transporte público, lamenta que no haya conciencia de parte de los dueños de las unidades para evitar  accidentes en las carreteras. “A ellos solo les interesa ganar dinero y no les  importa que sea a costa de la vida de las personas”, expresó.

Analizan iniciativa

La semana última, la mesa  interinstitucional analizó la iniciativa de ley 4763, que dispone mecanismos para la regularización de velocidades de los vehículos de transporte colectivo o de carga.

En la reunión estuvieron presentes el diputado Luis Contreras, ponente de la propuesta en el 2008;  representantes de la PDH y del Departamento de Tránsito de la Policía Nacional Civil, entre otros.

En el primer trimestre del año, 74 buses estuvieron involucrados en percances viales que dejaron 40 muertos y 230 heridos. El 28 de marzo, un accidente de  Rutas Tacaná cayó en un barranco en Nahualá, Sololá, en el que murieron 18 personas.

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Accidente de bus registrado en marzo último causó 19 muertos en Nahualá, Sololá. Según pasajeros, la unidad circulaba a excesiva velocidad.