El universitario añadió que al can le gustan lo panes con maní o pollo; además, es bien recibido por sus compañeros.
Mientras se desarrollan las clases, Solovino o Felipe se acomoda en el piso, aunque nunca falta que algún estudiante le muestre afecto.
La estudiante de la Facultad de Veterinaria Khrisha Cozano dijo que junto a otros compañeros regularmente visitan el edificio S10 para platicar durante sus periodos libres. Recordó que hace tres semanas se les acercó un perro, al cual le dieron de comer y luego de unos minutos se durmió bajo la mesa que ellos compartían.
La universitaria añadió que junto a sus compañeros decidieron llamarlo Felipe, “a todos nos agradó ese nombre”, añadió.
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“Al siguiente día nos percatamos de que estaba afuera otra vez, entonces le dimos comida de nuevo y el perro nos siguió hasta nuestra clase en el tercer piso del edificio”, agregó Cozano.
Dijo que el can estuvo con ellos la hora que duró el curso y luego una de estudiante decidió que lo adoptaría y le colocó una correa. Para el siguiente curso se trasladaron de salón, pero en un descuido el perro se soltó.
“No lo encontramos, incluso lo buscamos, pero no apareció, al pasar de los días un amigo de Ingeniería me dijo que un perrito andaba en su clase y me envió una foto y resultó ser Felipe”, destacó Cozano.
Agregó que una amiga también encontró al can en Farmacia. “El perro anda por toda la Universidad paseando y buscando amor y comida, nosotros queremos ayudarlo con los problemas que tiene en la piel”, afirmó la universitaria.
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Agregó: “El perro es más de la Usac que de alguna persona, nos gustaría ponerle una plaquita para que sepan quién es y brindarle las vacunas necesarias.
No es la primera vez que estudiantes sancarlistas adoptan a perros como parte de la comunidad educativa. Un grupo de docentes, estudiantes y profesionales identificaron a perros sin dueño que viven en el Centro Universitario de Occidente (Cunoc), para esterilizarlos, velar por su vacunación y educar a los estudiantes para evitar el maltrato animal.
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