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“Llevamos verduras hacia el otro lado y regresamos mercadería”, así se contrabandea en la frontera Guatemala-México

El termómetro marca 30 grados centígrados en El Carmen, Malacatán, San Marcos. El calor agobia a los guatemaltecos que cruzan la aduana para llegar a Tapachula, Chiapas, México, a recorrer sitios arqueológicos, balnearios, comprar mercadería, o solo a degustar de los tacos mexicanos.

El traslado de personas y mercadería en balsas o a través de una garrucha, como muestra la imagen, es constante en el río Suchiate, en la frontera El Carmen, Malacatán, San Marcos, y en Talismán, Tapachula, Chiapas, México. (Foto Prensa Libre: Whitmer Barrera)

El traslado de personas y mercadería en balsas o a través de una garrucha, como muestra la imagen, es constante en el río Suchiate, en la frontera El Carmen, Malacatán, San Marcos, y en Talismán, Tapachula, Chiapas, México. (Foto Prensa Libre: Whitmer Barrera)

Mientras, en el río Suchiate los balseros arriesgan su vida o se exponen a que los lleven a prisión porque, según dicen, las 24 horas del día  trasladan ilegalmente a personas y mercadería de un lugar a otro de la frontera.

Dicen que durante los últimos meses ha aumentado el paso de personas que van de compras y no como parte de una migración regular. 

Uno de los puntos migratorios más utilizados es Tuxtla Chico, Chiapas,  fronterizo con Malacatán, donde las familias, en especial de Huehuetenango, Quetzaltenango, Retalhuleu y San Marcos han encontrado facilidad para pasar y comprar mercadería a “mejores precios”.

De manera legal, no es tan difícil hacer transacciones comerciales en Tapachula.

Hasta vehículos

Desde la llegada a la frontera El Carmen se percibe un ambiente que favorece la actividad comercial, pues se pueden adquirir desde productos de consumo diario, repuestos para vehículos, electrodomésticos, ropa, calzado, hasta incluso vehículos usados importados desde Estados Unidos.

A media mañana, el comercio en la frontera se incrementa con la presencia de visitantes procedentes de diferentes lugares.

Las personas recorren los parqueos privados en donde ofrecen vehículos, aunque los vendedores advierten de que por el precio bajo aún deben pagar los impuestos.

Modelos de vehículos del 2005 al 2015, de las marcas más comerciales, se cotizan entre Q20 mil y Q30 mil. Al precio se le debe sumar la reparación por abolladuras, golpes o pintura, entre los daños más comunes, a propósito, para que el impuesto sea más bajo.

“Compramos los vehículos en Estados Unidos y dependiendo del modelo pueden costar entre USS$1 mil o US$1 mil 500, hay que tomar en cuenta que según el tipo de golpe así va el precio, también para el pago de los impuestos, pero si lo comparamos con los que establece el mercado guatemalteco podemos comprar aquí en la frontera un bonito carro con poco dinero”, explicó Ervin Monroy, de Asunción Mita, Jutiapa, quien el mes pasado, después de 12 días de camino vía terrestre, retornó de San Antonio, Texas, con dos vehículos para revenderlos.

Uno de esos grupos compra un lote de más de 20 bicicletas y tres carruajes para bebé en aproximadamente Q1 mil 700, con la esperanza de darles mantenimiento y revenderlos, recuperar su inversión y hasta duplicarla. Estos artículos pasaron por la aduana y pagarán impuestos.

Un guatemalteco puede comprar productos equivalentes a Q1 mil 271 sin pagar impuestos.

Después de ese monto, se debe pasar con el vista —personal de aduana, en Guatemala— para calcular los aranceles y otros impuestos que se deben pagar.

La cantidad de mercadería que cada persona puede pasar por la aduana  aumenta, de acuerdo con los días de estadía.

Un riesgo

Mientras eso pasa en la aduana, abajo del puente Doctor Rodolfo Robles, el paso ilegal de personas y productos aumenta minuto a minuto.

Los balseros, aunque  acostumbrados a las temperaturas altas de esa zona, se ven exhaustos porque llevan varias horas sin dormir, además, por la fuerza que deben hacer para evitar que la corriente del río cauce un accidente, como el  reportado en septiembre, cuando tres personas que trasladaban verduras hacia el lado mexicano murieron al ser arrastradas por la corriente. 

