Chub Vásquez nació en la aldea Río Bonito del municipio de Livingston, Izabal. Este poblado, mayoritariamente de la etnia queqchí, está a unos 450 kilómetros de la Ciudad de Guatemala y unos 80 de la cabecera departamental de Puerto Barrios. No cuentan con ningún puesto de salud hasta ahora.
En la comunidad, ante la carencia de puesto de salud, deben viajar para atender este tipo de emergencias y fue por eso que tras ser atacado por la serpiente venenosa, los padres de familia pidieron apoyo para trasladarlo por tierra o agua hacia un hospital con más recursos para salvarle la vida.
El tiempo fue vital para el niño, según socorristas, porque pasaron más de seis horas para poder salir de su comunidad y acudir a un centro asistencial que contara con los insumos necesarios para salvarle la vida. Sin embargo, según reportan medios locales, esto no fue posible y el menor colapsó cuando era trasladado.
Las opciones que tenían para llegar a un Hospital Nacional era Puerto Barrios, pero la distancia es muy grande, y por eso optaron por buscar asistencia en Morales. Sin embargo, tampoco en este lugar pudieron hacer algo para atender a Chub Vásquez, reportan medios porteños.
De acuerdo con el medio local Denuncia Ciudadana Izabal en el “hospital nuevo, que está en colonia Santa Bárbara, Morales, le negaron la atención y fue ante la insistencia de un elementos de Bomberos Voluntarios que lo llevaron al IGSS de ese mismo municipio.
Por un amigo en común accedieron a recibirlo, y lo esperaban en la puerta de la emergencia del IGSS, pero el estado de salud del niño ya era muy grave. Le aplicaron el antídoto disponible, pero no funcionó y falleció de un paro cardiorrespiratorio.
La familia de Brandon David regresó a su comunidad con el apoyo de autoridades municipales de Livingston. Su cuerpo retornó en una caja blanca y fue sepultado el 21 de octubre a eso de las 16:30 horas en el cementerio de la aldea.
El Centro de Rescate de la Asociación, Rescate y Conservación de Vida Silvestre (Arcas), ha revelado en otras ocasiones que durante la temporada de lluvia es habitual que las serpientes salgan de sus refugios en busca de un poco de calor, lo que aumenta las probabilidades de que estas lleguen a zonas habitadas por seres humanos.
En Guatemala hay por lo menos cuatro especies de serpientes venenosas. Entre ellas se encuentra la barba amarilla, coral, cascabel y mano de piedra, según los expertos.
