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Champions League: tras dos vibrantes remontadas, ¿por qué quieren cambiar el formato de la competición?

¿Podría ser este el momento que cambió para siempre como se juega la Champions League? Could this be the moment that changed the thinking around the Champions League for good? Foto: Adam Davy

¿Podría ser este el momento que cambió para siempre como se juega la Champions League? Could this be the moment that changed the thinking around the Champions League for good? Foto: Adam Davy

Los aficionados al fútbol de todo el mundo vivieron cautivados dos de las remontadas más impresionantes de la Champions League, elogiadas como la expresión más pura del drama deportivo.

Pero duelos como el Liverpool-Barcelona o el Ajax-Tottenham podrían tener los días contados.

Entonces, si la Champions produce una perfección futbolística absoluta, ¿quién quisiera alterarla?

Bueno, básicamente, muchos de los otros clubes.

Esas dos extraordinarias remontadas añadirán un ímpetu furioso a los esfuerzos de algunos de los principales clubes del continente para cambiar radicalmente el formato de la Champions League.

Las razones tienen poco que ver con el deporte. Mucho más que ver con el dinero.

Enormes cantidades de dinero

La Liga Premier de Inglaterra es por mucho la más rica del fútbol mundial. En efecto, a nivel global, sólo las tres principales ligas deportivas de Estados Unidos -NFL (fútbol americano), NBA (baloncesto) y las Grandes Ligas de Béisbol- generan más dinero.

Muchos de los ingresos vienen de la venta de los derechos televisivos.

A nivel nacional, en Reino Unido, los encuentros se venden a los canales de subscripción Sky y BT Sport, y la competencia entre esos dos gigantes corporativos ya genera enormes cantidades de dinero: US$5.810 millones se pagan para transmitir 160 partidos de la Premier por temporada.


Los cambios a la Champions League que propone Andrea Agnelli

  • Una Liga Pan Europea de sistema piramidal con “continuidad y oportunidad de crecimiento desde adentro”
  • Promoción y descenso
  • Partidos europeos con “mejor calidad deportiva y más ambiente competitivo a todos los niveles”
  • Afiliación basada en “meritocracia deportiva y no por privilegio histórico”
  • “Simbiosis” con otras ligas nacionales (lo que tal vez sugiere que las ligas nacionales no serán prioritarias)
  • Cambios “progresivos y con visión a futuro, no reaccionarias ni conservando el statu quo”

Pero cuando se suman las ventas de productos por el mundo, los ingresos se inflan hasta el punto en que el equipo Huddersfield Town (que acaba de ser relegado de la Liga Premier) hace más dinero por terminar de último en la competición inglesa que lo que Juventus gana por haber triunfado en la Serie A de Italia por octavo año consecutivo.

Y ese contraste es la punta de lanza en los crecientes planes para replantear la Champions League como rival de la Liga Premier, pero con menos Watford (un equipo inglés de media tabla) y más Munich (el mejor equipo alemán).

La Liga Premier tiene seis nombres extraordinariamente famosos -Liverpool, Manchester City, Chelsea, Arsenal, Manchester United y Tottenham- disputándose regularmente los primeros puestos. Es competitiva a través de todos los equipos de la liga y se comercializa de forma fantástica.

Liverpool y Tottenham disputarán la final el 1 de junio en Madrid.

Mientras que los clubes élites en España, Alemania, Italia y Francia -las cuatro ligas más fuertes de Europa, además de la Liga Premier- se sienten atrapados. Ven con ambición las riquezas de la Liga Premier, pero están restringidos por las ligas que dominan.

Bayern Munich casi sin duda ganará su séptimo título consecutivo de Bundesliga.

El PSG ha ganado seis de las últimas siete temporadas de la Ligue 1 de Francia y tienen recursos muy superiores a los otros. La Liga Española es por lo menos una competencia entre dos, pero siempre los mismos dos (con la excepción de la sorpresa que dio el Atlético Madrid en 2014). El Barcelona ganó el título este año al trote.

Se vuelve un círculo en el que ganar garantiza entrada en la Champions League, lo que le representa más dinero, permitiéndoles ganar aún más. Pero este nivel de dominio hace que sus ligas no sean muy apetecidas por una audiencia de TV global.

La propuesta del Juventus

Juventus es, en particular, un ejemplo muy puntual porque son los campeones perpetuos de una liga que fue, durante medio siglo, desde mediados de los 1950 hasta mediados de los 2000, la que siempre atrajo los mejores jugadores.

Era donde todos querían estar.

Eso ha terminado ahora, y el presidente de Juventus, Andrea Agnelli, está liderando el impulso para una gran reforma: añadir muchos más partidos a la Champions League y, a lo largo del tiempo, moldearla en algo que pueda atraer mayores audiencias y ganancias globales.

En una carta enviada el mes pasado, Agnelli escribió a los miembros de la Asociación de Clubes Europeos (ECA) -el ente que representa los equipos europeos más ricos y destacados- haciendo un llamado a crear una pirámide de fútbol europeo con promoción y descenso en la Champions League después de 2024, en lugar de calificar directamente según el puesto en las ligas nacionales.

El documento arguye que “más fútbol europeo es bueno para el juego (para aficionados, para la sociedad, para el desarrollo cultural, deportivo y financiero)”, y que el statu quo “no es óptimo”.

Mucho de lo que dijo se interpreta como presión para restarle importancia a las ligas nacionales y resaltar el fútbol europeo.

Para algunos miembros de la ECA, esto es exactamente lo que quieren oír. Pero no es lo que la Liga Premier quiere.

Desde que fue establecida, la Liga Premier tomó una decisión clave: que el poder estaría dividido igualmente entre los clubes. Un miembro, un voto.

Cualquier cambio grande tiene que ser acordado por dos terceras partes de los equipos. Eso ha limitado a los equipos más fuertes para hacer lo que quieran -y ha ayudado a que la liga se mantenga competitiva-. Es lo que ha atraído una fanaticada global y la ha mantenido como un próspero producto nacional.

Se vende como “la mejor liga del mundo” y hasta cierto punto puede respaldarlo; ciertamente combina calidad, pasión y competitividad como ninguna otra liga y tiene un elenco de personalidades famosas muchísimo más grande que ninguna otra.

Una Liga Europea le presentaría un peligro existencial.

Hasta la fecha, al menos, los clubes de la Liga Premier tenían un récord irregular en Europa. Cada vez que se enfrentaban a los mejores se quedaban cortos.

Ahora, sin embargo, los equipos ingleses también están en control de Europa.

Pero, al haber alcanzado quizás su cenit deportivo, la Champions League bien puede haber iniciado su propia transformación.

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