Guatemala

San Pedro La Laguna reemplaza plástico por hojas de plátano

En el mercado dominical de San Pedro La Laguna, Sololá, los clientes que abarrotan esa comunidad indígena del occidente del país ya no portan bolsas de plástico. Allí, la vanguardia está en la tradición: los productos se entregan en hojas de árbol de plátano.

María atiende su venta de mariscos en el mercado de San Pedro La Laguna y dejó de utilizar bolsas de plástico, ahora entrega su producto  en hojas de plátano. (Foto Prensa Libre: EFE)

María atiende su venta de mariscos en el mercado de San Pedro La Laguna y dejó de utilizar bolsas de plástico, ahora entrega su producto en hojas de plátano. (Foto Prensa Libre: EFE)

Las bolsas de plástico parecen inofensivas y se usan todos los días. Son de colores, transparentes o con grandes logotipos de publicidad. Pero a pesar de sus múltiples formas y variedades tardan en degradarse un promedio de 150 y 200 años, por lo que constituyen una amenaza para la salud del planeta.

Consciente de esta situación, el alcalde de San Pedro La Laguna, Mauricio Méndez, ha declarado la guerra a ese refinado del petróleo prohibiendo la distribución de las bolsas de plástico, productos de duropor y pajillas, un hecho que equipara a ese pequeño enclave, ubicado a las orillas del Lago Atlitlán, a los países más avanzados de Europa, que recientemente también han adoptado medidas frente a la creciente amenaza de los plásticos.

5% del petróleo que se extrae en el mundo es para la industria del plástico.


En San Pedro La Laguna, la población, en su mayoría de la etnia tz’utujil, vive del comercio y del turismo, pero la contaminación de las aguas del Lago ha sido una de las mayores preocupaciones durante años, por lo que esta medida, la tercera en el país, ha sido vista con buenos ojos.

Fernando, un carnicero tz’utujil que trabaja en el mercado, piensa que deshacerse del plástico es la mejor opción: “Las hojas de plátano sirven igual que las bolsas y no contaminan nuestro lago. Los clientes ya las piden. Así todos vamos a ser más felices”.

También María, una tímida vendedora que comercia con mariscos, ha adoptado la disposición con gusto y aunque reconoce que “algunos todavía están usando bolsas”, expresa su deseo de que dejen de hacerlo y se cambien a las hojas de plátano: “Son mejores para el ambiente”.

Las multas para quienes no acaten la disposición ambiental van desde los Q300 hasta los Q15 mil, aunque esas cantidades se pueden duplicar con la reincidencia.

Un grupo de diputados presentó esta semana en el Congreso una iniciativa de ley que pretende regular la producción, distribución y venta de bolsas de plástico.

Además, busca que se elimine de manera paulatina, concretamente en un período de cuatro años, su uso, y que se reemplace por las de material reutilizable para contribuir a la conservación del medioambiente en Guatemala, uno de los 19 países megadiversos del mundo.

Organizaciones internacionales estiman que en el mundo circulan entre 500 mil millones y un billón de bolsas de plástico, y que el 5% del petróleo que se extrae es para esa industria.


Sin embargo, la Municipalidad ha insistido en que la intención no es aumentar la recaudación, sino “minimizar los graves perjuicios que el exceso de este tipo de productos están generando en el ambiente y en el Lago de Atitlán”, porque el plástico, dice el acuerdo —que prohíbe su uso—, “tiene un tiempo de degradación de entre cien y mil años”.

Con este esfuerzo, los hábitos de los residentes han empezado a cambiar. “Traigo mi propio contenedor, no necesito esto que ensucia el pueblo”, explicó una compradora local luego de rechazar una bolsa de plástico para su compra de dos libras de pollo.

El acuerdo municipal 111-2016, que fue publicado en el Diario de Centro América el 7 de octubre último y que entró en vigencia ocho días después, resalta que el objetivo es minimizar los graves perjuicios que el exceso de los referidos productos causa en el ambiente y el Lago de Atitlán.

Explica que toda persona individual o jurídica que haga uso de esos productos de único uso inútiles y no reusables será sancionada con una multa. Además, advierte que las empresas que comercialicen y distribuyan bolsas plásticas, duropor y pajillas también serán sancionadas.

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