“Nos dedicamos a trasladar a personas a quienes no las dejan pasar por el puente porque no tienen documentos. También llevamos verduras de Guatemala hacia el otro lado y regresamos mercadería como repuestos de carro y aparatos”, refiere el balsero David Fuentes, quien a su labor le da el calificativo de trabajo suicida. 

Manipular una balsa por el río Suchiate, que creció durante el invierno hasta un metro y medio, además de que la suya es una labor ilícita, lo pone en riesgo de que en cualquier momento las autoridades guatemaltecas y mexicanas monten  un operativo conjunto para evitar el contrabando y trasiego de personas; sin embargo, se nota la ausencia de autoridades —guatemaltecas y mexicanas— y los operativos son eventuales y sorpresivos; por eso no parece importarle mucho, lo que interesa es pasar la mayor cantidad de gente porque representa más ingresos.

“Las balsas o cámaras, como son conocidas por este sector, tienen la capacidad de llevar hasta 20 personas y cobramos   Q10 por cada uno”, comenta el balsero,  quien  asegura que hay  una nueva modalidad, para no arriesgar la vida en  la correntada del río fronterizo y es a través de una garrucha, por la cual pasan mercadería y personas, en especial  de la tercera edad, que tienen temor al agua.

El riesgo que asumen familias completas se debe a que en el último año la moneda mexicana ha tenido un revés que los guatemaltecos aprovechan.

“Es común que los guatemaltecos vengan a disfrutar del puerto Chiapas, donde anclan grandes buques, y ver el mar, los sitios arqueológicos y las piscinas o el teatro del pueblo”, comentó Roberto Jesús Solórzano, vecino.

El peso mexicano se cotiza, en promedio, a 2.36 por Q1, lo que ha permitido que se incremente el intercambio comercial, sobre todo en Tapachula, donde se puede encontrar todo tipo de artículos, porque se llega a comprar hasta el doble de los que adquirirían en Guatemala.

“A pesar de las crisis que hay en los dos países, el cambio está a $236 por cada Q100 y la gente está cambiando desde Q50 hasta Q20 mil porque duplican su dinero, pero llegó a costar hasta $2.75 y no ha bajado de $2.30”, comenta Gumercindo Valdez, de la asociación de cambistas.

Lucha contra flagelo desde México

Sobre las acciones que las autoridades mexicanas realizan para combatir el contrabando, la Embajada de México en Guatemala afirmó que se han integrado equipos de  inteligencia  y operación por parte de la División de Gendarmería de la Policía Federal, que brindan análisis y seguimiento puntual en temas de contrabando y que se comparten con Guatemala.

“Las prácticas y protocolos específicos para evitar el  comercio inusual, sospechoso o de riesgo en la frontera entre México y Guatemala, involucran  estrictos controles fitozoo-sanitarios, agrícolas y agropecuarios realizados por la Secretaría de Agricultura Ganadería y Pesca  y la Agencia de Servicios de Comercialización y Desarrollo de Mercados Agropecuarios; reconocimiento de modos de operación, categorización de productos  habitualmente traficados y contrabandeados; así como análisis de redes de vínculos y de cruces en la materia”.

Los operativos, afirma la Embajada, se realizan tanto en puntos fronterizos formales como en rutas hacia los pasos fronterizos informales con énfasis en el tráfico de tabaco, licores, ganado, artículos de la canasta básica,  vegetales, semillas,  textiles, papel, metales preciosos, medicamentos o sustancias químicas, entre otros.

“La Embajada de México junto con su Consejería comercial ha emprendido una campaña informativa para difundir mejores prácticas entre comerciantes y productores exportadores e importadores guatemaltecos  sobre las facilidades y oportunidades comerciales entre México y Guatemala”.

Operativos fronterizos

El  coronel Carlos Álvarez, comandante de la Brigada de Operaciones para Montaña, en San Marcos, informó que sostienen reuniones frecuentes con comandantes del Ejército de México para coorinar operativos fronterizos para minimizar el contrabando, porque es difícil eliminarlo. “Hacemos patrullajes de reconocimiento, de coincidencia y de contacto en la frontera”, detalló.

Añadió que una de las  modalidades para combatir el contrabando de mercadería mexicana por la aduana el Carmen, Malacatán y Tecún Umán I y II, en ese municipio,  es la   interinstitucional, con el que se han  obtenido más durante el presente año, aunque aseguró que desconoce los datos de los montos incautados, porque es competencia de la Superintendencia de Administración Tributaria.

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